Los trucos definitivos para ahorrar gasolina usando el aire acondicionado

El uso indebido del aire acondicionado puede hacer que el consumo se dispare: te contamos cómo evitarlo con unos sencillos trucos.

Los trucos definitivos para ahorrar gasolina usando el aire acondicionado
Los trucos definitivos para ahorrar gasolina usando el aire acondicionado

Usar el aire acondicionado puede provocar grandes consumos e, incluso, quitar una necesaria potencia en tramos empinados con los motores más modestos. Sin embargo, con unos pequeños trucos podemos hacer de este sistema un engranaje mucho más eficaz y eficiente en nuestros viajes.

Ante todo, previsión

Las prisas y el calor no son buenos acompañantes cuando nos ponemos al volante. Especialmente en verano, cuando las temperaturas son extremas y los componentes trabajan al límite. Por ello, para rebajar los consumos y evitar sustos mayores, la previsión es esencial.

Lo recomendable es que antes de emprender un viaje largo en vacaciones pases una revisión a tu coche en el que te cerciores que todo funciona correctamente. En cuanto al aire acondicionado, comprueba el estado de los filtros y que no haya conductos bloqueando el paso del aire. Cuanto mejor estén estos componentes, mejor será el aire que respiremos y menos esfuerzo necesitará el coche para poner en marcha el sistema.

Del mismo modo, aparcar en un lugar con sombra y poner un parasol en el parabrisas es determinante a la hora de rebajar la temperatura en el interior del coche. Además, antes de ponerte en marcha, abre las ventanillas y las puertas y “abanica" con estas el coche. El aire correrá por su interior y muy pronto habremos rebajado la temperatura sensiblemente.

Ya en marcha

Con todo lo anterior bien memorizado, una vez en marcha, ya podemos poner el aire acondicionado. Pero hazlo con cabeza, nunca le exijas que funcione al máximo durante los primeros minutos pues tendrá que realizar un esfuerzo que puede ser fatal para los componentes.

Lo que nunca debes hacer es poner el aire acondicionado con el coche parado. El vehículo tomara el aire caliente del exterior, y con un interior a mayor temperatura, el habitáculo no se enfriará y, además, consumirá combustible sin sacarle partido. Una vez en marcha, ayudado por el aire frío, el funcionamiento del aire acondicionado será más eficiente y necesitará menos gasolina o diésel para su funcionamiento.

Para rebajar la temperatura más rápidamente es circular con las ventanillas ligeramente bajadas y el aire acondicionado puesto. Esto hazlo durante muy poco tiempo, apenas los primeros minutos en movimiento e, inmediatamente, cierra las ventanillas para que el aire frío del coche no se escape. Puedes ir comprobando con la mano la temperatura que expulsa el circuito. Notarás que en un primer lugar expulsará aire caliente y en unos pocos segundos se volverá templado. Al poco tiempo éste será frío y, por tanto, llega el momento de subir las ventanillas.

Además, recuerda que no es necesario estar sentados en un congelador con ruedas. La mejor temperatura para conducir está entre los 21 y los 23 grados, todo lo que esté por debajo o por encima de esa temperatura se considera que es molesto para circular. Además, cuanto más baja sea la temperatura, mayor también será el consumo.

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