La ruta comienza en el desvío que lleva hacia Msemrir y las gargantas del Dades, a la salida de Boumalne en dirección a Ouarzazate. Hay que seguir, algo menos de nueve kilómetros, por una estrecha y transitada carretera que está en un estado lamentable. El asfalto ha desaparecido en muchos puntos y esto hace que el firme, bacheado e incómodo, resulte más molesto que el de algunas pistas. Esta incomodidad queda sobradamente compensada por un precioso recorrido que, desde el principio, ofrece unas magníficas vistas sobre un espléndido paisaje: el amplio desfiladero que alberga el extenso oasis alimentado por las aguas del oued Dades. En ambas orillas las tradicionales kasbahs y ksur se funden con los verdes y ocres dominantes, como si fueran extensiones naturales del terreno. Un precioso recorrido acompañado por una vigorosa vegetación. Lamentablemente los cables del tendido del teléfono están situados a la derecha de la carretera «contaminando» parcialmente las panorámicas. Junto a un cartel que indica la dirección hacia Ait Ziad, a menos de un kilómetro de Ait Youl (casilla 3), salimos del asfalto cogiendo una pista hacia la izquierda que se interna por el cauce pedregoso de una amplia torrentera (casilla 4). El curso del agua se adentra por un estrecho cañón entre montañas de tonos amarillos y rojos. En algunos puntos las paredes de roca adoptan peculiares formas redondeadas, «gaudianas», provocadas por la erosión. Es un tramo lento, aunque no incómodo, siguiendo el retorcido curso del oued. En algunas zonas el cañón se estrecha hasta casi juntarse las laderas. Las paredes están formadas por una especie de amalgama de cantos rodados y barro seco. Al salir de la torrentera (casilla 6) iniciamos una continua subida adentrándonos por un paisaje dominado por los tonos marrones de las montañas del jbel Talouit. Sólo en el cauce de los pequeños oueds, que atravesamos ocasionalmente, se puede ver alguna vegetación en forma de arbustos grandes y flores silvestres, el resto es un terreno árido en el que sólo crecen ralos matorrales de color verde oscuro. La pista, que avanza entre montañas redondeadas, destaca por el color blanco del firme. Un suave descenso nos lleva a cruzar el pedregoso cauce gris del oued Imejgane, el paso es lento con abundantes bañeras y piedras. En la otra pared del desfiladero, enfrente, se distinguen los trazados blancos de las pistas. Nada más pasar el oued comenzamos a subir. El firme de la pista mejora notablemente y un cómodo y rápido tramo, entre redondeadas montañas verdes, nos acerca hasta otro enorme desfiladero. Desde lo alto disfrutamos de una extraordinaria panorámica. Abajo, en el fondo del barranco, un oasis de vegetación pone una nota de intensos matices verdes entre los tonos oscuros del mar de montañas que se extiende en todas direcciones. Son las fértiles gargantas del oued Mgoun, flanqueadas por continuos pueblos de adobe. Una bajada potente siguiendo un cómodo tramo de pista, apuntalado con refuerzos hechos con piedras, nos acerca hasta Tizgouine una pequeña y bonita kasbah de piedra y adobe.Rodeamos el pueblo para llegar al vadeo del oued Mgoun. Vadeamos el oued Mgoun e iniciamos una retorcida subida por la pared de las gargantas, un tramo cómodo que nos lleva hasta una pista excelente (casilla 11). La nueva pista, con el firme reforzado en casi todo el trazado, sigue ascendiendo por la ladera. Una fuerte caída a la derecha aconseja prudencia con el acelerador. Al rodear una montaña accedemos a un desfiladero, enfrente, separada por la profunda hendidura, destaca una línea blanca que surca recta la ladera de una montaña, a modo de curva de nivel topográfica. Es el trazado de una pista importante, la 6831, a la que accederemos después de bajar hasta el cauce del oued Znag, seguir un corto tramo junto al curso pedregoso del río y subir para llegar al cruce (casilla 12). La nueva pista, algo pedregosa y muy ancha, permite ir ligero. Serpentea por un terreno montañoso y árido, de tonos rojizos, cubierto de matorrales. Un rápido recorrido, junto a los postes del tendido eléctrico, nos acerca hasta un fértil valle flanqueado por las cumbres de los colosales jebeles Touchar y Tadaou.
Ruta 4x4: Boumalne - Ouarzazate
El Valle del Dades es el punto de partida de una preciosa ruta que, a través de escarpadas laderas y profundos desfiladeros, surca las formidables cumbres del Atlas, para acabar en Ouarzazate. Un recorrido que ofrece una sucesión de espléndidos y variados paisajes en los que se alternan zonas áridas y desoladas con fértiles oasis ubicados en los cauces de los oueds.
