Venganza contra el mundo, ser noticia, inmortalizar su nombre, convertirse en leyenda dentro del cuerpo, ser la comidilla en 'la Cuchi' a ritmo de 'txikis' y 'zuritos'... Los motivos que llevaron a un policía local de Vitoria a punto de jubilarse a poner 205 multas en dos días son un misterio. 205 sanciones por exceso de velocidad, concretamente, que han dejado a 205 vitorianos muy enfadados y a un Ayuntamiento igualmente indignado, hasta el punto de tacharlo de 'gamberrada'.
¿Cuál ha sido el ardid que ha permitido a este señor agente, a las puertas de su jubilación, despedirse con traca, redoble y media ciudad acordándose de todo su árbol genealógico? Ni corto ni perezoso, y sin orden alguna, ha cogido el radar móvil de la Policía Local de la capital vasca y se ha puesto a multar a diestro y siniestro fuera de las zonas habilitadas para ello. Te preguntarás qué significa eso, si un radar móvil se caracteriza por estar agazapado en la sombra y, con alevosía y anonimato, calzarnos una multa, ¿no son lo fijos los que siempre están en el mismo sitio?
Vitoria es una ciudad diferente en muchos aspectos y uno de ellos es que los radares móviles sólo pueden colocarse en sitios específicos y señalados. Tras las indignantes prácticas de la Policía Local para ubicar su dispositivo de control móvil en los lugares más insospechados -detrás de cubos de basura, subidos a medianas, en isletas, en pasos de cebra y lugares dónde entrañaban un peligro para el tráfico- se decidió pactar cerca de cincuenta puntos, que están señalizados, dónde se podría colocar el único radar móvil de este cuerpo de seguridad municipal. Un dispositivo que está, por cierto, incorporado en un Ford Focus de color gris por todos los vitorianos conocido. Desde octubre de 2013, ningún agente puede colocarse fuera de dichos puntos para cazar incautos con exceso de velocidad.
Pero el protagonista de esta historia tenía un plan. Así que ni corto ni perezoso, aparcó el Focus 'multador' en la calle Urartea, en el polígono industrial de Ali Gobeo, para después hacerlo en la calle Zurrupitieta, una de las vías de acceso al también polígono de Júndiz. Su caza terminó con 205 danmificados que tendrán que acarrear con el pago de la multa y la consiguiente resta de sus puntos, de haberla, porque, no en vano, excedieron el límite de velocidad estipulado. Así lo ha confirmado el Ayuntamiento: 'las multas no se pueden retirar porque son legales, ya que las infracciones fueron cometidas'. Eso sí, a lo que se enfrenta este 'simpático' agente, recién estrenado su merecido descanso tras años de servicio, es a un expediente disciplinario por colocar el radar móvil fuera de las zonas designadas para ello.
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