La sensación de viajar en un descapotable es muy placentera. Sin embargo, en el caso de este Saab y gracias a un motor inagotable, merece la pena cerrar el techo y dedicarnos a una conducción más deportiva. Monta un propulsor de cuatro cilindros en línea, de dos litros de capacidad y doble árbol de levas en culata de 16 válvulas, que presenta una potencia máxima de 210 CV. El milagro se produce por su turbocompresor: en funcionamiento, esta mecánica es un auténtico relámpago. Aceleras, aceleras, aceleras..., mientras que el motor va subiendo de vueltas con soltura y, cuando otros modelos ya han llegado al máximo, a su turbo todavía le queda mucho fuelle. Lo oyes rugir al mismo tiempo que ves cómo se anima en el salpicadero la aguja que indica presión del turbo. Es rapidísimo, presenta una aceleración envidiable (sólo le iguala en el 0 a 1.000 metros el BMW 330i Cabrio, pero hay que tener en cuenta que éste posee un motor 20 CV más potente). En recuperaciones, es sencillamente el rey: si lo comparamos con sus rivales, presenta los mejores números en este apartado en cualquiera de las marchas que analicemos.
![]() En el modo automático, se muestra un poco "conservador" -en seguida cambia a una velocidad superior- y los saltos de marcha se notan ligeramente. Disfrutamos más insertando nosotros mismos las marchas, sobre todo con las levas. Sin embargo, hay que señalar que éstas quedaban algo separadas: si sujetamos el volante, apenas llegamos con el pulgar (las personas con manos pequeñas lo notarán aún más). Un toque y subo una marcha, otro toque y reduzco... sin levantar las manos del volante; divertido y ágil. La sensación merece la pena, aunque pierda algo de frescura respecto a la versión manual. Además, con los datos del Centro Técnico en mano, podemos afirmar que es más recomendable el Sentronic que la caja tradicional: sus consumos son más contenidos, aceleran prácticamente igual (en el 0 a 1.000 metros las diferencias son de apenas milésimas de segundos) e incluso las recuperaciones resultan mejores. El problema está, cómo no, en el precio. Esta caja automática es opcional y cuesta 2.000 euros, mientras que, por sólo 300 euros, podemos montar la manual de seis velocidades. |