Saab 9-3 Sport Sedán 2.0i T Aero

Las expectativas que evocan los Sport Aero no han quedado defraudadas tras la renovación del modelo: seguimos estando ante un vehículo rápido, muy rápido, aunque nunca pierde ese halo de robustez y señorío que suele acompañar a la firma sueca. Por si fuera poco, este nuevo Saab 9-3 enamora a primera vista. Bienvenidos al mundo de las emociones.

Saab 9-3 Sport Sedán 2.0i T Aero
Saab 9-3 Sport Sedán 2.0i T Aero

Pocas veces he tenido la ocasión de probar un coche que provocara tal unanimidad en las opiniones: el “sobre gustos no hay nada escrito" parece no aplicarse al Saab 9-3 Aero Sport, un vehículo que arranca un “¡qué bonito!" a la gran mayoría de los que lo ven.De hecho, fue el primer pensamiento que se me pasó por la cabeza cuando, con las llaves en la mano, me dirigía a realizar la primera toma de contacto con el modelo sueco, que llegó al mercado en marzo. En un rincón quedaron los datos que había leído (210 CV, motor de 2.000 cm3, turbo…) y los comentarios que ya había escuchado sobre el buen tono general de los Saab y su aplomo en carretera; incluso relegué las ganas de comprobar sus prestaciones –sobre el papel, 7,5 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, aunque, tras las mediciones de nuestro Centro Técnico, resultan ser 8,1 s- para dedicarme a observar la carrocería por los cuatro costados.Y es que las líneas del nuevo Aero impresionan. En Saab aseguran que ha sido diseñado “para provocar una respuesta emocional a sus propietarios y a todos los que lo observan" y, tras haberlo conducido, puedo asegurar que: a) la percepción del poseedor es bastante satisfactoria y b) la de los demás denota admiración y curiosidad.No es un vehículo que se vea normalmente en las carreteras, de ahí que no muchos reconozcan el modelo, aunque sí se giran para observarlo mejor. Sus líneas sugieren un comportamiento dinámico y deportivo (no en vano, los Aero son los modelos de altas prestaciones de Saab) y ese aspecto se ha subrayado con una carrocería más baja que la del resto de los 9-3 de la gama, un faldón delantero, estribos laterales, un discreto alerón posterior y unas llantas de 17 pulgadas. A esto se añade un aspecto robusto y musculoso que, unido a sus generosas dimensiones -4,6 metros de largo, 1,7 de ancho y 1,4 de alto-, ofrece la impresión de que este 9-3 está “pegado" al asfalto. Las horas de prueba en el túnel de viento se traducen, según el constructor, en un coeficiente aerodinámico de 0,28. Saab afirma que sus ingenieros han conseguido reducir las fuerzas ascendentes un 70 por ciento en la parte delantera y un 40 por ciento en la posterior, lo que permite, en teoría, una gran estabilidad a velocidades elevadas. En la práctica, también.