Motor-refrigeración-lubricación
El rendimiento del motor baja con las altas temperaturas. Cuanta más alta es la temperatura, el volumen de oxígeno que contiene el aire es menor. Por ello, la mezcla de aire y combustible es un poco peor que en otras condiciones climatológicas, por lo que la combustión es menos eficaz y el rendimiento del motor baja. En coches con motor turboalimentados, se habla de pérdidas de potencia de hasta 20 CV, mientras que en los atmosféricos la pérdida es algo menor (unos 10 CV). A todo ello hay que recordar que si tienes funcionando de forma intensa el aire acondicionado o el sistema de climatizador del vehículo, el rendimiento del motor también puede bajar un pequeño escalón más.
En este sentido, tampoco estaría mal que revisaras los niveles de líquidos refrigerante y aceite. Uno aporta ventilación y una mejor temperatura a todo el sistema mecánico y el otro aporta una mejor lubricación. Bajos niveles en estos líquidos pueden afectar de forma negativa al motor, apareciendo incluso averías más graves.
Aire acondicionado: siempre a punto
Es un elemento de confort que hará mucho más agradable tu viaje en coche en verano. Por ello, conviene tenerlo a punto y estar atento a posibles fallos que se pueden manifestar a través de varios síntomas/pruebas. El aire acondicionado de tu coche puede estar funcionando mal si:
- Si no baja la temperatura del interior del coche en poco tiempo. Este problema puede estar ligado al nivel del líquido de fluido, de la botella deshidratante, del filtro del habitáculo o del bloqueo de alguno de los sistemas.
- Si al conectarlo percibes un olor desagradable, lo que se debe a la acumulación de humedad en los conductos de aireación y es síntoma de que el circuito de climatización está infectado de bacterias, polvo y hongos.
- Si se concentra el vaho en los cristales porque no enfría lo suficiente. La solución suele ser cargar el gas del circuito.
- Si hay poco caudal de aire. Lo habitual es que el filtro de habitáculo está obstruido.
Antes de la aparición de estos síntomas, conviene que acudas a un taller antes del verano para comprobar el estado de cada uno de los componentes que forman este sistema. Además, en esta visita te pueden cerciorar si está o no debidamente cargado. De hecho, cargar el aire acondicionado no suele conllevar grandes desembolsos económicos (hay centros que lo hacen desde algo menos de 20 euros). Más sobre el aire acondicionado, siempre a punto.
Turbo
El turbocompresor es un elemento mecánico que sirve para incrementar el rendimiento del motor, al tomar aire del exterior e introducirlo en los cilindros a presión. En motores Diesel, pueden llegar a trabajar a temperaturas máximas superiores a 650º, que unido al calor y sequedad del ambiente, puede aumentar aún más la temperatura a la que trabaja. En el caso de los propulsores de gasolina, las temperaturas del turbo pueden llegar a superar los 1.000º.
Por ello, es vital un correcto mantenimiento, respetando escrupulosamente los cambios de aceite y de filtro. Resulta, por tanto, vital una buena refrigeración y lubricación del turbo para evitar futuras averías.
Escobillas: no cumplirán su función y podrán rayar el parabrisas
Las escobillas de los limpiaparabrisas están fabricadas en goma y son las encargadas de limpiar el cristal cuando está sucio o de apartar el agua cuando está lloviendo. Con cambios bruscos de temperatura (del frío intenso del invierno al calor extremo del verano), la goma de las mismas puede degradarse.
En el caso del verano, a la alta temperatura hay que unir la inexistencia casi total de lluvias, por lo que el ambiente puede estar muy seco y, por tanto, aumentan las posibilidades de que pueda aparecer polvo y arenilla en suspensión. Estos pequeños fragmentos se pueden depositar en la goma de las escobillas, por lo que aumentan las posibilidades de que cuando se accionen los limpiaparabrisas, las escobillas podrán rayar el cristal, además de perder su eficacia cuando realmente necesitan ser activados.
Sistemas electrónicos
De nuevo, el correcto funcionamiento del sistema de refrigeración del motor y del habitáculo puede evitar la aparición de problemas en los sistemas electrónicos. Además del ya mencionado líquido refrigerante, conviene revisar las entradas de ventilación existentes en la carrocería (capó y parrilla frontal) así como el propio electroventilador. Expertos en mecánica consideran que estos sistemas pueden empezar a tener fallos si superan los 80º, aunque los sistemas electrónicos más modernos y evolucionados pueden llegar a soportar hasta 100º.