Seat Córdoba 1.9 TDi 130/Sport

No avisa, no tiene una estética tan agresiva como otros modelos, pero este Córdoba posee un auténtico espíritu deportivo. Temperamental, con unas suspensiones muy secas, y una aceleración rabiosa, no se cansa de retarnos a que lo domemos en la carretera. Eso sí, gracias a su inacabable motor y su lujoso equipamiento, estamos encantados de aceptar el desafío.

Seat Córdoba 1.9 TDi 130/Sport
Seat Córdoba 1.9 TDi 130/Sport

En el interior, sí que se plasma este carácter deportivo: asientos, pomo y volante de cuero, un gran reposapié, relojes de fondo negro con números blancos (que se iluminan en un rojo muy atractivo)… Sin embargo, es algo espartano y su habitabilidad similar a la de un Ibiza. Tiene 4,28 metros de largo (13 más que un Focus de cuatro puertas y 3 más que un Astra Sedán, por citar algunos ejemplos), pero -puertas a dentro- puede resultar un poco claustrofóbico. En realidad, no es un problema de espacio, sino de diseño: las plazas traseras quedan mucho más altas que el puesto de conducción. La luna trasera es minúscula y, aunque podemos regular el asiento y el volante, este último tanto en altura como en profundidad, no vemos a los vehículos que nos siguen, sino a los pasajeros de las plazas traseras. Además, si eres un poco alto (1,80 es mi caso), tendremos la sensación de ir demasiado empotrados y el montante de la izquierda nos quitará un poco de visibilidad. Las plazas traseras están diseñadas para que sólo viajen dos personas. Sólo hay dos reposacabezas y la anchura sería insuficiente para acoger a un tercer ocupante. Por tanto, si nos convencemos de que cinco no podemos ir en el coche no hay problema: la anchura para dos atrás es suficiente y el espacio para las piernas (72 centímetros, según nuestras mediciones, igual que en un Focus de 4 puertas) serán suficiente. El diseño de todo el habitáculo parece haberse concebido a partir del maletero. Cuando abrimos la puerta de éste -la manivela está escondida en la "S" como ya es habitual en las creaciones de la marca-, no podremos por menos que sorprendernos. El Córdoba está desarrollado a partir de la plataforma del Ibiza, pero casi le dobla en maletero. Entre los atractivos de este Córdoba, también figura el precio. Cuesta unos 18.000 euros, lo que antes eran 3 millones de pesetas, un valor muy ajustado para un modelo tan completo; al menos, mecánicamente hablando, ya que en su equipamiento hemos encontrado algunas irregularidades.

No se puede montar aire acondicionado y el climatizador -que obviamente es muy recomendable- cuesta 1.100 euros (existe un pack en donde se incluye Climatronic y GPS por 2.412 euros). También hay que pagar aparte el control de estabilidad. Sin embargo, se incluye de serie elementos a nuestro juicio menos necesarios, como el ordenador de viaje o las llantas de aleación.

Por tanto, el precio aumenta considerablemente poniéndose a la altura de sus rivales. Además, para conseguir la versión que nosotros probamos, habría que pagar la tapicería de piel (1.484 euros). En el interior, sí que se plasma este carácter deportivo: asientos, pomo y volante de cuero, un gran reposapié, relojes de fondo negro con números blancos (que se iluminan en un rojo muy atractivo)… Sin embargo, es algo espartano y su habitabilidad similar a la de un Ibiza. Tiene 4,28 metros de largo (13 más que un Focus de cuatro puertas y 3 más que un Astra Sedán, por citar algunos ejemplos), pero -puertas a dentro- puede resultar un poco claustrofóbico. En realidad, no es un problema de espacio, sino de diseño: las plazas traseras quedan mucho más altas que el puesto de conducción. La luna trasera es minúscula y, aunque podemos regular el asiento y el volante, este último tanto en altura como en profundidad, no vemos a los vehículos que nos siguen, sino a los pasajeros de las plazas traseras. Además, si eres un poco alto (1,80 es mi caso), tendremos la sensación de ir demasiado empotrados y el montante de la izquierda nos quitará un poco de visibilidad. Las plazas traseras están diseñadas para que sólo viajen dos personas. Sólo hay dos reposacabezas y la anchura sería insuficiente para acoger a un tercer ocupante. Por tanto, si nos convencemos de que cinco no podemos ir en el coche no hay problema: la anchura para dos atrás es suficiente y el espacio para las piernas (72 centímetros, según nuestras mediciones, igual que en un Focus de 4 puertas) serán suficiente. El diseño de todo el habitáculo parece haberse concebido a partir del maletero. Cuando abrimos la puerta de éste -la manivela está escondida en la "S" como ya es habitual en las creaciones de la marca-, no podremos por menos que sorprendernos. El Córdoba está desarrollado a partir de la plataforma del Ibiza, pero casi le dobla en maletero. Entre los atractivos de este Córdoba, también figura el precio. Cuesta unos 18.000 euros, lo que antes eran 3 millones de pesetas, un valor muy ajustado para un modelo tan completo; al menos, mecánicamente hablando, ya que en su equipamiento hemos encontrado algunas irregularidades.

No se puede montar aire acondicionado y el climatizador -que obviamente es muy recomendable- cuesta 1.100 euros (existe un pack en donde se incluye Climatronic y GPS por 2.412 euros). También hay que pagar aparte el control de estabilidad. Sin embargo, se incluye de serie elementos a nuestro juicio menos necesarios, como el ordenador de viaje o las llantas de aleación.

Por tanto, el precio aumenta considerablemente poniéndose a la altura de sus rivales. Además, para conseguir la versión que nosotros probamos, habría que pagar la tapicería de piel (1.484 euros).