Casi 10 años de vida comercial tiene el Nissan Qashqai que se mantiene como líder de ventas entre los SUV de tamaño medio. Cuando llegó, nadie, absolutamente nadie, se imaginaba el terremoto que iba a generar en los gustos de los clientes, y prueba de ello es que casi ningún fabricante tenía preparado un modelo similar —sólo Toyota o Subaru contaban en sus gamas con modelos que se le acercaban—. Su tamaño compacto, pero con una carrocería más elevada y una polivalencia de uso hasta entonces sólo asociada a los monovolumen, desembocó en una revolución. De repente se convirtió en el coche perfecto para mucha gente.
SUV compactos: las sorpresas del año
El resto de marcas ha ido reaccionando poco a poco ante semejante «fenómeno social» y hoy hay un ejército de rivales que busca hacerse con el trono del Nissan Qashqai. Entre ellos está despertando mucha expectación el Seat Ateca, el primer SUV de Seat y uno de los últimos modelos, junto al Peugeot 3008, en aterrizar en esta categoría.
La marca española ha hecho un coche muy compacto, pues el Seat Ateca sólo mide 4,36 m de largo, unas dimensiones casi calcadas a las del Nissan Qashqai, y a cierta distancia de la talla que exhiben otros competidores como los Kia Sportage y Hyundai Tucson, que son 12 cm más largos y unos 5 cm más altos, algo que se termina percibiendo en su envergadura, sobre todo al ver juntos a todos estos SUV, por ejemplo cuando realizamos la sesión fotográfica.
SUV compactos: muchos «primos» cercanos
Los dos SUV de las marcas surcoreanas han compartido desarrollo (plataforma, motores, transmisiones, tecnología, etc.), ya que Hyundai y Kia forman parte del mismo grupo industrial, aunque cada fabricante aporta su imagen de marca y finaliza la puesta a punto de cada vehículo. Y, precisamente, el Seat Ateca también comparte la mayor parte de su ADN con la última generación del Volkswagen Tiguan —un SUV que aterrizó en el mercado poco antes del pasado verano—, aunque éste es 13 cm más largo, 4 cm más alto e incluso presenta 4 cm más de distancia entre ejes, gracias a las posibilidades que otorgan las nuevas plataformas modulares. El SUV germano logra también una mayor presencia con ese «extra» en su tamaño y algunos detalles estéticos. Por cierto, el Nissan Qashqai también tiene sus lazos genéticos con el Renault Kadjar, otro SUV que está obteniendo una gran aceptación entre el público y que perfectamente podría haber formado parte de esta comparativa.
SUV compactos: analizamos la habitabilidad
Es más que evidente que los SUV de tamaño compacto han tomado en muchos casos el relevo de monovolúmenes y "breaks" como automóviles de uso familiar, de ahí que su interior, el espacio que ofrezcan a los pasajeros y el maletero jueguen un papel importante. La distancia entre ejes suele darnos alguna pista sobre la habitabilidad que nos vamos a encontrar y estos SUV se mueven entre los 2,64 m del Seat Ateca y los 2,68 m del Volkswagen Tiguan. Pero, cuando una vez dentro de cada vehículo, tomamos el metro para ver el espacio real disponible, llama la atención que el de menor batalla sea el más amplio.
Las plazas delanteras de todos son muy desahogadas, de forma que es en la parte posterior donde notaremos alguna diferencia especialmente al acomodar a tres adultos. Todos ofrecen una buena cota de puerta a puerta, pero entre el mejor —el Tiguan— y el peor —el Sportage— hay cuatro centímetros de diferencia. A la hora de ver cuánto de cerca quedan las cabezas de los pasajeros traseros del techo, la mayor distancia la ofrece el Ateca y la menor el Qashqai. En el Nissan, cualquier pasajero de una estatura normal irá bien, pero es que el Seat saca unos cuantos centímetros en esta cota a todos sus rivales, proporcionando una gran sensación de amplitud, más cuando también es el SUV que presenta un mayor hueco para las piernas en la parte posterior. Poco hemos mencionado a los SUV de Kia y Hyundai, pero cumplen en todas las referencias con un buen término medio.
