Skoda Kodiaq RS: a prueba el nuevo SUV deportivo y Diesel

Con el Skoda Kodiaq RS puedes disfrutar de una conducción de los más entretenida y estimulante, a la que vez corres mucho consumiendo poco. Este es nuestro análisis y nuestra prueba.

Raúl Roncero / Fotos: A.M.S.

Skoda Kodiaq RS: a prueba el nuevo SUV deportivo y Diesel
Skoda Kodiaq RS: a prueba el nuevo SUV deportivo y Diesel

Para familias numerosas, el Skoda Kodiaq RS es una navaja suiza, un SUV que lo tiene prácticamente todo: rapidez, amplitud y funcionalidad, calidad y hasta alto impacto visual y, por encima de todo, un comportamiento sobresaliente para el tamaño que tiene y una relación confort/deportividad ejemplar para el tipo de coche que es. Eso sí, tal vez sugiera más deportividad de la que en realidad luego manifiesta, pero no olvidemos que hablamos de un coche apto para siete ocupantes, de dos toneladas en vacío y con un Diesel de cuatro cilindros... hipervitaminado por dos turbocompresores.

A coche grande, no hay mejor herramienta para quien guste de rodar rápido con consumos moderados, y Skoda lo tenía bastante fácil toda vez que este motor Bi-TDi ya lo había montado con anterioridad su hermano de VW, el Tiguan, aquí con una afinación de chasis y producto radicalmente diferente a Skoda.

Skoda Kodiaq RS: a prueba el nuevo SUV deportivo y Diesel

Skoda Kodiaq RS: a prueba el nuevo SUV deportivo y Diesel

Skoda Kodiaq RS: declaración de intenciones

Ruedas de 20 pulgadas, ciertos elementos de decoración exterior y precioso sonido que borbotea de falso escape trasero —el derecho— en caso de llevar activado el Dynamic Sound Boost delatan que este Kodiaq RS es un producto muy especial, tanto como que, hoy por hoy, también es el modelo más costoso no sólo de la familia, también de la marca. La "transformación" a esta versión te teletransporta con una rapidez inusitada y no conlleva pérdida alguna de la característica funcionalidad del Kodiaq, sino todo lo contrario ya que adereza el ambiente interior con tapizados nobles o asientos delanteros que hacen justicia a la denominación del coche.

Skoda Kodiaq RS: a prueba el nuevo SUV deportivo y Diesel

Skoda Kodiaq RS: a prueba el nuevo SUV deportivo y Diesel

Del chasis, unos nuevos mulles compensan el mayor peso del motor y equipamiento extra —respecto al TDi/190 4x4 DSG el sobrepeso es de alrededor de 80 kilos—, llegan frenos mayores, ajustes de amortiguación —aquí, variables— con nuevas especificaciones, controles de estabilidad más permisivos y una dirección paramétrica que, para mí, y junto con la del Cupra Ateca, tiene la dureza, tacto y precisión más lograda de todos los coches del grupo, incluyendo algún que otro modelo de Audi.

También la tracción total se beneficia de nuevos repartos de par, enviando en milisegundos hasta un 65 por ciento al eje posterior en el modo Sport, de los cinco posibles —sólo tres de ellos, Confort, Normal y Sport, afectan también a la firmeza de la suspensión—, el más afinado para explorar a fondo las posibilidades de esta locomotora y el único con el que, "atacando" con gas, consigues un mínimo y sutil redondeo del eje posterior, incluso con asfalto de gran adherencia. Podrías conseguir este efecto "jugando" a la contra, con el intercambio de masas en apoyo y aprovechando que el ESP admite cierta libertad de movimientos, pero las inercias de sus más de dos mil kilos con conductor a bordo invitan menos a ello.

ESPACIO Skoda Kodiaq RS 2.0 Bi-TDI 239 CV 4x4 DSG7
Anchura delantera 147 cm
Anchura trasera 143 cm
Altura delantera 94/100 cm
Altura trasera 94 cm
Espacio para piernas 60/78 cm
Maletero 220/540/730 litros

Otra de las grandes virtudes de este Kodiaq RS es lo bien logrados que están los posibles tarados de amortiguación: el más abierto, con el que se puede viajar con gran confort, es lo suficientemente firme como para que el Kodiaq RS siga sugiriendo dinamismo; el más firme, por su parte, no llega al punto de radicalidad como para que la familia te llame al orden a las primeras de cambio. Cuando el trabajo está bien hecho, dureza no implica sequedad ni falta de capacidad de filtrado. Como ocurre con la dirección, creo que Skoda ha resuelto mejor esta ecuación que otros productos de la casa, incluso que algún otro Audi de la familia S de volumen parecido.

Claro que, como puedes imaginar, tamaño, centro de gravedad y kilos establecen ciertos límites físicos en carreteras lentas, puertos de montaña, lentas horquillas, etc., donde al Kodiaq RS no le falta aplomo y precisión, margen en el tren delantero para, si se diera el caso, cerrar algo más el giro, ni tampoco resistencia de frenos para los habituales cambios de ritmo en este tipo de vías, algo que, a la larga, acaba siendo el factor que más confianza procura para poder mantener el nivel de conducción ininterrumpidamente. Pero si el trazado es amplio, el Kodiaq RS se convierte en una apisonadora con la que te puedes mover a ritmos de infarto.

CONSUMOS Skoda Kodiaq RS 2.0 Bi-TDI 239 CV 4x4 DSG7
Consumo en ciudad 9,2 l/100 km
Consumo en carretera 7,0 l/100 km
Consumo medio 7,9 l/100 km

Skoda Kodiaq RS: Diesel poderoso

A mí no me han impresionado sus aceleraciones, y eso que, para que tengas una referencia, barre a aquellos Touareg equipados con el todopoderoso V10 TDi. Sin embargo, la sensación de poderío una vez que el Kodiaq RS está en ya movimiento —en arrancadas, la electrónica pone demasiados límites para conservar cambio y transmisiones— es brutal por su asombrosa facilidad para ganar velocidad o, mejor aún, mantener constantemente un ritmo vivo sin el menor esfuerzo.

PRESTACIONES Skoda Kodiaq RS 2.0 Bi-TDI 239 CV 4x4 DSG7
Acel. 0-100 km/h 7,26 s
Acel. 0-400 m 15,19 s
Acel. 0-1000 m 28,21 s
Sonoridad 120 km/h 69,4 dBA
Sonoridad 140 km/h 71,6 dBA
Frenada desde 140 km/h 69,01 m
Peso en báscula 1.995 kg

El motor Bi-TDi también sugiere más deportividad por su emulado ruido que por su progresión o tacto. En él, adviertes claramente que su par se diluye una vez alcanza la zona media del cuentarrevoluciones, desperezándose de nuevo una vez que llega a las 4.000: desde ahí, sí tendrías otras 750 rpm más —siempre que uses el cambio en modo manual ya que de lo contrario el motor cambiaría de marcha 250 rpm antes— para disfrutar de una estirada irreconocible en otros Diesel.

Pero ese tipo de conducción, debido el escalonamiento del cambio, implica que el motor caiga en ese bache en el que la doble sobrealimentación está peor gestionada. Al final, he acabado conduciendo con ese poderío que te garantizan sus 500 Nm de par a bajo régimen y abusando de marchas largas para tener también esa recompensa que esperas en consumo de una mecánica de gasóleo, con la que a todo trapo, en un recorrido de más de 200 kilómetros, no he sido capaz de gastar más de 12 litros.

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