No hay nadie ya, ni mi abuelita, que no conozca a estas alturas la existencia de Tesla, ese coche eléctrico que puede correr como un deportivo, que se puede recargar en media hora en sus Supercharger y que con una recarga intermedia podría cruzar España de lado a lado. Especialmente, con la llegada de los Tesla X y la presentación en fervor de masas del Tesla 3.
El tercer lanzamiento consecutivo de prueba de la lanzadera espacial SpaceX, con su consiguiente recuperación, ha sido un éxito, pero de todos los proyectos que tiene entre manos Elon Musk, creador de PayPal, de Tesla Motors, el que parece más cercano a ver la luz se llama Hyperloop, una especie tren que circulará levitando por dentro de un tubo al vacío, capaz de superar los 1.000 km/h. Lo que la firma Hyperloop ha venido en calificar como quinto modo de transporte, por supuesto, totalmente automatizado y sin conductor. En dos o tres años, el responsable de ingeniería de Hyperloop One, Josh Giegel, espera tener los tubos ya construidos y llevar personas antes de 2020 o 2021. De hecho, esta empresa acaba de hacer una demostración de la viabilidad de su sistema de propulsión en el desierto de Nevada.
Y ojo, no confundas Hyperloop One (la antigua Hyperloop Technologies) con su rival Hyperloop Transportation Technologies (), ambas dispuestas a llevar a cabo el sueño de Elon Musk, unos levitando mediante un colchón de aire, los segundos mediante energía magnética.
Qué es Hyperloop
La clave de Hyperloop quizá lo has visto en algún gran almacén o supermercado, que envían por unas conducciones neumáticas (unos tubos con un compresor de aire) pequeños cilindros, por ejemplo, conteniendo billetes. Hyperloop es equivalente, un gran tubo hermético por el que podrán circular vagones que denominan "pods",con pasajeros en su interior. Decimos equivalente, porque Hyperloop es conceptualmente muy diferente. No hay aire a presión para desplazar el móvil, sino vacío en el interior del tubo para que apenas haya resistencia aerodinámica. En el caso de Hyperloop One tampoco hay aire empujándolo por detrás con aire comprimido desde una central exterior al tubo, sino que se mueve por sus propios medios, mediante energía eléctrica.
Hyperloop corre en un tubo de vacío
La aerodinámica es en lo que realmente se emplea la potencia de un vehículo, en vencer la resistencia del aire a su avance: a medida que la velocidad aumenta el aire se convierte en un verdadero muro. 60 CV bastan a un coche para alcanzar 140-150 km/h. Llegar a 200 km/h requiere 150-160 CV y los 400 km/h del Bugatti Veyron necesitaban 1.000 CV. El truco de Hyperloop para no necesitan altísimas potencias es quitar el aire de delante y para eso la solución es hacerlo circular por un túnel quasi-hermético, un tubo de vacío. Sencillo en teoría, tan difícil que hasta ahora nadie se había puesto manos a la obra.
Sustentación neumática
El segundo aspecto en el que los transportes terrestres "pinchan" es en la resistencia a la rodadura. Incluso si las ruedas son metálicas como las del tren, también absorben (innecesariamente) potencia para compensar el rozamiento. Por otro lado, la inercia que presentan las ruedas, por el hecho de girar, devoran gran cantidad de energía cada vez que hay que acelerarlas. Todo esto es pura Física, que Hyperloop va a atajar eliminando esas fricciones, sencillamente provocando que el tren levite sobre un cojín de aire, mediante aire comprimido. Esto requiere energía, elevada, pero todavía no se conoce la rueda capaz de soportar circular durante su uso normal velocidades sostenidas como las del Hyperloop que duplican las del tren más rápido sobre ruedas de la actualidad. Sus rivales de Hyperloop Technologies, en cambio, ofrecen sustentación mediante energía electromagnética.
Hacer levitar el "hyperpod" hace aconsejable el mínimo peso, lo mismo es recomendable para reducir la energía necesaria para acelerar el vagón, por aquello de la segunda ley de Newton de masa y aceleración. Así se explica el empleo de fibra de carbono como material que combina las altas resistencias requeridas, junto con un mínimo peso. Afortunadamente, la presencia del propio tubo hace de protección y deja al vagón al abrigo de las condiciones climáticas externas. Incluso si las condiciones externas se refieren a ir bajo el agua, como dejan ver en la web de Hyperloop-one.
Propulsión eléctrica
El el caso del Hyperloop One el frenado es eléctrico, dicen. En caso necesario, pueden incluso acudir a un freno aeromecánico. Ya sabemos cómo pararlo, pero ¿y cómo se impulsa? Lo creas o no, Hyperloop One lleva delante del vagón un gigantesco compresor, similar -según el dibujo que muestran- al que ves en un motor de avión a reacción comercial. Aparentemente, succiona el poco aire que hay por delante de él y lo arroja hacia abajo para hacer levitar el vagón. No avanza porque eche el aire hacia atrás por haber aumentado mucho la presión (lo que hace el avión, después de haberla aumentado considerablemente mediante una combustión interna), sino que avanza por el hecho de succionar el poco aire que tiene por delante en el tubo. Nos imaginamos los problemas y retos de los ingenieros, en el caso de que haya que sellar físicamente el vagón y el tubo (como los segmentos de un pistón en un motor) para que se aproveche mejor esa succión. Si no lo hacen así, cómo solucionar con una geometría adecuada de vagón y tubo para que cumpla su función a todas las velocidades. Imaginamos que el compresor funcionará tanto mejor cuanto más deprisa circule, porque se encontrará con más moléculas de aire que comprimir, en lugar de un aire enrarecido como es el quasi-vacío en el que se mueve el vagón: ¿qué eficacia se puede conseguir de comprimir un aire sin aire? No se trata de poner pegas al proyecto, sino explicar por qué tú y yo no podemos plantearnos hacerlo, ni siquiera uno de juguete. O hacer vacío en el tubo. Y si puedes, ya puedes ir mandando tu currículum, porque están buscando gente con tu talento.
Primeras pruebas
En el mes de mayo Hyperloop One ha llevado a cabo una prueba piloto de un prototipo para demostrar la viabilidad de su sistema de propulsión. El pequeño prototipo solo alcanzó 160 km/h, suficiente para confirmar la validez del concepto, en un recorrido de unos 100 metros en los que alcanzó una aceleración de 2,4 g. Si estás impaciente por ver una prueba del sistema completo de Hyperloop One tendrás que esperar a finales de año. Los proyectos de Elon Musk son tan dignos de la historia como los de Julio Verne, pero mientras que este los escribía, Musk quiere que se lleven a buen término y en un plano corto. Si hacemos caso a quienes los están diseñando, los podremos ver en muy pocos años. De entrada, Hyperloop Transportation Technologies ya ha firmado con el gobierno de Eslovaquia un acuerdo, con la intención de conectar con Austria mediante Hyperloop.
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