SUV compactos: diferente grado de versatilidad
En cualquiera de ellos una familia viajará con un buen nivel de confort, pero se nota que en la marca española «se lo han currado» para aprovechar cada centímetro al máximo. Eso sí, su «primo» el Tiguan se guarda un as en la manga, al presentar una banqueta trasera que se puede deslizar longitudinalmente hasta 16 centímetros. Esto permite al SUV de VW jugar con el espacio destinado a pasajeros o equipaje, y variar el volumen del maletero entre 555 y 690 litros (según las mediciones de nuestro Centro Técnico) aunque el aforo vaya completo. Es el líder en este aspecto, seguido por Sportage (540 litros), Tucson (470), Qashqai (455) y Ateca (450), todos ellos con bastante capacidad para transportar el equipaje normal de una familia en un viaje.
SUV compactos: buenos Diesel intermedios
Ahora pasemos a los aspectos más relacionados con el dinamismo. El Nissan Qashqai es el que monta el motor de menor cilindrada y potencia, un 1,6 litros de 130 CV, mientras que el resto son de 2,0 litros. Tucson y Sportage comparten el CRDi de 136 CV, y Ateca y Tiguan el TDI de 150 CV. Hay diferencia de caballos, pero no hay equivalencias más próximas en sus gamas. Todas las unidades han sido de tracción total —excepto el Sportage que era de tracción delantera— y con cambio manual de seis marchas, excepto el Tiguan, que contaba con el automático de doble embrague DSG de siete relaciones.
Es la mecánica de los Kia y Hyundai la que entrega un mayor par máximo —38,1 mkg— y lo hace a menos régimen —a 1.500 rpm—, lo que se aprecia en su agradable respuesta inicial. En cuanto a sonoridad, el motor dCi del Qashqai parece el más silencioso al ralentí, pero en las fases de fuerte aceleración es el que se hace notar más. La naturaleza diésel de estas versiones no impide que al viajar a cruceros sostenidos todos se mantengan en un nivel muy confortable. Se puede decir que, a nivel de suavidad de funcionamiento sólo pequeños matices les separan, pero que no resultarán decisivos al elegir uno u otro.
SUV compactos: prestaciones y consumo real
Antes de analizar los registros de prestaciones, hay que detenerse en el peso como otro factor clave a la hora de observar la agilidad de estos cinco SUV, pues, por ejemplo, el Seat Ateca ha sido el que se ha mostrado más ligero al pasar por nuestra báscula, marcando 33 kg menos que el Qashqai, 115 que el Sportage —no olvidemos que éste es el único 4x2—, 195 que el Tiguan y ¡215 kilos menos! que el Tucson, un lastre que obviamente tiene sus consecuencias. Así, en aceleración se impone con absoluta claridad el Seat, que, por ejemplo, sólo invierte nueve segundos en pasar de 0 a 100 km/h, frente a los 10 y pico de Sportage, Tucson y Tiguan, y los 11,2 segundos del Qashqai. Y si observamos la simulación de las maniobras de adelantamiento, para pasar de 80 a 120 km/h con la 4ª insertada, el Ateca se muestra muy rápido, ya que sólo necesita 7,1 segundos en esa transición, por 7,7 del Kia, 8,3 del Hyundai, 8,5 del Tiguan —con su cambio DSG7 en posición D— y 8,8 segundos del Nissan. A pesar de las diferencias, todos estos SUV turbodiésel se mueven en buenos registros, que dan gran seguridad a la hora de rebasar a otros vehículos.
En 5ª y 6ª el Sportage se convierte en el que mejor recupera —recordamos que era un 4x2—, con bastante igualdad entre el resto, aunque el largo desarrollo final que presenta el Ateca le penaliza claramente y es el único que supera los 13 segundos en esa situación. La estrategia de Seat es desahogar la mecánica al rodar a cruceros sostenidos por autovías para contener el consumo, y lo cierto es que el Ateca acaba logrando el mejor gasto medio real, con sólo 5,8 l/100 km, por los 5,9 del Qashqai, muy brillante también en este apartado, los 6,3 del Tiguan, 6,5 del Sportage y 6,7 l/100 km del Tucson, que termina acusando su diferencia en tamaño/peso y la ausencia de un sistema Stop&Start —también en el Kia— que le ayudaría a ahorrar en los trayectos urbanos.
