Volkswagen Golf GTI DSG

El GTI vuelve a renacer en la quinta generación del mítico Golf, pero ahora lo hace con un chispeante motor turbo de inyección directa de 200 CV que, unido al cambio DSG, resulta realmente delicioso.

Volkswagen Golf GTI DSG
Volkswagen Golf GTI DSG

La fórmula del éxito se ha ido repitiendo en las generaciones que han caracterizado los casi treinta últimos años de la historia con diferentes versiones deportivas (no todas GTI, aunque incluso las ha habido alimentadas por gasóleo). De las primeras 5.000 unidades previstas para el original GTI del 76 se pasaron a más de 50.000 vendidas sólo en ese año. Tras el GTI inicial llegaron las versiones 16v, el G60, el VR6, el Syncro, el 2.8 V6 24v, el V5, el R32... Todos ellos marcados por claros tintes deportivos.El nuevo GTI recupera la esencia definida por las prestigiosas y reconocidas siglas GTI, aunque lo hace de una forma muy particular recurriendo al motor de inyección de gasolina de inyección directa estrenado en el Audi A3 Sportback hace ya algunos meses.Las diferencias estéticas que muestra el GTI respecto al resto de la gama son patentes, pero no tan evidentes. Cualquier entusiasta logrará reconocerlo de un vistazo, pero no resultará extravagante para un conductor convencional, ya que los cambios efectuados son bastante discretos, nada estridentes. Llama la atención de forma especial el frontal, con una parrilla con mayores entradas de aire en forma de nido de abeja, faros bixenón y proyectores antiniebla. Lateralmente se reconoce fácilmente por unas llantas de aleación de 17 pulgadas y cinco agujeros, sobre las que se montan unos neumáticos 225/45. Tras las llantas se pueden ver unos discos de freno de 16 pulgadas con unas llamativas pinzas de freno pintadas en color rojo.También en el lateral se pueden ver con facilidad unas taloneras discretas que continúan la línea inferior de los paragolpes y unas nuevas molduras protectoras en las puertas, mientras que la trasera se reconoce claramente por las siglas mágicas, paragolpes específicos y por las dobles salidas de escape.Hay otros detalles más difíciles de apreciar. Pero no por ello menos significativos y que tienen que ver con el comportamiento dinámico del modelo, como son las suspensiones específicas, rebajadas en 15 milímetros respecto a las versiones convencionales, con muelles más firmes y amortiguadores más enérgicos, así como unas barras estabilizadoras de mayor diámetro en ambos ejes.El espíritu GTI también se traslada al interior con detalles prácticos y un poco de glamour, si bien la marca de Wolfsburg siempre se ha caracterizado por una elegante simplicidad en los interiores de sus modelos. No obstante, este GTI se reconoce en sus intenciones con sólo abrir las puertas: unos magníficos asientos tipo bacquet permiten acoplarse anatómicamente, como si estuvieran fabricados a medida, en un puesto de conducción magnífico, en el que todo queda a mano. El interior del GTI se caracteriza por su terminación en color negro que incluye los revestimientos del techo y puertas en el que destacan el excelente reposapié izquierdo y el pedalier de aluminio, unos mandos muy sencillos situados cerca de la mano, instrumentación específica con biseles de aluminio -un poco optimista, el velocímetro marca hasta 300 km/h-. Ordenador de viaje con pantalla central, inserciones de aluminio, volante ultradeportivo con mandos integrados y con la parte inferior achatada –no tiene mucho sentido en un modelo que derrocha espacio interior, responde más a un argumento de márketing que a la practicidad real. Además, en nuestro caso, levas en el volante para el accionamiento del cambio DSG, un dispositivo que merece un capítulo aparte y del que luego nos ocuparemos. Por supuesto, elementos como el climatizador bizona, sistema automático de encendido de luces, ESP con TCS, EBD, ABS o airbags frontales, laterales y de cortina, forman parte del equipamiento del GTI.Las plazas traseras gozan de las mismas cotas que el resto de las versiones de la familia, si bien los asientos han sido conformados con unos pequeños resaltes laterales –a modo de pétalos- que el la práctica limitan su uso únicamente a dos personas, a no ser que en el centro se acople un niño, pues el espacio central es muy pequeño.Respecto a la capacidad de carga, más Golf. Sigue siendo de los mejores de la categoría si no el mejor, con un volumen de 400 litros oficiales, unas formas muy aprovechables y una enorme boca de carga, aunque para ello se prescinda de una rueda de repuesto de tamaño convencional.Ya hemos probado varias versiones del Golf de quinta generación, pero ninguna nos ha dejado tan buen sabor de boca como ésta, la más potente y deportiva de las comercializadas hasta la fecha.

 
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Y es que el GTI sigue siendo el GTI. Sí, han cambiado mucho las cosas desde aquella versión del año 1976 que revolucionó el mercado de los compactos. Sus 110 CV de potencia y su contenido peso lograron una excelente combinación. Claro está que no hay comparación posible en materia de confort o seguridad con la versión que nos ocupa hoy, mucho más grande, más potente, más cómoda, pero siempre Golf.