Skoda Kodiaq 2.0 TDI DSG 4X4: probamos el SUV diésel, ahora más deportivo

Con su nueva versión Sportline, Skoda ofrece un Kodiaq tan práctico y amplio como siempre, pero con una imagen y equipamiento más llamativos. Así es y así va este gran SUV.

Miguel García-Vidal. Fotos: Israel Gardyn

Skoda Kodiaq 2.0 TDI DSG 4X4: probamos el SUV diésel, ahora más deportivo
Skoda Kodiaq 2.0 TDI DSG 4X4: probamos el SUV diésel, ahora más deportivo

Con la versión Sportline ya en la familia Skoda Kodiaq no encontramos un SUV de respuesta más deportiva a su volante, pero sí en su imagen. Máxime si elegimos un color para su carrocería como el rojo Velvet de esta unidad de pruebas, que junto a las llantas de 20 pulgadas —de serie de 19"—, al negro brillante para el marco de parrilla, a las carcasas de los espejos, molduras de las ventanas y barras del techo le aportan más fuerza. También por las franjas protectoras en el color de la carrocería y la moldura plateada en el paragolpes trasero.

En el interior del Skoda Kodiaq Sportline reinan unos asientos delanteros con reposacabezas integrados de estilo bacquet, preciosos a la vista pero que tanto por su forma como por firmeza no son lo más acertado para un coche de carácter eminentemente familiar como éste. También encontramos pedales de aluminio y volante de piel perforada con su zona inferior achatada. Además de disponer de portón eléctrico, asientos calefactados o la representación en su pantalla central de diagramas con fuerzas G, presión del turbo, potencia, temperatura del aceite…, entre otras cosas.

Skoda Kodiaq 2.0 TDI: un espacio inmenso

Por dentro, este Skoda Kodiaq cuenta con instrumentación que puede ser convencional, con relojes de agujas o digital en opción. La pantalla para el sistema de información y entretenimiento puede ser asimismo de 8 o de 9,2 pulgadas. La tapicería mixta cuero/Alcantara forma parte del equipo de serie, no así la excelente regulación lumbar eléctrica de cuatro vías. La habitabilidad es uno de sus puntos más fuertes, pero también su modularidad y versatilidad, con un sinfín de soluciones prácticas. Su maletero es inmenso, con grandes posibilidades de configuración. La segunda fila se desplaza longitudinalmente 18 cm, con lo que la capacidad del maletero oscila entre 570 y 720 litros, 30 más que en los 7 plazas.

Skoda Kodiaq 2.0 TDI DSG 4X4: probamos el SUV diésel, ahora más deportivo

Skoda Kodiaq 2.0 TDI DSG 4X4: así es su interior

Por lo demás, este Skoda Kodiaq Sportline es como un Kodiaq con acabado Ambition, por lo que si queremos una respuesta más precisa y deportiva dentro de lo que es un SUV de casi dos toneladas de peso y 1,68 metros de alto, resulta recomendable optar a la amortiguación adaptativa DCC (920 €), que junto a los modos de conducción Comfort, Normal, Eco y Sport permiten sacar un buen partido a su plataforma MQB LWB del Grupo VW, la misma del VW Tiguan Allspace o el Seat Tarraco. Pese a ello, siempre prima el confort, con gran calidad de rodadura, muy buen aislamiento del exterior y una contenida rumorosidad.

PRESTACIONES Skoda Kodiaq 2.0 TDI 150 CV DSG 4X4
Acel. 0-50 km/h 3,04 s
Acel. 0-100 km/h 10,78 s
Adelantamiento 80-120 km/h 8,80 s
Sonoridad al ralentí 47,3 dB
Sonoridad 100 km/h 63,8 dB
Frenada desde 100 km/h 36,80 m
Peso en báscula 1.897 kg

Skoda Kodiaq 2.0 TDI: motor y prestaciones

El motor 2.0 TDI de 150 CV es el más apetecible de la gama Skoda Kodiaq Sportline, tanto por el par que aporta para mover esta pesada carrocería con sus posibilidades de carga, como por sus bajos consumos. No es tan refinado como el TSI de gasolina, especialmente al ralentí o baja velocidad, pero también cumple con nota en este apartado.

Skoda Kodiaq 2.0 TDI DSG 4X4: probamos el SUV diésel, ahora más deportivo

Skoda Kodiaq 2.0 TDI DSG 4X4

Suave en todo momento y con un bajo nivel de vibraciones, si demandamos sensaciones la variante superior de 190 CV es verdad que resulta más convincente. Este Skoda Kodiaq Sportline 2.0 TDI llega siempre con el cambio automático de doble embrague pilotado DSG de 7 velocidades, que aporta confort y rapidez a partes iguales, aunque para sacar todo el jugo a este diésel exija su manejo en modo manual.

En definitiva, el Skoda Kodiaq con esta combinación tiene todo lo que podemos pedirle a un SUV, y todo lo hace bien. Ofrece un comportamiento en el que sorprenden sus contenidos balanceos y precisión de movimientos, aunque su masa, a modo de inercias, siempre esté presente.

CONSUMOS Skoda Kodiaq 2.0 TDI 150 CV DSG 4X4
Consumo en ciudad 7,0 l/100 km
Consumo en carretera 6,2 l/100 km
Consumo medio 6,5 l/100 km
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