SUV compactos: los matices del comportamiento
Y si entramos a valorar el comportamiento de estos SUV, también surgen unos cuantos detalles que marcan diferencias. El Hyundai Tucson enamora por cómo se siente su pisada, pues transmite gran solidez y convence por aplomo, precisión y agilidad. No es de los más eficaces de su categoría en una carretera de curvas, pues en su enfoque prima claramente el confort, pero sí es de los que mejor aísla por su amortiguación y ausencia de ruidos parásitos, incluso en bruscos apoyos. El tacto de su dirección eléctrica ha mejorado, pero —como en el Sportage— todavía es algo suave, aunque se nota el progreso en precisión y reactividad. Tiene dos niveles de regulación: Normal y Sport, que es la preferible incluso para el uso a diario. Queda trabajo por hacer en el manejo del cambio manual, pues si buscamos una conducción deportiva no es tan fino y rápido como sería deseable.
El Kia Sportage muestra una respuesta dinámica muy sana, que le convierte en un coche fácil de llevar. Es cierto que si nos proponemos buscar la máxima agilidad, podemos notar un mayor balanceo de la carrocería que en los modelos de origen hispano-alemán, pero sus reacciones siempre transmiten una gran seguridad, con un buen trabajo del control de estabilidad si hay que corregir la trayectoria. Al ser el único modelo de pruebas de tracción delantera sí es el que nos ha mostrado un mayor efecto subvirador, fácilmente corregible al dosificar la presión sobre el acelerador. Además, los frenos detienen a este SUV en unas distancias correctas.
En su segunda generación, el Nissan Qashqai ha progresado en su buena aptitud dinámica, aunque sus reglajes de suspensión tienden igualmente a preservar el confort. De hecho el SUV japonés ha brillado desde sus inicios en calidad de rodadura. Resulta fácil de conducir, y al límite es progresivo, con reacciones predecibles y un buen grado de eficacia gracias a su «Chassis Control», que mitiga el cabeceo de la carrocería, sin olvidar que la versión probada, de tracción total, incorpora una suspensión trasera multibrazo, que ayuda a dibujar con mayor precisión la trazada que el eje torsional que montan los modelos de tracción delantera. Sobre todo en los trazados más revirados, hay rivales que demuestran mayor agilidad.
SUV compactos: el espíritu deportivo del Ateca
El Seat Ateca enseguida transmite un sensacional tacto de chasis. Con las llantas de 18 pulgadas y los neumáticos 225/50 se siente preciso de pisada y de guiado, asimilando las curvas con la normalidad que transmite una carrocería que balancea muy poco, como si fuese un León un poco más alto. Sus reacciones son muy equilibradas y la sensación de su frenada también es muy consistente, logrando la menor distancia cuando hay que parar desde 120 km/h. La tracción 4Drive ayuda a que las trayectorias en curva sean muy neutras bajo fuerte aceleración y el sistema Haldex adapta muy bien el reparto de par a cada situación. Además, el Ateca cuenta con varios programas de conducción (Eco, Normal, Sport, Off Road, Snow e Individual), con diferentes respuestas de motor y chasis.
Las mismas posibilidades de configuración ofrece el nuevo Volkswagen Tiguan cuyo aplomo en curva ha subido enteros con respecto a su antecesor. Su comportamiento a un ritmo de marcha elevado es excepcional. Incluso cuando buscamos su límite y el control de estabilidad entra en acción, la electrónica trabaja con tanta eficacia que cualquier intervención para corregir la trayectoria se viste de una impresionante suavidad. Pero se siente algo menos «deportivo» que el Ateca, pues el Seat aprovecha su mayor ligereza y su tamaño más compacto. A pesar de contar con los neumáticos más anchos de los cinco modelos probados, el confort de marcha no desaparece en el SUV alemán, que, curiosamente, ha marcado las distancias de frenado más largas.
SUV compactos: polivalencia de uso
Las versiones 4x4 que hemos juntado en esta comparativa ofrecen una buena respuesta al abandonar la carretera, eso sí, siempre que circulemos por pistas y caminos sencillos, pues no responden a una exigente filosofía todoterreno y de serie incorporan neumáticos con un enfoque prioritario al asfalto. Por ejemplo, en el acabado Sport del Tiguan encontramos unos neumáticos 235/55 R18 con tecnología autosellante, para no llevar rueda de repuesto ni equipo de reparación de pinchazos, lo que tal vez implique un mayor riesgo en campo. Sin embargo, su sistema de tracción total es probablemente el mejor de su clase, pues entra en acción de manera muy progresiva y apenas se siente su mayor fricción en carretera. Además, incorpora un control de descensos, como los Kia y Hyundai, y los amantes de la naturaleza pueden montar una protección para el cárter.
