smart Cdi

A las indudables cualidades del Smart para moverse por la ciudad se suma ahora el mínimo consumo que proporciona la versión CDi, equipada con el motor de inyección Diesel directa más pequeño del mundo

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El Smart Diesel puede resultar una mejor opción que el de gasolina por su menor consumo, aunque pierde claramente en prestación y confort. El CDi se vende exclusivamente en acabado Pulse por 1.566.000 pesetas, 100.000 más que el modelo de gasolina de 55 CV con el mismo acabado y nivel de equipamiento (en éste hay que pagar como opción el cambio automático Softouch, que es de serie en el Diesel). La diferencia de consumo entre ambos en nuestros tres circuitos habituales (autovía/carretera/ciudad) es de 1,5 litros menos cada 100 km a favor del CDi. Con este dato, habría que recorrer unos 33.000 kilómetros para amortizar la mayor diferencia de precio del Diesel. Pero si consideramos que el hábitat natural del Smart es la ciudad y periferia, donde habitualmente se circula a unos 90-100 km/h, y despreciamos el riguroso (para este vehículo) consumo a 120 km/h, la diferencia se eleva hasta casi 2 litros menos, con lo que el kilometraje de amortización se reduce considerablemente. Es decir, a partir de unos 25.000 kilómetros el CDi comenzaría a ser más rentable. Pero, pese a que estos datos puedan ser de gran atractivo, el modelo de gasolina sigue siendo mejor alternativa por su mayor capacidad de aceleración, algo que sí es vital para moverse en el denso tráfico urbano. El Diesel tarda nada menos que 4 y 8 segundos más en alcanzar los primeros 100 km/h y cubrir los 1.000 metros con salida parada, respectivamente. Y cuando se trata de recuperar (por ejemplo para ganar velocidad en un carril de aceleración) el Smart de gasolina también se impone claramente (no hay que olvidar que hay 14 CV de por medio).