Me encantan los coches, conducir, pero no profesionalmente, sino que trabajo en Muy Interesante, más cercano al mundo del diseño y del arte. No podía declinar la invitación para dejar un día mi coche y probar el Toyota Auris Híbrido. Además, hace pocas semanas probé un Nisan Leaf eléctrico y me serviría para comparar las dos tecnologías, si es que se pueden comparar un híbrido y uno totalmente eléctrico.
En rasgos generales, el Toyota Auris Hybrid me ha parecido cómodo y suave. La postura se encuentra fácil, los asientos perfectos. Me gustó la pequeña palanca de cambios, o mejor dicho, el selector de marcha, porque es automático.
La primera sensación cuando aprietas el botón de arranque y se encienden las luces del salpicadero y la gran pantalla es que no arranca. Claro, ¿para qué va a arrancar si va a utilizar su motor eléctrico? Vale, él manda. No hemos empezado y ya te vas dando cuenta de que va a ser así todo el rato.
Antes de nada, como me pidió Miguel, hago un reset para que se ponga a 0 el ordenador y poder comprobar luego los kilómetros y consumos.
Selecciono D en su pequeña palanca, suelto el freno y salimos. Todo suavidad, sin tirones, sin vibraciones, sin ruido. Lo del ruido es una cosa que hay que tener muy en cuenta, porque los peatones "no te oyen".
Pongo rumbo a mi casa, es un trayecto de 16 kilómetros. Primero por ciudad para coger la circunvalación M30. Voy mirando la información que me da el ordenador y la pantalla, que se llena de barritas para indicarte el consumo. Paro en el primer semáforo y, cuando salgo, veo que el indicador de consumo instantáneo se ilumina, el motor eléctrico necesita ayuda. Me pasa en todos los semáforos y me llevo una sorpresa, porque pensaba que circulando por ciudad solo funcionaría el motor eléctrico. Lo mismo pasa si la calle es en cuesta. Parece que el motor eléctrico tiene menos potencia de lo que yo me imaginaba.*
Tomo la desviación a la M30 y piso el acelerador para incorporarme, el motor se revoluciona pero me da la sensación de que suena mucho. ¿Será que me he acostumbrado a circular sin oír el motor?
Salgo de la M30 a otras circunvalaciones aún más lejos del centro de la gran ciudad. Son vías fáciles, rápidas. Hoy no hay atasco y puedo circular al límite de la velocidad legal. La verdad es que me encuentro un poco obsesionado con el consumo porque, cada vez que le pisas, las rayitas de la pantalla te delatan. Hoy mi vuelta a casa se está convirtiendo en un juego. Sí, en el juego "consumir poco". Quien me conoce dirá que me he vuelto loco, pero es que este Toyota híbrido te incita a eso.
Entro en mi garaje. Cámara trasera, sensores de aparcamiento. El coche está bien equipado, porque por llevar tiene también un techo solar generoso.
Ahora es el momento de ver el maletero. Se nota que han tenido que ganar sitio para las baterías. ¡Lógico!
A la mañana siguiente toca el trayecto de vuelta a la ofi. Esta vez aprieto el botón de arranque y a los pocos segundos se arranca el motor. ¿Será por la temperatura? Porque hace bastante frío. Por cierto, tarda muy poco en salir aire caliente y eso se agradece.
Tomo la M21, M40, M30, camino inverso al de ayer. Hoy tampoco hay atasco. ¡Qué raro! Un poco de ciudad y aparco en el edificio que compartimos con Motorpress.
Los consumos han sido de 4,7 litros el primer día y 4,9 el segundo conduciendo muy suave. No está mal, pero tampoco es para tirar cohetes. Quizá si hubiera conducido como lo hago habitualmente, el consumo habría sido muy diferente, pero me he dejado llevar por el juego al que invita del Toyota Auris Híbrido. Un solo día no ha conseguido convencerme. Aun me gusta sentir mi coche, con su ruido, con mucho empuje y este Auris Híbrido lo esperaba "más eléctrico".
*Comentarios de Miguel G. Puente (Director Técnico de Autopista):
Por suerte hay tal variedad de modelos en el mercado como gustos y cualquiera puede encontrar uno o más modelos que le cuadren. Si no, ¿habríamos evolucionado más allá del Ford T de color negro? Tu "sentir el coche", "el empuje" y "el ruido", lo entiendo perfectamente cuando tu coche del día a día tiene ¡500 Nm! de par. Así cualquiera. El que se ponga en marcha al salir del semáforo es que pisas algo más de lo que crees -qué mal acostumbrado te tienen tu coche actual y anteriores, capaces de encabritarse-; si de verdad te hubieras entregado al juego del Auris Híbrido como dices, le habrías cogido el tacto al acelerador para que no arrancara. Y los consumos, ¿que no son para tirar cohetes? ¡pero si con el Auris Hybrid has bajado un cincuenta por ciento tu consumo habitual!
Bromas aparte, el consumo "pisando" en el híbrido no sube tanto como imaginas, salvo yendo "a tope". El híbrido tiene la gracia de que tus excesos con el acelerador es capaz de recuperarlos en forma de energía eléctrica porque para ajustarte al tráfico -que eso no lo puedes cambiar, es "el que hay"- tendrás que levantar el pie antes (o hacerlo más a menudo). El motor térmico se pone en marcha al poco de iniciar cuando hace frío como una estrategia, calienta el motor, el catalizador y lo deja listo para... cualquier uso que pretendas. El motor eléctrico es potente, pero al pisar a media carga, a veces se pone en marcha el térmico para mejorar la eficiencia y el consumo. Esto solo lo puede hacer un híbrido: extraigo más potencia al motor, pero con el mismo consumo, porque lo hago funcionar con la mariposa casi totalmente abierta. Y esa potencia extra y casi gratis la usa para recargar la batería. Trucos a los que, si lo hubieras conducido más tiempo, quizá te hubieras hecho. Pero esta prueba de un mes #EnRodaje con el Toyota Auris Hybrid está llegando a su fin.