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La Alpujarra Alta

Ésta es la primera de una serie de tres rutas que discurren a través del Parque Natural de Sierra Nevada. Partiendo de Dúrcal nos internaremos por la Alpujarra Alta, una comarca salpicada por numerosos pueblos blancos, en un recorrido impresionante a través de un paisaje abrupto de escarpadas paredes, profundos desfiladeros y altas cumbres que nos llevará hasta Ugíjar.

La Alpujarra Alta
La Alpujarra Alta

La ruta comienza junto al cartel de salida de Dúrcal, en el antiguo trazado de la carretera N-323. Seguimos la carretera, pasando el desvío hacia Nigüelas, para llegar hasta un puente que salva el cauce del río Torrente. Justo antes del puente sale una pista que se dirige hacia el río.

Tras un fácil vadeo, avanzamos junto al río flanqueados por una pared rocosa y algunos huertos y árboles frutales. Un tramo un tanto lento, incómodo, sobre un firme de cantos rodados. El paisaje es impresionante; enfrente, una colosal pared de montañas, entre las que destaca el Peñón de Granada elevándose casi vertical, las casas de Nigüelas destacan al fondo del barranco.

En la casilla 8 una fuerte subida nos adentra por el Parque Natural de Sierra Nevada. La pista, de firme pedregoso, asciende entre pinos, almendros y matorrales ofreciendo magníficas vistas sobre las cumbres de las serranías y el valle de Lecrín, en el que destacan los pueblos como manchas blancas contra los tonos verdes del valle. Un potente ascenso por una pared casi vertical mediante continuas revueltas, poco aconsejable para aquellos que padezcan de vértigo, nos lleva a pasar un collado (casilla 10) para luego seguir bordeando el Cerro del Molinero. La pista sigue subiendo por laderas cubiertas de pinos, almendros y retama. La subida es tan pronunciada que pronto, para ver la colosal masa rocosa del Peñón de Granada, hay que mirar hacia abajo. Este primer tramo es un retorcido recorrido que en poco más de ocho kilómetros nos lleva desde los 960 hasta los 1925 metros de altitud (casilla 13). El paisaje está dominado por el verde de la vegetación, matorrales, encinas, pinos. En algunos puntos mirando hacia abajo se ven las revueltas que va haciendo el trazado de la pista. Las pequeñas cascadas de agua del deshielo en las paredes de roca, al igual que las canalizaciones, son una constante del recorrido. En todo momento disfrutamos de una magnífica panorámica sobre Lanjarón y las cumbres de la Sierra Contraviesa al otro lado del valle. En el fondo del valle, contaminando el paisaje, destacan las gigantescas estructuras de algunos molinos de viento. Recorremos algo más de cuatro kilómetros desde la casilla 21 para llegar al Barranco de las Acacias, un precioso paraje cubierto por una exuberante vegetación. Un último tramo en bajada nos lleva hasta la carretera A-348 a su paso por Lanjarón.

En el cruce giramos hacia la Sierra de Lanjarón, dejando a la izquierda las casas del Cortijo del Carrero. La pista estrecha y pedregosa, inundada en algunos tramos por las aguas del deshielo, avanza por la ladera ofreciendo una amplia panorámica sobre el valle de Lecrín. Pronto circula por el interior de un denso pinar e inicia un suave y continuo descenso. Tras cruzar una puerta canadiense (casilla 17) seguimos una pista ancha que comienza a descender entre continuas revueltas hacia el valle. La pista es pedregosa y en algunos pasos hay que elegir la trayectoria para que resulte menos incómoda.

Cruzamos Lanjarón siguiendo la carretera, que también es la calle principal, y a la salida del pueblo, nada más pasar el puente sobre el río Lanjarón, cogemos un desvío que indica «Tajo y Ermita de la Cruz». Es una pista reforzada con una capa de hormigón que comienza a subir entre olivos y almendros ofreciendo una bonita vista de Lanjarón, abajo a la derecha. En algo menos de dos kilómetros desaparece el asfalto sustituido por una pista ancha de firme empedrado que avanza inicialmente por una pequeña planicie entre olivos, arbustos y algunos sauces para pronto ascender por la ladera del Cerro del Castillejo. En la casilla 28 dejamos a la derecha el carril que lleva hacia Orgiva, solo para senderistas y BTTeros. La pista empeora, el firme con abundantes piedras y surcado por rajas debidas al agua resulta incómodo aunque no difícil. Es una continua subida zigzagueando mediante continuas revueltas, a la izquierda del escarpado Barranco del Cañuelo.

En la casilla 31 dejamos la pista principal para seguir una más estrecha y pedregosa que lleva hacia el Refugio del Cañar. Ascendemos por un precioso paisaje poblado por encinas. En algunos pasos pedregosos casi es necesario engranar las cortas por comodidad. Al coronar la subida nos juntamos con una pista ancha de buen firme que avanza por la ladera de un enorme desfiladero por el que fluye el Río Chico alimentado por multitud de pequeñas cascadas cuyas aguas se canalizan hacia la vertiente central.

Qué ver