Volkswagen Polo 1.4 TDI 70 CV

El Polo destaca en bastante apartados: es un coche fácil de conducir, cómodo, habitable y bien hecho. Sin embargo, esta versión no nos ha terminado de convencer por su precio y su motor. Es caro y su propulsor, aunque frugal hasta el límite, resulta algo insuficiente para desplazamientos largos.

Volkswagen Polo 1.4 TDI 70 CV
Volkswagen Polo 1.4 TDI 70 CV

El Volkswagen Polo es uno de los automóviles clásicos del panorama nacional. Con los años, se ha granjeado una fama de coche prestigioso dentro de su segmento, fiable y fácil de conducir, que no se ha perdido en esta nueva generación, que ahora recibe un pequeño lavado de cara para continuar siendo atractivo para los potenciales compradores. Tres años después de iniciar la venta de su última generación, Volkswagen ha decidido actualizar la imagen de su utilitario con una serie de cambios que se centran en un nuevo frontal, en forma de V, y unos nuevos faros. Los delanteros abandonan las reminiscencias del Lupo e imitan la forma de los del Golf, incrementando el ya de por sí evidente aire de familia, mientras que los traseros adoptan una estética circular con fondo blanco, muy de moda entre los amantes del tuning.Esto y ciertas modificaciones menores en el interior y ajustes de potencia en motores ya conocidos en la gama son las principales novedades de este “restyling", que le ha de servir para mantener el tipo frente a sus rivales hasta 2007, fecha prevista para que asistamos al nacimiento de la nueva generación del Polo, que será la quinta. La versión que protagoniza nuestro análisis es la básica entre los Diesel. Equipa un motor tricilíndrico de 1,4 litros de capacidad y que entrega 70 CV. Este motor sustituye en la gama al propulsor atmosférico 1.9 SDI de 68 CV y cuenta con una variante más potente de 80 CV, que sustituye al antiguo 1.4 TDI de 75 CV. La diferencia de potencia entre las variantes de 70 y 80 CV se obtiene gracias al diferente ajuste electrónico. Este 1.4 TDI de 70 CV nos ha sorprendido por su frugal consumo de combustible, la popular frase "gasta como un mechero" se ajusta bastante a lo que nos ofrece este Polo. Con una autonomía de 750 km, las visitas al surtidor de combustible serán menos frecuentes de lo habitual, algo que agradeceremos teniendo en cuenta los prohibitivos precios del gasóleo. De media, este Polo gasta apenas 5,9 litros a los 100 km, con mínimos en autovía de 4,5 litros y máximos en ciudad de 7,4 litros. Unas cifras que reflejan que la economía de uso es una de las grandes virtudes de esta versión.No obstante, este 1.4, a pesar de ofrecer más potencia de la prometida -72 CV, frente a los 70 oficiales- en nuestro banco de rodillos, tiene un reverso negativo y es que no es un motor demasiado prestacional. Cuenta con un empuje suave y constante, sin que el turbo se deje notar de manera importante, ni para lo bueno (no tiene demasiado brío) ni para lo malo (no es brusco y no se producen vibraciones desagradables). Es un motor al que le viene algo grande este Polo, aunque su peso, 1.148 kg, no sea excesivo para sus dimensiones y segmento. Su capacidad para subir de vueltas no es muy buena y eso se deja notar en desplazamientos largos, sobre todo cuando la orografía se complica y hay que enfrentarse a la subida de un puerto de montaña. Por ello, en este tipo de trazados, las maniobras de adelantamiento se complican y deberemos afrontarlas con suficiente distancia y antelación, para no implicarnos en problemas. Las cifras de recuperación, sobre todo en cuarta y quinta, son las peores del segmento y sólo son mejores a las del anterior 1.9 SDI cuando operamos en cuarta. Otras mediciones significativas, como las aceleraciones desde parado o las pruebas de adelantamiento, tampoco son buenas y las obtenidas con motores de gasóleo de similar potencia, como el 1.4 HDI de Peugeot-Citroën, el 1.3 JTD de Fiat, el 1.4 TDCi de Ford, el 1.5 CRDI de Hyundai, el 1.4 D4-D de Toyota o el 1.5 DCI de Renault-Nissan, son superiores en casi todos los apartados. . Para ciudad y movimientos interurbanos de distancia corta y media es un compañero ideal, porque cumple con creces con lo que se espera de él. Es un coche ágil para desenvolverse por el tráfico urbano por sus recortadas dimensiones y por el buen funcionamiento del propulsor en la parte baja del cuentarrevoluciones.Para ciudad y movimientos interurbanos de distancia corta y media es un compañero ideal, porque cumple con creces con lo que se espera de él. Es un coche ágil para desenvolverse por el tráfico urbano por sus recortadas dimensiones y por el buen funcionamiento del propulsor en la parte baja del cuentarrevoluciones.Otro pero de esta mecánica es su ruido, originado por su carácter tricilíndrico. Tiene