Hay personas a las que les pone muy nerviosas pasar la ITV. Son muchos los que creen que algún defecto los hará volver otro día, con el consiguiente retraso, desembolso de dinero y saco de nervios en ese segundo examen. Sin embargo, enfrentarte al ojo clínico de los técnicos es muy sencillo. Sobre todo si antes hacemos las cosas bien.
Para reducir los riesgos, no son pocos los que llevan el coche al taller para que les haga una revisión antes de que el coche sea examinado. Sin embargo, si hemos realizado las revisiones pertinentes y prestamos un poco de atención a nuestro propio coche, no será necesario gastarnos un dinero que podríamos ahorrarnos.
Lo que no debes olvidar
Aunque en la ITV se comprueba el estado de los frenos, suspensiones y otros elementos de los que no podemos comprobar su buen funcionamiento a simple vista, hay otros detalles que sí podemos tener en cuenta.
Para empezar, comprueba que el parabrisas no tenga pequeñas grietas o picotazos. Este tipo de defectos que a simple vista parecen inofensivos pueden suponer un gran riesgo y están duramente castigados en la ITV. Del mismo modo, repasa el líquido del limpiaparabrisas, su ausencia se señala como “falta grave" y puede suponer todo un problema.
El alumbrado también debes tenerlo en cuenta. Casi a diario vemos conductores que tienen una luz fundida, mal alineadas o que no funcionan a toda la potencia que deberían. En el repaso previo no te olvides de las luces de freno o los antinieblas.
Las ruedas son las grandes olvidadas. Son parte fundamental para circular y nos sorprenderíamos si conociéramos al número de personas que nunca comprueban la presión de sus neumáticos o el desgaste de los mismos. Sencillo, lleva unos pocos minutos y nos ayudará a pasar la ITV y, sobre todo, viajar seguros.
Y esto también ayuda
“Lo bien hecho, bien parece". Mi madre siempre me ha repetido esta frase y con los años he podido comprobar que tiene toda la razón. Lo mejor no es sólo que las cosas funcionen correctamente, también es bueno que lo parezcan.
Por ello, antes de acudir a la ITV, pide cita. Te ayudará a ganar tiempo, revisar todo con la antelación suficiente y reducir los nervios. Además, también te servirá para tener todos los papeles necesarios: tu documentación, la Tarjeta de la ITV y el Permiso de Circulación. Así evitarás dejartelo en casa.
Y, como decíamos antes, es bueno que limpies tu coche en profundidad. Presentarte con un coche sucio y aspecto de dejadez puede levantar las suspicacias de los técnicos. Lo mejor es que pases a fondo el interior y el exterior, prestando especial atención a la matrícula para comprobar que no esté doblada o presente otro tipo de desperfectos.