Quien haya disfrutado montando a lomos de una potente motocicleta, sentirá, con toda probabilidad, similares impresiones conduciendo este FR TDI. El coche se inclina, sin balanceos innecesarios, en las curvas, después se "recupera", sale de ellas colocado, a gran velocidad y de manera estable.No es un vehículo difícil de conducir, pero el torrente de potencia que proporciona su mecánica –más adelante hablaremos de él- se debe canalizar con tino y, de esta forma, evitar sustos innecesarios. Para conseguirlo, contamos con una dirección muy precisa, con unas suspensiones muy firmes (incómodas incluso para los conductores más burgueses) y un chasis perfectamente concebido. El resultado final es un bastidor robusto capaz de conseguir un alto grado de eficacia dinámica. Sin duda alguna, el mejor hábitat para este FR son las carreteras con frecuentes y variados vericuetos. En zonas viradas, lejos de amilanarse, el Ibiza FR saca sus garras y se pega al suelo, permitiendo una elevada velocidad en el paso por curva (monta unos anchos neumáticos (205/45 sobre llantas de 16 pulgadas con código ZR de alta velocidad).
Decidimos por dónde, apuntamos, el tren delantero entra, gas, un poco de dirección y vuelta a empezar. Resulta un coche muy divertido de conducir, sus supensiones aportan un aplomo importante en apoyos y nos dan seguridad. Aunque entremos “algo pasados" y levantemos el pie del acelerador, no nos abandona a nuestra suerte. De que no haya mayores consecuencias, si continuamos en nuestro empeño por desafiar a las leyes de la física, se ocupa el control de estabilidad ESP (de serie incluye sólo el de tracción), con un tarado diseñado para situaciones límite, que, por tanto, no resulta especialmente intrusivo en un uso normal. En el destacado comportamiento del conjunto influyen unos eficaces discos de freno, ventilados de 288 mm delante y macizos de 232 mm detrás. Su uso intensivo, además, no nos muestra síntomas de fatiga, tal como sucede en otros vehículos, o un comportamiento llanamente deportivo (necesitan alcanzar temperatura para ser efectivos al 100 por ciento). El tacto del freno es agradable y nos transmite seguridad, ya que tiene ABS (de serie). Atendiendo a las tres mejores distancias de frenada obtenidas por nuestro Centro Técnico, comprobamos que el dato se mantiene en torno a los 70 metros recorridos hasta parar, cuando circula de una velocidad de 140 km/h. Para detenerse por completo, emplea apenas 3,6 segundos. Esto, lejos de ser una batería de números aparentemente incomprensibles, colocan al Ibiza entre los utilitarios con mejor frenada de su segmento. El consumo es verdaderamente contenido. Con un ponderado de 6,4 litros a los 100 km, hemos obtenido unos consumos medios extraubanos de 5,8 litros y unos urbanos de 7,9. Si tenemos en cuenta la mecánica, 1.9 TDI, y la potencia que anuncia, 130 CV, no podemos decir que sean disparatados ni mucho menos. No es la primera vez que tenemos la oportunidad de probar esta mecánica. No hace mucho te contábamos qué nos había parecido este propulsor (1.9 TDI de 130 CV) asociado a otro utilitario deportivo: el Skoda Fabia RS. Pues bien, las impresiones que sacamos en aquella ocasión se confirman en ésta, pero, como el comportamiento dinámico del conjunto es más agradable, nos atrevemos a decir que aún nos ha gustado más asociado a este Ibiza. Según nuestro banco de rodillos, este propulsor turboalimentado de gasóleo ofrece 141,6 CV a 3.840 rpm. Casi 12 CV más de que lo que anuncia oficialmente. En la cifra de par motor registrada por nuestro Centro Técnico también hay diferencias al alza frente a lo que Seat recoge en su ficha técnica: 35,23 mkg a 2.310 giros frente a los 31 mkg a 1.900 vueltas.La importante cifra de par motor está presente en gran parte del recorrido del cuentavueltas, lo que propociona un empuje que nos respalda a cualquier régimen y que nos permite un amplio margen de utilización de la mecánica sin hacer un uso especialmente intensivo del cambio. Prácticamente desde que el motor empieza a girar, tenemos una cifra de par respetable bajo nuestro pie derecho; a partir de 2.250 rpm, este dato toma protagonismo y se mantiene sin agotarse hasta la zona roja, que se alcanza a 4.500 vueltas más o menos. A partir de 2.000 giros hay potencia que sube y sube sin descanso hasta poco antes del corte de inyección, que se produce a 4.500 rpm.El Seat Ibiza FR TDI es, en definitiva, el cóctel del verano más equilibrado: potencia, confort, contenido consumo y todo ello a un precio a tono con sus competidores más directos (Skoda Fabia RS (sólo disponible en cinco puertas) y Volkswagen Polo GT. Ambos, un poco más caros que nuestro protagonista). Quien haya disfrutado montando a lomos de una potente motocicleta, sentirá, con toda probabilidad, similares impresiones conduciendo este FR TDI. El coche se inclina, sin balanceos innecesarios, en las curvas, después se "recupera", sale de ellas colocado, a gran velocidad y de manera estable.No es un vehículo difícil de conducir, pero el torrente de potencia que proporciona su mecánica –más adelante hablaremos de él- se debe canalizar con tino y, de esta forma, evitar sustos innecesarios. Para conseguirlo, contamos con una dirección muy precisa, con unas suspensiones muy firmes (incómodas incluso para los conductores más burgueses) y un chasis perfectamente concebido. El resultado final es un bastidor robusto capaz de conseguir un alto grado de eficacia dinámica. Sin duda alguna, el mejor hábitat para este FR son las carreteras con frecuentes y variados vericuetos. En zonas viradas, lejos de amilanarse, el Ibiza FR saca sus garras y se pega al suelo, permitiendo una elevada velocidad en el paso por curva (monta unos anchos neumáticos (205/45 sobre llantas de 16 pulgadas con código ZR de alta velocidad).
