Interesantísima consulta que respondemos hoy gracias a una pregunta que nos remitía Isabel Pérez. Quizás alguna vez tú también te lo hayas planteado y, si no, seguro que ahora mismo te asalta también la duda. Ésta es la pregunta: “Cada vez son más los motores de gasolina que se adaptan para que utilicen gas o que, directamente, se compran para que de forma prioritaria trabajen con propano o metano. Incluso hay híbridos enchufables que se mueven casi todo su tiempo con electricidad. Esto puede suponer problemas a los conductores, especialmente en aquellos modelos (metano) en los que no les resulta posible elegir entre qué tipo de carburante utilizar, en el caso de que la gasolina caducase. ¿Realmente se estropea con el tiempo? ¿Y el Diesel? ¿Qué ralentiza o acelera esa degradación? ¿Cuánto ha de pasar para que sean inutilizables?”. Y, ésta que viene a continuación, es nuestra respuesta.
Responde nuestro experto técnico
Para resolver estas dudas hemos recurrido a los científicos del Área de Movilidad del Centro de Tecnología Repsol. “El proceso de degradación de los combustibles —nos dicen— consiste en una oxidación de los hidrocarburos que genera compuestos insolubles y gomas que pueden dar problemas en el almacenamiento, transporte y uso final del combustible. Los factores que afectan de manera más importante a esta degradación son la composición del combustible, el paso del tiempo, la presencia de oxígeno, la incidencia de la luz, el sometimiento del combustible a altas temperaturas y la presencia de metales que actúan como catalizadores de las reacciones de oxidación”.
“Por tanto —añaden—, la duración de un combustible depende de varios factores, tanto relacionados con la propia naturaleza del gasóleo (origen, composición, contenido en biocombustible, etc.), como con factores externos (incidencia de luz, alta temperatura, presencia de metales o presencia de agua). Nuestra experiencia indica que periodos superiores a 3-6 meses pueden provocar la desestabilización de gasolinas y gasóleos, alterando sus propiedades físico-químicas y generando residuos que pueden dar lugar a problemas”.
Sin embargo, también es verdad que las nuevas fórmulas “garantizan una conservación de los combustibles durante periodos superiores a 12 meses, protegiendo el sistema de alimentación e inyección del motor y optimizando la combustión”. Esto se debe a los componentes antiherrumbre y desemulsionantes que incorporan. Incluso los gasóleos, en el caso de Repsol, cuentan con una fórmula estabilizante con desactivador de metales.
Esa es “una patente exclusiva de Repsol, que neutraliza los metales disueltos en este combustible. Además incorporan un antioxidante reformulado que frena la oxidación natural del gasóleo y un componente dispersante que evita que se depositen partículas insolubles. La combinación de estos elementos prolonga la duración de los gasóleos manteniendo su estabilidad y se consigue que los sistemas de alimentación e inyección del motor del vehículo estén más limpios, con una mayor protección y un menor coste de mantenimiento”.
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