En Seat Sport han querido dotar al Ibiza de las mayores cotas de deportividad del mercado en el segmento de los coches pequeños. Así, este modelo cuenta en su gama con hasta cinco versiones que superan holgadamente los 100 CV, dos Diesel de 130 y 160 CV y tres de gasolina de 115, 150 y 180 CV, que es la que protagoniza este análisis. La existencia de estas versiones tan prestacionales da idea del carácter que se ha querido dar desde Seat a este modelo, siendo las variantes FR las más deportivas y las Cupra las más radicales.Los ingenieros de Seat Sport han realizado diversas modificaciones en todos los elementos de la suspensión: muelles, amortiguadores, tacos, silent-blocks, estabilizadoras… aunque la geometría y el diseño de la misma no han variado en absoluto En el eje delantero, el Ibiza Cupra monta muelles de menor dureza que los que lleva las versiones FR, lo que, según la marca, le permite mejorar la motricidad, aunque en la práctica eso no es del todo cierto, pues este es uno de los defectos más marcados del Cupra, su tendencia a perder tracción en el tren anterior en arrancadas a gran velocidad, algo que mitiga, pero no en exceso, el control de estabilidad ESP (de serie en esta versión).Los tacos de los amortiguadores son 8 mm más cortos que los de la versión FR del Ibiza, lo que le otorga una mejor actuación en extensión en los apoyos largos y una mayor eficacia en los diferentes apoyos. La inclusión de una estabilizadora de mayor diámetro, de 20 mm (19 mm en el FR), hace que el coche no oscile mucho en las curvas, permitiéndonos circular por ellas a una velocidad inalcanzable para utilitarios/compactos convencionales, con una agilidad de primer orden.En el eje posterior se han adoptado muelles nuevos de superior firmeza, un 20 por ciento más que la ya “firme" versión FR. La altura de la carrocería también desciende respecto a las versiones FR y mucho más sobre las versiones convencionales. En la práctica, este coche lo disfrutarán aquéllos automovilistas que sientan el pilotaje en la sangre, pues es un automóvil meramente enfocado a la conducción dinámica. Tiene una agilidad sobresaliente y una estabilidad a prueba de bomba, tanto en recta como en curva. El único “problema" radica en que posee una suspensión que peca de demasiado dura. Para disfrutar de zonas viradas es perfecto, pues “sujeta" la carrocería como ninguno, vira plano y otorga una gran eficacia en el comportamiento. Sin embargo, para viajes largos y, principalmente por carreteras secundarias con asfalto en no muy buenas condiciones, el tormento al que se somete a nuestros riñones es considerable, pues cada bache, cada oscilación, cada rotura del asfalto la sentiremos. A ello también colaboran unos neumáticos de un bajísimo perfil (205/40) sobre llanta de 17 pulgadas, que dan una información casi excesiva de lo que sucede debajo del coche.Este chasis ágil se asocia con una dirección directísima, que hace que las trazadas se marquen con total exactitud. A la hora de aparcar o de realizar maniobras en parado, nos ha dado la impresión que es algo dura, pues no se produce la asistencia deseada. Los frenos son sobresalientes, sobre todo si optamos (como contaba nuestra unidad) por equipar los frenos deportivos Bembro con pinzas en rojo (1.280 euros más). Con ellos, la mordiente y la capacidad de detención no se convierten en un problema. Así, desde 140 km/h, detienen el Ibiza Cupra en 66 metros, pero, según nuestras pruebas, es necesario que los frenos se calienten para ofrecer mejores resultados. En Seat Sport han querido dotar al Ibiza de las mayores cotas de deportividad del mercado en el segmento de los coches pequeños. Así, este modelo cuenta en su gama con hasta cinco versiones que superan holgadamente los 100 CV, dos Diesel de 130 y 160 CV y tres de gasolina de 115, 150 y 180 CV, que es la que protagoniza este análisis. La existencia de estas versiones tan prestacionales da idea del carácter que se ha querido dar desde Seat a este modelo, siendo las variantes FR las más deportivas y las Cupra las más radicales.Los ingenieros de Seat Sport han realizado diversas modificaciones en todos los elementos de la suspensión: muelles, amortiguadores, tacos, silent-blocks, estabilizadoras… aunque la geometría y el diseño de la misma no han variado en absoluto En el eje delantero, el Ibiza Cupra monta muelles de menor dureza que los que lleva las versiones FR, lo que, según la marca, le permite mejorar la motricidad, aunque en la práctica eso no es del todo cierto, pues este es uno de los defectos más marcados del Cupra, su tendencia a perder tracción en el tren anterior en arrancadas a gran velocidad, algo que mitiga, pero no en exceso, el control de estabilidad ESP (de serie en esta versión).Los tacos de los amortiguadores son 8 mm más cortos que los de la versión FR del Ibiza, lo que le otorga una mejor actuación en extensión en los apoyos largos y una mayor eficacia en los diferentes apoyos. La inclusión de una estabilizadora de mayor diámetro, de 20 mm (19 mm en el FR), hace que el coche no oscile mucho en las curvas, permitiéndonos circular por ellas a una velocidad inalcanzable para utilitarios/compactos convencionales, con una agilidad de primer orden.En el eje posterior se han adoptado muelles nuevos de superior firmeza, un 20 por ciento más que la ya “firme" versión FR. La altura de la carrocería también desciende respecto a las versiones FR y mucho más sobre las versiones convencionales. En la práctica, este coche lo disfrutarán aquéllos automovilistas que sientan el pilotaje en la sangre, pues es un automóvil meramente enfocado a la conducción dinámica. Tiene una agilidad sobresaliente y una estabilidad a prueba de bomba, tanto en recta como en curva. El único “problema" radica en que posee una suspensión que peca de demasiado dura. Para disfrutar de zonas viradas es perfecto, pues “sujeta" la carrocería como ninguno, vira plano y otorga una gran eficacia en el comportamiento. Sin embargo, para viajes largos y, principalmente por carreteras secundarias con asfalto en no muy buenas condiciones, el tormento al que se somete a nuestros riñones es considerable, pues cada bache, cada oscilación, cada rotura del asfalto la sentiremos. A ello también colaboran unos neumáticos de un bajísimo perfil (205/40) sobre llanta de 17 pulgadas, que dan una información casi excesiva de lo que sucede debajo del coche.Este chasis ágil se asocia con una dirección directísima, que hace que las trazadas se marquen con total exactitud. A la hora de aparcar o de realizar maniobras en parado, nos ha dado la impresión que es algo dura, pues no se produce la asistencia deseada. Los frenos son sobresalientes, sobre todo si optamos (como contaba nuestra unidad) por equipar los frenos deportivos Bembro con pinzas en rojo (1.280 euros más). Con ellos, la mordiente y la capacidad de detención no se convierten en un problema. Así, desde 140 km/h, detienen el Ibiza Cupra en 66 metros, pero, según nuestras pruebas, es necesario que los frenos se calienten para ofrecer mejores resultados.
Seat Ibiza 1.8T 180 CV Cupra
La lógica es una de las pocas cosas a las que no hay que apelar cuando nos ponemos a los mandos de este Ibiza Cupra, en su variante de gasolina. Eso sí, la emoción que suscita es casi incomparable.
