En pocas palabras podríamos decir que el motor 1.8 TSI es una auténtica delicia que nos hace olvidarnos de los más modernos turbodiesel. Su tacto refinado, su «fino ronroneo» con el coche detenido, su buena voluntad para subir de vueltas desde el ralentí y su moderado consumo, hacen que estemos ante una opción más que apetecible para este modelo de corte y estilo más deportivo. Las prestaciones son un claro reflejo de nuestras impresiones: 7,7 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, casi 29 segundos para alcanzar los 1.000 m y, lo que es más importante, 13,3 segundos para pasar de 80 a 120 km/h en sexta velocidad. Y es que el buen talante de este motor hace que podamos disfrutar del coche de manera relajada para ganar velocidad de forma rápida si lo necesitamos.
Además, en carreteras viradas, el motor demuestra que también es capaz de darle un toque de dinamismo a la conducción y hacer que el conductor disfrute de este tipo de vías. El Passat ya destaca en lo que se refiere a su comportamiento dinámico. Bien es cierto que no llega a la altura de un BMW o de un Audi de la última generación, pero su elaborado bastidor y unas suspensiones bien puestas a punto con un equilibrio general entre confort y eficacia hacen que en vías rápidas el Passat CC muestre un alto grado de aplomo y haga que su conductor se sienta ciertamente seguro. En zonas viradas el CC hace gala de la misma calidad de rodadura. Las suspensiones permiten rodar por zonas con asfalto deteriorado sin que el confort interior se vea especialmente perjudicado.
El buen guiado del tren delantero y un tacto de la dirección bastante precisa hacen que en carreteras de segundo orden, el Passat CC permita una conducción dinámica sin ningún problema. El equipo de frenos también está a la altura de las circunstancias ya que, tanto por capacidad de frenado, como por resistencia al trabajo duro los resultados son destacables. Los desarrollos del cambio están bien elegidos y no hay un gran salto entre marchas lo que unido al buen rendimiento del motor, dan como resultado una capacidad de aceleración y recuperación notable.
Además, en una conducción relajada, los consumos son muy ajustados y si exprimimos al máximo la mecánica, las cifras obtenidas tampoco se pueden considerar como exageradas. La pregunta es ¿merece la pena pagar el sobreprecio de entre 3.000 y algo más de 4.000 euros con respecto a un Passat convencional? El corazón nos hace decir que sí; la razón nos dice que son muchos euros de diferencia, y más con el handicap de contar sólo con cuatro plazas.
— Un Passat… CoupéEn pocas palabras podríamos decir que el motor 1.8 TSI es una auténtica delicia que nos hace olvidarnos de los más modernos turbodiesel. Su tacto refinado, su «fino ronroneo» con el coche detenido, su buena voluntad para subir de vueltas desde el ralentí y su moderado consumo, hacen que estemos ante una opción más que apetecible para este modelo de corte y estilo más deportivo. Las prestaciones son un claro reflejo de nuestras impresiones: 7,7 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, casi 29 segundos para alcanzar los 1.000 m y, lo que es más importante, 13,3 segundos para pasar de 80 a 120 km/h en sexta velocidad. Y es que el buen talante de este motor hace que podamos disfrutar del coche de manera relajada para ganar velocidad de forma rápida si lo necesitamos.
Además, en carreteras viradas, el motor demuestra que también es capaz de darle un toque de dinamismo a la conducción y hacer que el conductor disfrute de este tipo de vías. El Passat ya destaca en lo que se refiere a su comportamiento dinámico. Bien es cierto que no llega a la altura de un BMW o de un Audi de la última generación, pero su elaborado bastidor y unas suspensiones bien puestas a punto con un equilibrio general entre confort y eficacia hacen que en vías rápidas el Passat CC muestre un alto grado de aplomo y haga que su conductor se sienta ciertamente seguro. En zonas viradas el CC hace gala de la misma calidad de rodadura. Las suspensiones permiten rodar por zonas con asfalto deteriorado sin que el confort interior se vea especialmente perjudicado.
El buen guiado del tren delantero y un tacto de la dirección bastante precisa hacen que en carreteras de segundo orden, el Passat CC permita una conducción dinámica sin ningún problema. El equipo de frenos también está a la altura de las circunstancias ya que, tanto por capacidad de frenado, como por resistencia al trabajo duro los resultados son destacables. Los desarrollos del cambio están bien elegidos y no hay un gran salto entre marchas lo que unido al buen rendimiento del motor, dan como resultado una capacidad de aceleración y recuperación notable.
Además, en una conducción relajada, los consumos son muy ajustados y si exprimimos al máximo la mecánica, las cifras obtenidas tampoco se pueden considerar como exageradas. La pregunta es ¿merece la pena pagar el sobreprecio de entre 3.000 y algo más de 4.000 euros con respecto a un Passat convencional? El corazón nos hace decir que sí; la razón nos dice que son muchos euros de diferencia, y más con el handicap de contar sólo con cuatro plazas.
— Un Passat… Coupé