Seguramente ya has oído hablar de Waze, la aplicación de navegación GPS para dispositivos móviles que se nutre de la comunidad que hace uso de sus funciones. Puede parecer difícil que algo que ‘depende de los demás conductores’ esté triunfando. Pero parece que ha calado lo de hacernos participantes. De hecho, Google está al mando desde que la compró en el año 2013.
Después de haber probado una infinidad de navegadores GPS, encontré Waze y, a priori, la necesidad de tener los datos de Internet activados no me convencía. Pero la realidad es que, al final, te acaba compensando el ‘escaso’ consumo que realiza de tu tarifa de datos. Además, la puedes adquirir de forma gratuita y está disponible en dispositivos Android, Apple y Windows Phone, tanto para usarla en el ‘smartphone’ como en la ‘tablet’.
Cómo funciona Waze
Al igual que otros navegadores GPS, lo único que tienes que hacer es poner la dirección a la que quieres ir y confirmar el guiado al destino. En unos segundos, buscará cuál es la ruta más rápida, teniendo en cuenta los atascos u otros determinantes que puedas encontrarte por el camino. Aquí es donde empieza el atractivo de Waze y el motivo por el que tienes que estar ‘conectado’, ya que la inmensa mayoría de la información adicional que encuentras en el mapa viene de otros usuarios de la app. Si detecta que hay un gran número de vehículos en tu ruta que circulan a una velocidad demasiado baja (registra datos de velocidad, tiempo empleado en trayectos, etc), entenderá que hay algún obstáculo que impide la fluidez del tráfico. Será el momento en el que buscará la manera de huir del colapso que nos espera si seguimos por el camino habitual o que nos había marcado inicialmente.
Hace unas semanas tuvimos la oportunidad de comprobar lo anteriormente mencionado. Tras encontrar el aviso de ‘accidente’ más adelante en una zona de autovía (proporcionado por varios de los usuarios), la aplicación nos recomendó que tomásemos una salida con la que rodear la congestión, utilizando una carretera secundaria. Conseguimos evitar la hora y media de atasco, empleando tan solo 20 minutos más de lo normal en llegar al destino.
La base de datos –y aquí entra el hecho de que Google esté al mando- es de las más amplias que he encontrado desde que uso este tipo de aplicaciones. Puedes incluso introducir el nombre de un centro comercial, de una tienda, de una empresa o de una playa, entre otras opciones.
Otro detalle importante son sus indicaciones visuales y por voz, especificando el nombre de la carretera o vía a seguir. Esto resulta de vital importancia, sobre todo en grandes ciudades como Madrid, donde pasarse una salida significa perder una media de 15 minutos, por tener que ir por una ruta más larga o por tener que buscar el cambio de sentido más próximo.
¿De qué avisa?
Prácticamente de todo. Atascos (divididos por tipos según la mayor o menor congestión), peligros, coches aparcado en el arcén, zonas de obras y hasta de la presencia policial. Esto último no gusta demasiado a las autoridades, pero tenemos que decir que nos ha avisado de radares móviles ocultos (indicándonoslos como avisos de ‘policía’). De hecho, en un trayecto de 500 kilómetros, nos advirtió en cinco ocasiones por este motivo. En cuatro de los casos resultó ser un control de velocidad camuflado; el otro era por una moto de la Guardia Civil que se había parado junto a un coche con algún tipo de avería. En cada uno de los avisos, tienes la oportunidad de confirmar que el ‘peligro’, ‘coche’ y/o ‘atasco’ sigue ahí o si, por el contrario, ya no hay nada. Aquí entra en juego el sentimiento de ‘comunidad’ y la contribución que quiera hacer cada uno. Mi sorpresa es que en España está funcionando y la experiencia después de varios viajes ha sido muy satisfactoria.
Es verdad que tienes que hacer un par de clics en la pantalla del móvil para avisar de algo inusual en la ruta, por lo que recomendamos que sea el copiloto el encargado de hacerlo. La propia aplicación te avisa de que no pierdas de vista la carretera, pero puedes seleccionar la opción ‘copiloto’ y utilizar sus funciones.
Lo que menos me gusta es que no informa del límite de velocidad de la vía por la que circulamos, cosa que sí hacen otros sistemas de navegación.
Tiene algunas funciones de red social a las que no les encuentro uso, como hablar con otros usuarios de Waze que encuentres en el mapa. En los últimos meses se ha empezado a ofrecer publicidad a modo de avisos de gasolineras cercanas de una compañía concreta o de la posibilidad de compartir plazas de tu coche mediante una conocida empresa de moda. Eso sí, puedes decidir no registrarte de modo alguno, ni dar correo, ni asociar el Facebook, ni dar nombres o dato personal alguno, sin perder las funciones de navegación GPS interactiva.
En su página web puedes encontrar un mapa ‘en vivo’ a nivel mundial con los usuarios conectados y los avisos que se van mostrando.