Radares en carreteras secundarias, ahora con pila de combustible

Muchos tramos de carreteras secundarias no cuentan con red eléctrica. Para instalar radares se recurre a diferentes soluciones. La pila de combustible, una de ellas.

Alicia Fernández. Twitter: @aliciautopista

Radares en carreteras secundarias, ahora con pila de combustible
Radares en carreteras secundarias, ahora con pila de combustible

Mientras las autovías y las autopistas están casi completamente “cableadas” y disponen de una red de fibra óptica en gran parte del recorrido, los tramos de muchas carreteras secundarias no cuentan ni siquiera con suministro eléctrico corriente. Instalar cabinas de radares en estas zonas requiere de otras soluciones alternativas para alimentar sus baterías (otra historia es su comunicación). Para ello, la DGT tiene que recurrir, principalmente, a la tecnología de la pila de combustible o a la energía solar, o a ambas, de forma conjunta.

La solución que propone Tradesegur, principal suministradora de radares de la Dirección General de Tráfico, y que nos mostró en la pasada edición de Trafic, pasa por Fuel Cell Pro, un sistema que recarga las baterías de los radares a base de quemar metanol. Su principal ventaja es que no necesita energía eléctrica para funcionar, puede utilizarse casi en cualquier lugar, es limpio, silencioso y eficiente. Su instalación es sencilla y no emite residuos contaminantes.

Puede funcionar sólo con una batería, como principal fuente de energía del radar o como apoyo de otra fuente de energía, como un sistema de energía solar (combinado con paneles solares). De esta forma, cuando el sistema solar deja de proporcionar suficiente energía la pila de combustible se activa de forma automática. Esta solución intermedia consigue reducir el coste de un sistema cien por cien solar necesitando paneles de menor tamaño.

¿Y de cuanta autonomía dispone? En el caso de no combinarse con paneles de energía solar, unos 25 litros de metanol permite tener una autonomía de más de un mes, esto en las peores situaciones, porque nos cuentan que puede superar ampliamente este tiempo dependiendo del régimen de trabajo del radar del que se trate. Cuando se combina con los paneles solares su uso se prolonga significativamente.

Otra historia es la comunicación con el centro de control de tráfico correspondiente o con el Centro de Tramitación de Multas de León de la DGT. Muchos radares cuentan con un amplio disco duro, de varios GB, capaces de acumular las infracciones de millones de vehículos. A veces son los operarios de tráfico los que recogen la información regularmente de forma manual, pero en otras ocasiones se transmite por sistemas como el 3G o 4G.

La red de fibra óptica de la Dirección General de Tráfico asciende, actualmente, a los 10.000 kilómetros. La red enlaza los equipos de carretera, no solo radares con los Centros de Gestión de Tráfico correspondientes ((Coruña, Madrid, Málaga, Sevilla, Valencia, Valladolid, Zaragoza y Baleares). A comienzos de este año, la DGT disponía de 1.590 cámaras de videovigilancia, 1.926 estaciones de toma de datos, 425 estaciones meteorológicas, 383 cinemómetros, 2214 paneles de mensaje variable. Todos ellos comunicados por fibra. 

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