Sin datos concretos sobre el número de controles y efectivos de los que dispondrá la DGT durante esta semana, el organismo ha anunciado que hasta el próximo 12 de agosto se vigilará con más ahínco el respeto a los límites de velocidad. El objetivo es, según la Dirección General de Tráfico, concienciar a los conductores de la importancia de dichos límites.
El único dato aportado es que la vigilancia se duplicará en las carreteras españolas, especialmente en los 140.000 kilómetros de vías secundarias que recorren nuestro país y en la que se producen 8 de cada 10 fallecidos en accidentes de tráfico. Por ello, desde hoy y hasta el próximo domingo 12 de agosto, la vigilancia se intensificará.
“Velocidad y riesgo de accidente", ¿aviso a navegantes?
Además de la información sobre el aumento de la vigilancia en carretera, la DGT también ha considerado oportuno incluir un estudio de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollos Económicos) denominado “Velocidad y riesgo de accidente" en el que se aportan una serie de cifras en los que se relacionan velocidad y accidentes fatales.
Según el estudio, el riesgo de fallecimiento de un peatón se multiplica por cinco cuando pasamos de 30 km/h a 50 km/h, mientras que la reducción de la velocidad en 5 km/h supone disminuir el riesgo de muerte en un 28 por ciento. Pero a este dato, que parece de lógica aplastante, también se le suma una propuesta que va en sintonía con las últimas intenciones de rebajar los límites de velocidad de todas las vías secundarias a 90 km/h. Sin embargo, en el informe se va un paso más allá y se pone encima de la mesa una reducción a 70 km/h en todas aquellas vías que no cuenten con una mediana para separar los dos sentidos de la marcha.
Además, desde la DGT también señalan que el descenso de la siniestralidad a causa de la velocidad puede conseguirse mediante las ayudas a la conducción, destacando el sistema de mantenimiento de carril para evitar colisiones frontales o salidas de la carretera, así como la frenada de emergencia en ciudad para limitar los atropellos. De igual modo, se basan en un estudio de la Universidad de Valencia para defender la eficacia de los radares, ya que la velocidad excesiva o inadecuada está presente en el 30 por ciento de los accidentes mortales, pues “aumenta la agresividad y el estrés del conductor y altera el funcionamiento sensorial (disminuyendo el campo visual) y el fisiológico (aumentando el nivel de fatiga)", entre otros problemas.