Pues bien, no lo hagas, no te olvides de ella, sencillamente porque más que un problema o un gasto que alguno consideraría incluso ‘lujo’, la moto puede ser tu solución a la crisis. Sobre todo motos del estilo de la que te traemos hoy aquí, que con componentes sencillos y modestos consiguen formar un conjunto de funcionamiento correcto para las prestaciones que se le pueden exigir a un ‘octavo de litro’.
La Pequeña
La familia DR de cuatro tiempos comienza en esta DR 125 SM, algo que viene siendo habitual en los últimos años entre otras familias de la competencia. A las grandes, les salen hermanas pequeñas, con cierto parecido a ellas, pero con una orientación en muchos casos más utilitaria que lúdica.
Éste es el caso de la DR, que, si bien viene dispuesta a conquistarte con sus fibras y estética supermotard, lo cierto es que en su corazoncito, lo que realmente quiere es servirte más que divertirte. Sí, porque, lejos de incitarte a trazar rotondas con el estribo en el suelo, ella sólo pretende llevarte de forma sosegada por la ciudad, sorteando con gran agilidad el agobiante tráfico de las horas punta. No es un prodigio en nada, pero tampoco te pide mucho, sobre todo a la hora de parar en la gasolinera, donde es más probable que te detengas a por unos chicles que a echarle combustible a este auténtico mechero dotado de inyección.
Algo alta de asiento, nuestra amiga tiene detalles interesantes y en algunos casos curiosos, como es el caso de los protectores de las barras de horquilla, o los pomos anticaída que protegen el eje delantero, por no hablar de otros componentes que siempre son bien recibidos, como las asas para el pasajero. Las suspensiones son modestas, lo que hace que a dúo, sobre todo, se muestren bastante blandas... o confortables, ya que sus también modestas prestaciones no las pondrán en aprietos.
Lo mismo cabe decir de los frenos, que cumplen con su cometido, si bien es cierto que en nuestra unidad, apenas rodada, adolecían de falta de mordiente en el caso del delantero y de tacto en el trasero, bastante tendente a bloquear. En definitiva, una moto económica, en la línea de sus rivales de aire (otra cosa son las más modernas competidoras con motores de agua), fácil y ligera con la que capear la crisis imperante.