Decidimos por dónde, apuntamos, el tren delantero entra, gas, un poco de dirección y vuelta a empezar. Resulta un coche muy divertido de conducir, sus supensiones aportan un aplomo importante en apoyos y nos dan seguridad. Aunque entremos “algo pasados" y levantemos el pie del acelerador, no nos abandona a nuestra suerte. De que no haya mayores consecuencias, si continuamos en nuestro empeño por desafiar a las leyes de la física, se ocupa el control de estabilidad ESP (de serie incluye sólo el de tracción), con un tarado diseñado para situaciones límite, que, por tanto, no resulta especialmente intrusivo en un uso normal. En el destacado comportamiento del conjunto influyen unos eficaces discos de freno, ventilados de 288 mm delante y macizos de 232 mm detrás. Su uso intensivo, además, no nos muestra síntomas de fatiga, tal como sucede en otros vehículos, o un comportamiento llanamente deportivo (necesitan alcanzar temperatura para ser efectivos al 100 por ciento). El tacto del freno es agradable y nos transmite seguridad, ya que tiene ABS (de serie). Atendiendo a las tres mejores distancias de frenada obtenidas por nuestro Centro Técnico, comprobamos que el dato se mantiene en torno a los 70 metros recorridos hasta parar, cuando circula de una velocidad de 140 km/h. Para detenerse por completo, emplea apenas 3,6 segundos. Esto, lejos de ser una batería de números aparentemente incomprensibles, colocan al Ibiza entre los utilitarios con mejor frenada de su segmento. El consumo es verdaderamente contenido. Con un ponderado de 6,4 litros a los 100 km, hemos obtenido unos consumos medios extraubanos de 5,8 litros y unos urbanos de 7,9. Si tenemos en cuenta la mecánica, 1.9 TDI, y la potencia que anuncia, 130 CV, no podemos decir que sean disparatados ni mucho menos. No es la primera vez que tenemos la oportunidad de probar esta mecánica. No hace mucho te contábamos qué nos había parecido este propulsor (1.9 TDI de 130 CV) asociado a otro utilitario deportivo: el Skoda Fabia RS. Pues bien, las impresiones que sacamos en aquella ocasión se confirman en ésta, pero, como el comportamiento dinámico del conjunto es más agradable, nos atrevemos a decir que aún nos ha gustado más asociado a este Ibiza. Según nuestro banco de rodillos, este propulsor turboalimentado de gasóleo ofrece 141,6 CV a 3.840 rpm. Casi 12 CV más de que lo que anuncia oficialmente. En la cifra de par motor registrada por nuestro Centro Técnico también hay diferencias al alza frente a lo que Seat recoge en su ficha técnica: 35,23 mkg a 2.310 giros frente a los 31 mkg a 1.900 vueltas.La importante cifra de par motor está presente en gran parte del recorrido del cuentavueltas, lo que propociona un empuje que nos respalda a cualquier régimen y que nos permite un amplio margen de utilización de la mecánica sin hacer un uso especialmente intensivo del cambio. Prácticamente desde que el motor empieza a girar, tenemos una cifra de par respetable bajo nuestro pie derecho; a partir de 2.250 rpm, este dato toma protagonismo y se mantiene sin agotarse hasta la zona roja, que se alcanza a 4.500 vueltas más o menos. A partir de 2.000 giros hay potencia que sube y sube sin descanso hasta poco antes del corte de inyección, que se produce a 4.500 rpm.El Seat Ibiza FR TDI es, en definitiva, el cóctel del verano más equilibrado: potencia, confort, contenido consumo y todo ello a un precio a tono con sus competidores más directos (Skoda Fabia RS (sólo disponible en cinco puertas) y Volkswagen Polo GT. Ambos, un poco más caros que nuestro protagonista).