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Mitsubishi Montero 3.2 DI-D GLS

Mitsubishi cotiza al alza. La firma japonesa ha renovado su buque insignia y lo ha adecuado a los nuevos tiempos, haciendo de él un valor seguro en el cambiante mercado.

Mitsubishi Montero 3.2 DI-D GLS
Mitsubishi Montero 3.2 DI-D GLS

En cualquier mercado, la ley de la oferta y la demanda dicta las modas. Y en automoción, lo que se lleva ahora es el todo terreno "light", al que algunos también llaman SUV o ligero. Con independencia de la denominación, la tendencia es a la fabricación de modelos más cómodos para circular por ciudad y carretera que por pistas de tierra y pedregales, su hábitat conceptual. Unas modificaciones por aquí, unos retoques por allá y el todo terreno tradicional se convierte en un animal de asfalto. Cambios automáticos, controles de tracción, dispositivos de velocidad crucero son algunos de los elementos que desvirtúan su tradicional espíritu campero, pero que, a cambio, los hacen más cómodos y un poco más urbanos. Ante este panorama, al todo terreno clásico no le queda más que reciclarse y refinarse. Y así lo han entendido los grandes fabricantes de vehículos "off-road": Opel con el Frontera, Nissan con el Terrano II, Land Rover con el Discovery, Toyota con el Land Cruiser, etc. Mitsubishi, al igual que sus rivales también lo ha hecho con su buque insignia: el Montero. Para ello ha cambiado su antiguo por uno de monocasco autoportante y suspensiones independientes con muelles en vez de barras de torsión, ha introducido nuevos motores (un gasolina de 3,5 litros y un turbodiésel de inyección directa) y ha mejorado la habitabilidad y el confort interior.