Por lo demás, el Range Rover 4.4i V8 Vogue, como ya demostró la variante HSE, es un excelente compañero de viaje… siempre que seamos capaces de pagar los algo más de 100.000 euros que cuesta en su configuración básica. Pero es que disfrutar de un habitáculo tan amplio y silencioso como el de este coche, de sus bien mullidos asientos, o de sus agradables suspensiones neumáticas, que incluso en terrenos de firme rizado ofrecen un gran confort, hace que el paso de los kilómetros se convierta en un auténtico placer.Por lo que se refiere a su capacidad de andar, es excelente. Basta comentar que los 282 CV que entrega su poderoso V8 le permiten acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 10 segundos y superar 200 km/h con bastante facilidad. ¡Y todo eso pesando más de 2,5 toneladas!. Eso sí, disfrutar de este poderío viene acompañado de unos consumos de combustible igual de espectaculares. Así, a ritmos muy tranquilos la cifra no bajará casi nunca de los 17-18 litros, mientras que a cruceros rápidos esa cifra superará más que ampliamente los 27-28 litros.En cuanto al comportamiento y pese a las dimensiones y peso del coche, sorprende por su eficacia, en especial sobre carreteras de primer nivel, en las que las curvas de amplio radio se negocian a alta velocidad con una total sensación de seguridad. En carreteras de trazado más sinuoso las inercias de su peso salen a relucir, pero salvo grave error de apreciación, las cosas nunca llegarán a niveles peligrosos, porque el eficaz control de estabilidad se encarga de que el coche no se nos vaya de las manos. Eso sí, los frenos, aunque potentes, deberían mejorar su resistencia.Aunque es verdad que sus gigantescas dimensiones imponen límites espaciales severos en los pasos muy angostos, poco se le puede echar en cara a este coche que, además, disfruta de una dirección que gira muchísimo. De hecho y si hay algo de espacio, sus habilidades en campo son sorprendentes gracias a sus efectivos sistemas de control de tracción y de descensos, a sus cortísimas reductoras y a sus suspensiones, que disfrutan de unos recorridos espectaculares y de la posibilidad de variar la altura libre del coche entre 22 y 26 centímetros. Con semejante altura libre las cotas TT son notables por lo que concierne a los ángulos de ataque, salida, e incluso ventral, y los vadeos son abordados con gran solvencia ya que la toma de admisión, aparte de muy protegida, queda bastante alta. Eso sí, hay que tener cuidado con la combinación agua-polvo-vibraciones-electrónica, que nos puede jugar alguna mala pasada en una utilización campera extrema y con malas condiciones ambientales. El motor V8 del Range Rover es prácticamente el mismo que utiliza el BMW X5 4.4i, y como en aquel, las prestaciones son buenas, aunque no llega a las cifras del modelo alemán. Algo que puede explicarse por su gestión ajustada a una utilización más campera, por su gran peso y por la también peor aerodinámica de su carrocería más cuadrada. Los consumos también acusan todo lo anterior, alcanzando cifras poco tranquilizadoras, en especial cuando se superan los 140 km/h. El comportamiento, por el contrario, es muy bueno para las dimensiones y peso del coche. Las suspensiones neumáticas con regulación de altura y las ayudas electrónicas a la conducción permiten abordar aventuras camperas de bastante nivel. Los frenos presentan un buen tacto, aunque las frenadas resultan algo largas debido al peso del coche.
Range Rover 4.4 V8 Vogue
Podrán criticarse sus enormes dimensiones o sus cuadradas formas, pero si la economía lo permite y buscamos un coche elegante, cómodo y con un equipamiento regio, este Range Rover puede ser una buena opción de compra. A cambio disfrutaremos de un vehículo que, a todo lo anterior, añade un excelente comportamiento en asfalto y muy eficaz en campo.
