Si el nuevo motor 3.0 turbodiesel de 154 CV proporciona al Terrano una notable mejora en prestaciones, la unión de este motor a un cambio automático de cuatro velocidades y a una carrocería de cinco puertas, acaba conformando un producto ideal para quienes, aparte del dinamismo, valoran mucho el confort de conducción y el disfrute relajado del turismo rodado en compañía de la familia.De hecho, en el modelo que analizamos hoy tienen un peso específico igual de importante el punto de imagen y el confort de conducción que proporcionan las cajas automáticas, así como el disponer de espacio suficiente para realizar largos desplazamientos con la familia al completo sin padecer agobios. En este sentido, la primera diferencia significativa que encontramos en los datos del motor respecto al modelo manual, es que esta versión automática, si bien mantiene la potencia de 154 CV a 3.600 rpm, ve aumentar el par motor de 334 a 343 Nm a 2.000 rpm, lo que en principio parece indicar que nos encontramos ante una mecánica más elástica y con una buena capacidad de recuperación desde regímenes de giro de motor bajos. No obstante, el convertidor de par de la caja automática tiene siempre más perdidas que un embrague, por lo que las prestaciones se sitúan en un plano ligeramente inferior respecto al modelo manual, mientras que los consumos se elevan ligeramente. Así, este Terrano ha necesitado algo más de 13 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h, invirtiendo 35,1 en rebasar el kilómetro con salida parada, cifras que, para situarlo, superan ligeramente a las obtenidas en su día por el Montero DI-D. Las recuperaciones, en las que ha necesitado 330 metros y algo menos de 12 segundos para pasar de 80 a 120 km/h con la palanca en la posición D, son también notables. La caja de cambio automática que acompaña a este propulsor no puede decirse que sea un dechado de modernismo, ya que responde a un clásico cambio de tres velocidades con «overdrive», frente a las más modernas cajas de cinco velocidades con utilización secuencial. No obstante, salvo que nos mostremos muy bruscos con el acelerador, única situación en que su funcionamiento puede llegar a ser algo seco, este mecanismo destaca por su suavidad y rapidez de funcionamiento. Además, permite escoger entre tres modos de funcionamiento, normal, deportivo o de invierno, que pueden seleccionarse mediante la simple pulsación de una tecla en el salpicadero. Acompañando a este cambio se dispone también de caja reductora, cuyas relaciones extracortas proporcionan al Terrano un poder de arrastre realmente excelente, así como una movilidad notable en campo frente a situaciones que exigen una muy baja velocidad de paso, o ante la superación de rampas con grandes desniveles. Por lo que se refiere al bastidor, el Nissan presenta un diseño muy clásico, con un chasis de largueros y travesaños sobre el que se coloca la carrocería, mientras que las suspensiones responden a un esquema independiente con triángulos superpuestos y barras de torsión en el eje delantero, mientras que el trasero es un eje rígido muy sujeto por cuatro tirantes y barra Panhard. Pese a esta arquitectura, el Terrano puede presumir de un comportamiento noble en carretera, que en esta versión de carrocería larga se ve potenciado además por la mayor batalla. Sobre carreteras de primer nivel tipo autopista o autovía, las curvas de amplio radio pueden ser negociadas a alta velocidad con una gran sensación de aplomo y neutralidad de reacciones. Sobre carreteras de montaña o con frecuentes curvas, es el morro el que toma protagonismo, tendiendo a salir por la tangente de la curva, aunque esa situación se da sólo cuando se rueda a alta velocidad, y además se produce de un modo muy progresivo y noble que se soluciona levantando ligeramente el pie del acelerador. Lo que no nos ha gustado es que en este último tipo de terrenos es su lenta dirección (cuatro vueltas entre topes), que hace trabajar mucho al conductor, así como sus frenos, que tienen una acusada tendencia a la fatiga si son utilizados con frecuencia. Y como la capacidad de retención del motor en este tipo de coches con caja automática es menor, ese defecto se hace aún más patente que en la versión de cambio manual. Tampoco estaría de más utilizar unos amortiguadores delanteros más firmes en extensión, que minimizaran los rebotes del tren delantero en terrenos de firme ondulado. Sobre pistas y siempre que se lleve la tracción total conectada, el comportamiento del coche es similar al descrito anteriormente. Con sólo la propulsión trasera, la zaga tenderá a deslizar si, en apoyo, aceleramos con decisión. Por lo que se refiere a la habitabilidad, la carrocería larga del Terrano proporciona espacio más que sobrado para cinco ocupantes y su equipaje, o para siete ocupantes y alguna bolsa si se hace uso de las dos plazas suplementarias dispuestas en el maletero, que son de serie en esta versión Elegance. Por su parte el equipamiento, como puede verse en la lista que lo explicita, es muy extenso, equipando todo aquello que puede potenciar tanto el confort como la seguridad de sus ocupantes.
Nissan Terrano 3.0 DI Automático Elegance
Si el nuevo motor 3.0 turbodiesel de 154 CV proporciona al Terrano una notable mejora en prestaciones, la unión de este motor a un cambio automático de cuatro velocidades y a una carrocería de cinco puertas, acaba conformando un producto ideal para quienes, aparte del dinamismo, valoran mucho el confort de conducción y el disfrute relajado del turismo rodado en compañía de la familia.
