Cuándo probamos un tt fuera del asfalto efectuamos con el una serie de recorridos preestablecidos acordes a su teórica capacidad, ¡vamos!, que procuramos no meter a un SUV en las mismas complicaciones que lo haríamos por ejemplo con un Land Rover Defender. Ocurre que en este caso mis planes se trastocaron bruscamente, no contaba con el factor Pando. Mi perro, un juguetón e indisciplinado mastín con mezcla San Bernardo de sesenta y pico kilos y apenas 16 meses. Pues bien, el muy c… lo dejaremos en can, justo el día que iba a devolver la pick up hizo algo que no había hecho nunca. Escaparse, y al galope tendido, del jardín de casa en cuanto abrí la verja. Como desoía mis avisos y me temía no verle más, corrí a por su correa, arranque la Isuzu y, nervioso, tome la dirección por donde había desparecido. En las casi tres infructuosas horas que estuve buscándolo por los montes y cerros colindantes me ví obligado, y a marchas forzadas, a descubrir de lo que es capaz este vehículo cuando lo pones en situaciones de off road límite. Que de no ser por el lance ni las hubiera intentado, y menos con una Pick-Up. Cortados pronunciados, subidas de casi 45º, pistas con terreno muy roto, zanjas que provocaban cruce de puentes, laderas con fuerte inclinación lateral, terreno suelto en barbecho. Escenarios muchos de ellos en los que, como mínimo, alguien que estuviera en su sano juicio antes de afrontarlos se habría bajado del coche para inspeccionar. Aquí no hubo tiempo, temía que el «chucho» alcanzara una carretera próxima, que no es otra que la antigua N1.Como no hay mal que por bien no venga el paseito me sirvió, así a las bravas, para eliminar de mi mente y de golpe todos los prejuicios que tenía preconcebidos sobre la eficacia de una pick-up en un off road tan extremo.Resumiendo, que el «perrito» me ha obligado a reescribir esta prueba. Donde había puesto: Aceptable comportamiento off road pero limitado por… bla bla bla, ha quedado en lo que precede y sigue a estas líneas. La Isuzu, contra todo pronostico, me saco de todos los atolladeros sin chistar. Fue suficiente con jugar adecuadamente con los botones que seleccionan la tracción y reductora. Ni sé las veces que tuve que cruzar el mismo río y subido y bajado pronunciados cortados en donde no perdió, como perfectamente podía haber ocurrido ya que rozo contra el suelo varias veces, el paragolpes posterior de tubos (una de las pocas diferencias exteriores que hay con la D-Max) ¡y es que son prácticamente 5 m de vehículo! Tampoco me encontré en situaciones de falta de tracción irresoluble.En este delicado tema la Rodeo compensa con anchura de huella la falta de agresividad del dibujo de los neumáticos de serie, ¡ah! y sin olvidarnos que su diferencial es de deslizamiento limitado. En caminos yendo a un ritmo que tiraba bastante a vivo, las suspensiones filtraban los baches como en un TT genuino, lo que ayudaba también a mejorar la tracción. ¡Que sorprendente es este vehículo!¡Ah!, cuando volví a casa tras mi particular rodeo, sudando desaliñado y tanto la Pick-Up como el que firma manchados de barro, Pando me esperaba sentado junto a la puerta. A su enorme cabeza, de oreja a oreja, le recorría una burlona sonrisa que parecía decir… “Colega llevo horas esperándote ¿Por dónde te has metido?".
Pick-Up Isuzu Rodeo 3.0 DTI LS cabina doble
La última generación de Pick-Up Isuzu vuelve a ser protagonista. En su segunda incursión en el mercado ibérico, ahora bajo la batuta de Isuzu Iberia SL, empresa respaldada por el grupo Bergé, ha sido rebautizada con el nombre de Rodeo.
