Volvo S60 D3 Geartronic

Anuncia un dinamismo referente en la marca, por activa y por su 'couperizado diseño, pero el nuevo S60 es primeramente todo un Volvo, fiel a un tacto de conducción ejemplarmente agradable y a una persistente apuesta por la seguridad.

Volvo S60 D3 Geartronic
Volvo S60 D3 Geartronic


El nuevo S60 es fruto del encargo de realizar, según quería la marca, el Volvo más dinámico de su historia. Con referencias altas y claras de nombres propios como Audi A4 y BMW Serie 3, parecía que esta segunda generación S60 sería el punto de partida de una nueva Volvo que, casualmente, estrena estos días dueños en la compañía automovilística china Gely. Pero, para bien, no esperen los afines a la marca una ruptura con el pasado, sólo un planteamiento más abierto, porque vaya por delante que el nuevo S60 de esta nueva Volvo nos ha parecido que, sobre todo, se sustenta en una fiel materialización de los principios de la marca.

Probablemente la imagen del S60 sea un nuevo reclamo de Volvo. La masiva estampa anterior ha dejado paso a una silueta que siendo más larga, ancha y alta nos parece que ocupa menos espacio y aligera la figura. En la zaga está el secreto, con los pilares C terminando su descenso prácticamente en los vértices de la carrocería. No hay un claro tercer volumen, ése que acoge exclusivamente al maletero y las sospechas se confirman: los 460 litros verificados no son gran cosa en el segmento (con un discutible kit reparapinchazos cubica 20 litrosmenos que el anterior S60 con rueda de emergencia) y además nos encontramos con una boca de carga y unas formas interiores que penalizan este apartado.

Las concesiones de este deportivo diseño también aparecen en las plazas posteriores, que según nuestras medidas sacrifica tres centímetros de anchura -gana uno de altura-. No aparece la sensación de desahogo de otros modelos, pero bien es cierto que tampoco se aprecia una carencia en este sentido. Lo que sí resulta evidente es su mala visibilidad posterior, algo que una actualizada lista de opciones compensa con una pantalla de marcha atrás,sensores de aparcamiento y avisadores luminosos de presencia de automóviles en los puntos ciegos.

Las plazas delanteras nos resultan tan amables como en todo Volvomuy cómodos asientos, una cuidada ergonomía y un salpicadero muy limpio que aglutina la mayoría de sus mandos en una consola central «flotante», particular signo estilístico de los más modernos Volvo. En ella aparece un mando desde el cual nos movemos intuitivamente por un inmenso menú que, entre otras cosas, nos deja personalizar nuestro coche a nuestro gusto, incluida la asistencia de la dirección entre tres leyes.

Esta amabilidad tiene su continuación en cuanto nos ponemos en movimiento. Su filtración mecánica y de rodadura enseguida la interpretamos como un plus de confort, en la misma medida que se aleja del tacto dinámico que de inmediato nos transmite un A4 y sobre todo un Serie 3. Éstos son más rigurosos en sus planteamientos deportivos, como también más cansinos en su conducción. La personalidad del S60 sigue presente más o menos como la conocíamos (dirección ligera, pedales suaves, alto aislamiento de rodadura), pero sí parece que este agrado de conducción -nos resulta un coche más cómodo de uso que un A4 y Serie 3 equivalentes-, es compatible con un tipo de conducción decididamente rápida. Digamos que permite ser conducido muy rápido sin reaccionar aparatosamente. Resulta armónico y sencillo en la entrada, en el apoyo y en la salida y nada nos alerta sobre un palpable límite.

Su tren delantero asume toda la responsabilidad de guiado del coche y ni para lo bueno ni para lo malo -aquí impera la seguridad- hay participación del eje trasero. Aun sin un tacto incisivo como nos podemos encontrar en esos rivales alemanes, la respuesta direccional del tren delantero es muy elevada y no resulta evidente el subviraje dentro de un orden. Nos hemos encontrado con una unidad con la amortiguación pilotada opcional -con tres leyes de funcionamiento- y seguro que sobre ella recae parte del buen equilibrio dinámico del coche. Un equilibrio que siguiendo la línea general del producto, incluso en las leyes más deportivas de esta amortiguación pilotada, hace que el S60 no se radicalice. De la misma manera, hemos obtenido muy buenas distancias de frenada, pero aquí nos parece que el tacto amable del pedal pierde consistencia cuando solicitamos alta demanda de frenos. 

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