un sonido “feo" en frío que se deja notar en el interior del habitáculo, pues la insonorización no es sobresaliente, aunque en marcha no supone una merma sensible en el confort de marcha. El Volkswagen Polo es uno de los automóviles clásicos del panorama nacional. Con los años, se ha granjeado una fama de coche prestigioso dentro de su segmento, fiable y fácil de conducir, que no se ha perdido en esta nueva generación, que ahora recibe un pequeño lavado de cara para continuar siendo atractivo para los potenciales compradores. Tres años después de iniciar la venta de su última generación, Volkswagen ha decidido actualizar la imagen de su utilitario con una serie de cambios que se centran en un nuevo frontal, en forma de V, y unos nuevos faros. Los delanteros abandonan las reminiscencias del Lupo e imitan la forma de los del Golf, incrementando el ya de por sí evidente aire de familia, mientras que los traseros adoptan una estética circular con fondo blanco, muy de moda entre los amantes del tuning.Esto y ciertas modificaciones menores en el interior y ajustes de potencia en motores ya conocidos en la gama son las principales novedades de este “restyling", que le ha de servir para mantener el tipo frente a sus rivales hasta 2007, fecha prevista para que asistamos al nacimiento de la nueva generación del Polo, que será la quinta. La versión que protagoniza nuestro análisis es la básica entre los Diesel. Equipa un motor tricilíndrico de 1,4 litros de capacidad y que entrega 70 CV. Este motor sustituye en la gama al propulsor atmosférico 1.9 SDI de 68 CV y cuenta con una variante más potente de 80 CV, que sustituye al antiguo 1.4 TDI de 75 CV. La diferencia de potencia entre las variantes de 70 y 80 CV se obtiene gracias al diferente ajuste electrónico. Este 1.4 TDI de 70 CV nos ha sorprendido por su frugal consumo de combustible, la popular frase "gasta como un mechero" se ajusta bastante a lo que nos ofrece este Polo. Con una autonomía de 750 km, las visitas al surtidor de combustible serán menos frecuentes de lo habitual, algo que agradeceremos teniendo en cuenta los prohibitivos precios del gasóleo. De media, este Polo gasta apenas 5,9 litros a los 100 km, con mínimos en autovía de 4,5 litros y máximos en ciudad de 7,4 litros. Unas cifras que reflejan que la economía de uso es una de las grandes virtudes de esta versión.No obstante, este 1.4, a pesar de ofrecer más potencia de la prometida -72 CV, frente a los 70 oficiales- en nuestro banco de rodillos, tiene un reverso negativo y es que no es un motor demasiado prestacional. Cuenta con un empuje suave y constante, sin que el turbo se deje notar de manera importante, ni para lo bueno (no tiene demasiado brío) ni para lo malo (no es brusco y no se producen vibraciones desagradables). Es un motor al que le viene algo grande este Polo, aunque su peso, 1.148 kg, no sea excesivo para sus dimensiones y segmento. Su capacidad para subir de vueltas no es muy buena y eso se deja notar en desplazamientos largos, sobre todo cuando la orografía se complica y hay que enfrentarse a la subida de un puerto de montaña. Por ello, en este tipo de trazados, las maniobras de adelantamiento se complican y deberemos afrontarlas con suficiente distancia y antelación, para no implicarnos en problemas. Las cifras de recuperación, sobre todo en cuarta y quinta, son las peores del segmento y sólo son mejores a las del anterior 1.9 SDI cuando operamos en cuarta. Otras mediciones significativas, como las aceleraciones desde parado o las pruebas de adelantamiento, tampoco son buenas y las obtenidas con motores de gasóleo de similar potencia, como el 1.4 HDI de Peugeot-Citroën, el 1.3 JTD de Fiat, el 1.4 TDCi de Ford, el 1.5 CRDI de Hyundai, el 1.4 D4-D de Toyota o el 1.5 DCI de Renault-Nissan, son superiores en casi todos los apartados. . Para ciudad y movimientos interurbanos de distancia corta y media es un compañero ideal, porque cumple con creces con lo que se espera de él. Es un coche ágil para desenvolverse por el tráfico urbano por sus recortadas dimensiones y por el buen funcionamiento del propulsor en la parte baja del cuentarrevoluciones.Para ciudad y movimientos interurbanos de distancia corta y media es un compañero ideal, porque cumple con creces con lo que se espera de él. Es un coche ágil para desenvolverse por el tráfico urbano por sus recortadas dimensiones y por el buen funcionamiento del propulsor en la parte baja del cuentarrevoluciones.Otro pero de esta mecánica es su ruido, originado por su carácter tricilíndrico. Tiene un sonido “feo" en frío que se deja notar en el interior del habitáculo, pues la insonorización no es sobresaliente, aunque en marcha no supone una merma sensible en el confort de marcha.