Ya hay fecha. Todo el mundo hablaba de grandes avances en camino en el mundo de las baterías. Nissan, con el primer Leaf, ya nos apuntó que la fábrica se había diseñado teniendo en mente un posible cambio tecnológico. Los responsables de VW mostraban sin fecha gráficos sobre positiva evolución de precios y capacidades de las futuras baterías. El cuándo es, si nadie ha avanzado ya más, en 2020. Eso significa a la vuelta de la esquina. Con la próxima generación de Renault Zoe, de BMW i3, etc.
La empresa que producirá las nuevas baterías se denomina Lithium Energy and Power GmbH & Co. KG, con sede en Stuttgart. Allí tiene también su sede Bosch, empresas asociada en la nueva empresa, junto a las japonesas GS Yuasa y Mitsubishi Corporation. En su primera declaración dijeron que el objetivo es “producir baterías de iones de litio que proporcionen hasta dos veces más capacidad que las actuales”.
Doble capacidad no es doble autonomía
No te equivoques, que la doble densidad energética, el doble de electricidad utilizable en el mismo espacio y con el mismo peso no servirá necesariamente para poder hacer el doble de kilómetros con una carga de batería. Si se quiere acumular el doble de kilómetros, habrá que recargar el doble de electricidad en la batería, y eso significa estar conectado al enchufe el doble de tiempo. El doble de las seis-ocho horas en tomas domésticas actual. Habría que cambiar la infraestructura eléctrica para recargas de más intensidad, con cargadores rápidos. El dueño del coche no querrá tener el coche conectado 16 horas.
Así que, si no cambian las redes eléctricas, la mayor capacidad de las baterías servirá fundamentalmente para hacer baterías más pequeñas. En teoría, la mitad de batería bastaría. Eso significa un precio mucho más bajo del coche, porque la batería es en la actualidad uno de los costes más elevados en un coche eléctrico. También ocuparía menos espacio en el coche y permitiría nuevos diseños menos condicionados por la enorme batería.
Híbridos, los grandes beneficiados
Con baterías de más energía, será más fácil hacer híbridos. De cualquier tamaño de carrocería, incluso los pequeños, y con más kilómetros en modo eléctrico. Los consumos de combustible bajarán. Los grandes beneficiados serán los coches híbridos enchufables, mucho más fáciles de diseñar, porque apenas se perdería maletero frente a un coche con motor convencional. Además, su precio soportaría mejor la comparación con el Diesel.
Con más híbridos recargables, habría menos miedo a la propulsión eléctrica –concretamente, a quedarse sin energía que te propulse- y podría ser negocio los ahora casi inexistentes puntos de recarga. Y por fin el eléctrico podría despertar. Podría parecer el cuento de la lechera, pero los fabricantes de coches ya están diseñando sus coches para poder instalar baterías con cualquier tipo de celda. Así que, cuando lleguen estas baterías avanzadas u otras, el coche estará listo.
El divorcio de Samsung-Bosch
Se llamaba SBLi y era la empresa formada por Samsung y Bosch para fabricar baterías de litio para automoción. Samsung ponía su saber hacer en los aspectos electroquímicos. Bosch aportaba su capacidad para integrar electricidad y electrónica en los vehículos. Una asociación potente sobre el papel, pero con intereses muy dispares. Los números de la electrónica de consumo, de los millones de teléfonos móviles o de tablets con los que trabaja Samsung hace que incluso las previsiones más optimistas de los fabricantes de coches parezcan un simple experimento de laboratorio. Samsung sigue suministrando celdas a fabricantes con los que tiene contrato, como BMW que las emplea en su i3. “El conocimiento y la fabricación de la batería lo tiene BMW, con independencia de que empresa suministre las celdas individuales”, nos comentó un técnico al preguntarle sobre la cuestión.
No hubo que esperar mucho para conocer que Yuasa era el matrimonio que había encontrado Bosch para rehacer su camino. La empresa conjunta Lithium Energy and Power se constituyó en noviembre de 2013. Yuasa no es una desconocida, es una potencia japonesa en el mundo de las baterías. Y aunque un solo ejemplo no es algo estadístico… una Yuasa fue la batería más longeva que he tenido nunca en un vehículo.