Hay que tener mucho cuidado con las pólizas de seguro y leerlas al detalle para conocer qué nos cubren exactamente. Como bien sabemos, hay ciertas cláusulas, como los desastres naturales, que no siempre cubren los daños del vehículo. Pero, ¿qué ocurre con algo mucho más habitual como es el robo de uno de los elementos del coche? Hablamos de una rueda, un retrovisor, la radio, etc. Pues depende de tu tipo de póliza que tengas contratada.
¿Qué me cubre mi póliza?
Si tu automóvil está a todo riesgo, casi cualquier elemento de tu coche que haya sido sustraído, será cubierto por tu seguro. Por el contrario, en caso de tener un seguro a terceros, sólo estarás cubierto en caso de que hayas contratado la cobertura de robos.
Lo que no declares, no estará cubierto
Cuando contrates la póliza, recuerda que debes incluir aquellos accesorios no de serie que quieres que estén cubiertos. Si no lo haces, en el momento de pasar el parte tu aseguradora no costeará su reposición.
¿Cuáles son los tipos de accesorios?
Todas las entidades de seguros distinguen entre dos tipos de accesorio: fijos y no de serie. Los primeros están instalados de fábrica y son necesarios para el funcionamiento del coche como por ejemplo el tubo de escape, los faros o la batería. Por su parte, los segundos son aquellos elementos opcionales que decides ponerle al coche, ya sea en el momento de la compra o a posteriori: llantas, asientos de piel, el sistema de audio…
Si bien los elementos de serie no hace falta declararlos en la póliza, siempre debes declarar los de no de serie para asegurarte que estén cubiertos.
¿Qué elementos no me suelen cubrir las aseguradoras?
Cada entidad es un mundo y cuenta con su propia política, pero hay ciertos accesorios que normalmente no están cubiertos por increíble que parezca. Por otra parte, hay que tener mucho cuidado con cómo declaramos el parte: un error en la terminología puede ser fatal y nos veremos obligados a costear la reparación y sustitución del accesorio en cuestión.
Retrovisores: cuidado porque en el caso de tener un seguro a terceros con cobertura de robo, los retrovisores o la insignia de la marca no suelen estar cubiertos. Las aseguradoras se agarran a que se trata de vandalismo y no sustracción. Las pólizas a todo riesgo sí suelen cubrir este tipo de percance.
Llaves del coche: generalmente ninguna entidad cubre la pérdida de llaves, tarjetas o elementos de apertura del coche. Es más, si pierdes las llaves, no debes declararlo al seguro, porque, en caso de que te roben el coche, no estarás cubierto al ser considerado hurto y no robo.
Neumáticos: aunque parezca un absurdo, las ruedas por sí mismas no suelen estar cubiertas nunca. El truco es declarar que te han robado tanto la rueda como la llanta.
Accesorios fijados al vehículo: tales como cofres, bacas, barra de techo… son elementos que, por regla general no están cubiertos tampoco.
Batería y catalizador: a pesar de ser un accesorio del tipo fijo, hay ciertas entidades que te ponen impedimentos, como es el caso de Mapfre que, si sólo te han sustraído el catalizador, no estaría cubierto.