Cómo enseñar Educación Vial a los niños

Aquí tienes ocho sencillos consejos para fomentar la educación vial entre los más pequeños y que sepan desenvolverse tanto en las calles como en dentro del coche.

Marina Gª del Castillo. Twitter: @MarinaAutopista

Cómo enseñar Educación Vial a los niños
Cómo enseñar Educación Vial a los niños

Los niños conforman uno de los principales grupos de riesgo de muerte en un accidente de tráfico, ya sea por imprudencia, desconocimiento de las normas básicas de seguridad o simples descuidos, tanto por su parte como por la de sus progenitores.

Con el objetivo de mejorar esta situación, la empresa viguesa Help Flash ha elaborado una serie de consejos para fomentar la educación vial entre los más pequeños a fin de que sepan desenvolverse con facilidad no sólo en las calles, sino también en el interior de los vehículos.

1.- Imitación: recuerda que los niños imitan lo que ven. El ejemplo es la mejor manera de inculcar valores. Las palabras se las lleva el viento, pero los hechos permanecen en la retina. De nada sirve cruzar con el semáforo en rojo y recalcar a los más pequeños que esa acción no es correcta. Los adultos debemos ser los primeros en respetar la normativa, especialmente cuando estamos acompañados de menores de edad.

2.- Relajación: controla tus impulsos. Actuar con cautela cuando nos ponemos al volante sin provocar al resto de conductores y sin utilizar el móvil en el coche son acciones que los niños tienen en cuenta a la hora de desarrollar sus conductas futuras. Ante esta situación, un conductor debe ser prudente, no sólo para evitar accidentes, sino también para que el día de mañana, los que hoy son menores sepan desenvolverse de manera correcta.

3.- Jugando: a los niños les encanta jugar a ser adultos. Juegan a ser profesores, a que están en la oficina o que conducen su propio coche. Por eso, conseguir que aprendan educación vial mediante el juego es uno de los métodos educativos más eficaces para transmitirles cuáles son los riesgos y responsabilidades derivados de la vía pública. Se puede jugar a que el niño va solo por la calle y tiene que reaccionar ante diferentes adversidades, que va conduciendo y tiene que hacer caso a la señales, giros o semáforos cumpliendo las reglas establecidas, o llevarle a circuitos cerrados para bicicletas infantiles, donde tenga que respetar las normas de circulación.

4.- Todos abrochados. Arranca cuando todos tengan el cinturón de seguridad puesto. Explicar a los niños las graves lesiones que pueden sufrir si no se abrochan el cinturón de seguridad o la cantidad de vidas que salva este elemento ayudará a que las nuevas generaciones perciban el cinturón de seguridad como un seguro de vida.

5.- En el coche, tranquilidad. Para conseguir que los viajes con los niños sean tranquilos, sin alborotos, lloros y cansancio, una buena idea es simular dentro del garaje lo que pasaría si se pelean en el interior del coche, si distraen al conductor con sus gritos o lo que podría pasar si su juguete preferido acaba debajo del pedal del freno. Los niños pueden ir entretenidos con una película o con los juegos de toda la vida como el “veo, veo” o “¿cuántos coches azules ves?

6.- Aprenden mediante la experiencia. Utilizar espacios para dar ejemplos concretos dentro del propio escenario, como puede ser detenerse en un stop o cruzar un paso de peatones sólo cuando el muñeco está verde, ayudan a los niños a interiorizar acciones de educación vial como hábitos propios de su día a día.

7.-Aparcar correctamente. Las inmediaciones de los colegios se convierten en verdadero lugares de infracciones de seguridad vial: coches aparcados en doble fila, niños que bajan del vehículo por el lado opuesto a la acera, cruces por lugares indebidos para ganar tiempo, etc. Es importante NO enseñar a los niños que hay ciertas normas que se pueden trasgredir en un momento determinado, puesto que puede derivar en que ellos se salten esas mismas reglas el día de mañana simplemente porque no les convenga hacerlo.

8.- Buenas formas en el día a día. Transmitir la importancia de ayudar a los demás, aunque sea fuera del entorno familiar también es un valor a tener en cuenta a la hora de transmitir educación vial. Por ejemplo, llevar a la mascota sujeta o esperar como conductor a que una persona con movilidad reducida termine de cruzar la calle aunque el semáforo ya esté verde. Son acciones del día a día que fomentan la seguridad vial de todos. 

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