Con el Laguna Grand Tour se pueden hacer kilómetros sin sentir el más mínimo cansancio. Aunque, eso sí, no está de más parar de vez en cuando para estirar las piernas y tomar el aire. Los pasajeros van muy cómodos y sin problemas de espacio, pero al volante tampoco se va mal. Entre las tecnologías varias con que cuenta este modelo está el regulador de velocidad, que se puede poner en marcha con sólo dar a un botón que hay en el volante. No hay que ir pendiente del velocímetro, el coche no pasa de la velocidad que tú indiques, salvo emergencia, claro.
A todos nos llama la atención el hecho de que la nueva generación del Laguna no lleve llave, pero éste no es el único sistema que Renault ha incorporado en este modelo (tanto en la versión berlina como en la break). En el caso de cómo activar el coche, se trata de una "llave" casi con formato de tarjeta de crédito, que, además, incluye pequeños botones para cerrar o abrir el vehículo. Una vez dentro del coche, se inserta la tarjeta en su ranura y el coche "vuelve a la vida". Con sólo pulsar en el botón Star, se pone en marcha. La tarjeta, además, memoriza, cada vez que se usa el coche, sus niveles, el kilometraje, la presión de los neumáticos, los kilómetros que faltan para la próxima revisión. El aire acondicionado del Laguna cuenta con un captador de toxicidad, que, de forma automática, recicla el aire del interior del habitáculo si registra algún elemento que pudiera resultar tóxico en el ambiente. Menudo viaje que estamos disfrutando. Con todas las comodidades. El nivel de ruido es muy bajo, así que no molesta en el interior del habitáculo y las suspensiones se muestran firmes, pero sin ser excesivamente duras. Están "en su punto".
En seguida vamos llegando a nuestro destino, ahora sólo hay que buscar un sitio donde dejar el coche, tarea nada sencilla, si pensamos que no se trata precisamente de un utilitario. Sin embargo, los sensores de ayuda al aparcamiento nos ayudan a calcular para “calzar" el coche en su sitio sin rozar siquiera el vehículo que tenemos detrás.
Hay que reconocer que nuestro nuevo coche nos ha traído hasta aquí, la mar de bien.