En 2018 el mercado del coche conectado generará 39 millones de euros, cuando seis años atrás se cifraba en 13 millones de euros. Ésta es una de las principales conclusiones que se desprenden del informe elaborado por Interactive Advertising Bureau (IAB) sobre el cada vez más creciente mundo de la conectividad en el automóvil. Pero lo cierto es que viendo cómo estamos a día de hoy en esta materia, es evidente que nos queda mucho camino por recorrer al menos en Europa , y por tanto en España: la alta fragmentación, el elevado coste o las carencias tecnológicas integran el común denominador en la materia.
Los conductores quieren coches conectados
Según una encuesta realizada por IAB, la mayor parte de los usuarios valoran mayoritariamente que sea posible conectarse a Internet a través del automóvil, por encima de otros dispositivos como puedan ser las gafas o los relojes. Por este motivo, IAB ha realizado un extenso informe para el que se han analizado 24 marcas automovilísticas y el principal escollo que se deriva de sus conclusiones es la ya mencionada fragmentación. En cifras:
21 fabricantes de automóviles ofrecen soluciones integrales de conectividad.
11 marcas disponen con un portal online para gestionar servicios conectados o apps: Audi, BMW, Citroën, Infiniti, Lexus, Mazda, Mercedes, Nissan Peugeot, Renault y Toyota.
11 marcas cuentan con un market propio de apps: Citroën, Infiniti, Lexus, Mazda, Mercedes, Nissan, Opel, Peugeot, Renault, Toyota y Volvo.
Sólo 2 fabricantes ofrecen soluciones de conectividad en sus acabados más bajos: Ford e Infiniti.
Asimismo, la manera de conectarse a Internet está lejos de estar unificada: mientras unos fabricantes optan por una SIM integrada o embebida (Audi, BMW, Mercedes, Ford), la mayoría utilizan el smartphone como intermediario para la conexión a Internet. Y siendo esta opción la mayoritaria en la mayoría de las marcas, nos encontramos con una evidente traba económica: hacer un uso total de la conexión a Internet en el coche deriva un consumo considerable en datos y la casi imposibilidad de disfrutar de la misma fuera de nuestro país (el roaming no es precisamente económico).
Además, la conectividad está lejos de ser gratis. Si bien todos los fabricantes presentes en el estudio ofrecen suscripciones gratuitas, lo hacen por un tiempo muy limitado: un año en su mayoría, aunque Audi es la más generosa, ofreciendo 3 años, y Volvo la que menos, sólo 30 días.
Asistentes vocales, el futuro
Para los usuarios, y fabricantes, el futuro está en los asistentes por voz. En pos de la seguridad vial, las nuevas tecnologías están concebidas para evitar que el conductor aparte la vista de la carretera y por ello hasta se están desarrollando parabrisas que nos den la misma información que el cuadro de mandos del coche. Sin embargo, de las marcas analizadas, sólo doce cuentan con sistema de voz para gestionar los comandos del vehículo, de las cuales cinco son premium.
E incluso estas marcas que incluyen dicha función, aún tienen mucho margen de mejora para acercarse al Siri de Apple. Asimismo, existe una tendencia a integrar soluciones como el text to speech para dictar mensajes de texto o emails, así como para escuchar y no leer el contenido de los mismos.
Estándares de conectividad: la solución
Gran parte de la culpa de este optimismo sobre el mercado de la conectividad en el coche anteriormente mencionado es la de la popularización de estándares de conectividad. Y la previsión indica que, en 2015, estos cuatro estándares ya serán parte de la realidad automovilística: el CarPlay de Apple, el Mirror Link de Nokia, el Android Auto de Google y el Windowns in the car de Microsoft.
Todos estos estándares, que conseguirán esa buscada y preciada homogeneización que impulsará definitivamente el mercado, se basan en el mismo sistema: a través del teléfono, lo que hacen es proyectar ciertas funciones y aplicaciones del mismo en el coche. Es decir, ninguno ha sido concebido para integrar un sistema operativo, ya sea iOs, Android o Windows en sí mismo. Y al igual que ha ocurrido con los terminales móviles, llevamos asistiendo, sobre todo los dos últimos años, a una batalla tecnológica entre estos gigantes: la buena noticia es que las marcas tienen una tendencia generalizada a no casarse con ninguna, una postura inteligente ya que no harían sino limitar mucho al consumidor y por tanto a su propio mercado. De este camino se desmarcan Peugeot y Citroën, que quieren desarrollar su propio sistema de conectividad.
El más popularizado, al igual que ocurre con el mercado de los smartphones, es el Android Auto de Google con dos apps principales como reclamo: Google Maps y Google Play Music, auspiciada por Spotify.
e-call, ¿nos pilla el toro?
A partir de diciembre de 2015, la llamada de emergencia automática e-call será obligatoria, de serie, en los automóviles. Este sistema lo que hace es llamar al 112 sin que intervenga el conductor cuando el coche detecta que ha tenido un accidente grave (por ejemplo, si salta el airbag). Esta tecnología informa mediante GPS de la ubicación del vehículo, así como la hora del accidente y en sentido en el que está circulando.
El hecho de que sólo siete marcas de las veinticuatro analizadas cuenten ya con este sistema nos indica que quizá vamos un poco tarde en la materia.