Los Qashqai y Tucson —y el Sportage, si fuese 4x4— también incorporan un mando de bloqueo del diferencial central, para distribuir en situaciones difíciles un 50 por ciento de par a cada eje; un modo que sólo funciona a baja velocidad.
SUV compactos: conclusión y valoración
Está claro que Volkswagen ha reservado algo de tecnología (instrumentación digital configurable, Head Up Display, suspensión adaptativa...) para que el Tiguan marque distancias con el Seat Ateca, pero el SUV de la marca española también sorprende con detalles llenos de refinamiento, como la proyección en el suelo, desde los retrovisores exteriores, de un logo del coche (el Range Rover Evoque fue el primero en hacerlo), una imagen que resulta especialmente llamativa de noche o cuando está aparcado en un garaje. En definitiva, hay muchas pinceladas en el SUV de Seat que nos han ido atrapando poco a poco, en esta dura pugna con cuatro interesantes rivales de los que a continuación te resumimos los principales puntos a favor y en contra.
Hyundai Tucson
- A favor: Calidad de rodadura, elasticidad mecánica e imagen con empaque
- En contra: Peso elevado, tacto de dirección y sin Stop&Start
Kia Sportage
- A favor: Equilibrio general, elasticidad mecánica y precio-garantía
- En contra: Posición intermitentes traseros, tacto de dirección y sin Stop&Start
Nissan Qashqai
- A favor: Equilibrio general, consumo contenido y precio / dotación
- En contra: Respuesta a bajo régimen, detalles del maletero e imagen más gastada
Seat Ateca
- A favor: Mucho espacio interior, gran comportamiento y prestaciones y consumo
- En contra: Carácter del motor, TDI 150 sólo en 4x4 y desarrollo en 6ª
Volkswagen Tiguan
- A favor: Tecnología y calidad, segunda fila deslizante y respuesta tracción total
- En contra: Carácter del motor, precio elevado y distancias de frenado
Hyundai Tucson, Kia Sportage, Nissan Qashqai, Seat Ateca y VW Tiguan, datos técnicos (mediciones Centro Técnico Autopista)
Medición | Hyundai Tucson CRDi 136 4x4 | Kia Sportage CRDi 136 4x2 | Nissan Qashqai dCi 130 4x4 | Seat Ateca TDI 150 4x4 | VW Tiguan TDI 150 4x4 DSG |
Potencia | 136 CV a 4.000 rpm | 136 CV a 4.000 rpm | 130 CV a 4.000 rpm | 150 CV a 3.500 rpm | 150 CV a 3.500 rpm |
Par máximo | 38,1 mkg a 1.500 rpm | 38,1 mkg a 1.500 rpm | 32,7 mkg a 1.750 rpm | 34,7 mkg a 1.750 rpm | 34,7 mkg a 1.750 rpm |
0-100 km/h | 10,4 s | 10,2 s | 11,2 s | 9,0 s (en D) | 10,5 s |
0-1.000 m | 32,3 s | 32,1 s | 33,0 s | 31,0 s | 32,1 s |
Consumo urbano real | 7,6 l/100 km | 7,4 l/100 km | 6,5 l/100 km | 6,0 l/100 km | 6,8 l/100 km |
Consumo carretera real | 6,2 l/100 km | 6,1 l/100 km | 5,5 l/100 km | 5,7 l/100 km | 5,9 l/100 km |
Consumo medio real | 6,9 l/100 km | 6,7 l/100 km | 6,0 l/100 km | 5,8 l/100 km | 6,3 l/100 km |
Frenada 100-0 km/h | 35,9 m | 37,2 m | 37,3 m | 37,2 m | 39,0 m |
Peso | 1.780 kg | 1.680 kg | 1.598 kg | 1.565 kg | 1.760 kg |
Anchura Del/Tras | 145/139 cm | 145/137 cm | 144/138 cm | 144/139 cm | 145/141 cm |
Espacio piernas atrás | 76 cm | 76 cm | 77 cm | 80 cm | 60-77 cm |
Maletero | 470 litros | 540 litros | 455 litros | 450 litros | 555/690 litros |
Precios | 32.315 euros | 30.550 euros | 33.575 euros | 32.520 euros | 41.360 euros |
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