Renault Laguna 1.9 dCi Privilege

El nuevo Laguna marca un importante cambio estético. Sin embargo, no es lo más llamativo. Un incremento en sus ambiciones, como representante de un segmento que ha ido a más, una mayor riqueza de equipamiento y una calidad de rodaje digna de una berlina de alta gama le aportan interesantes argumentos.

Renault Laguna 1.9 dCi Privilege
Renault Laguna 1.9 dCi Privilege

Aunque el estilo no va a ser el hilo conductor en la renovación de su gama, ya que Renault no pretende conseguir unas formas identificativas en todos sus productos, el Laguna representa en este sentido un neto avance. El anterior Laguna, con sus formas redondeadas, cumplió y bien su cometido. Ahora la estética imperante pasa por una combinación de varias tendencias, aunque dando una preponderancia clara a los ángulos más vivos y menos suavizados. En este sentido, el nuevo Laguna tiene, bajo nuestro criterio, aciertos generales en el frontal e interior, pero algún aspecto mejorable. De todas formas, dejando a un lado los gustos personales, el aumento de dimensiones, siete centímetros en la longitud total de la berlina y más de nueve en la distancia entre ejes, le confieren, como antes comentábamos, un gran empaque, manteniéndose en una posición intermedia junto con el Peugeot 406. Por debajo encontramos al Alfa 156, al Opel Vectra o al especial Mitsubishi Carisma, que tiene una distancia entre ejes muy reducida, mientras que el Passat y el Mondeo decididamente se colocan por encima, con sus 4,70 y 4,73 metros de longitud, respectivamente. Este aumento de dimensiones no se convierte en el interior en una ganancia de espacio. El nuevo Laguna tienen un interior que es prácticamente idéntico al del anterior, más exactamente pierde atrás dos centímetros de anchura y, sobre todo, ha perdido maletero, más de 100 litros. Sin embargo, lo que más nos ha llamado la atención es la buena realización del interior, las formas agradables del salpicadero y, sobre todo, la cantidad de elementos novedosos y de seguridad que vienen a añadirse a la dotación de serie del vehículo. Este Laguna populariza hasta seis airbags de serie en toda la gama —incluidos los de cortina—, con posibilidad de montar incluso bolsas de aire laterales para los asientos traseros. El ABS también va de serie, lo mismo que el control de estabilidad ESP, que engloba el control de tracción, más el asistente de frenada BAS. Sin duda, lo más innovador desde el punto de vista de la seguridad es el sistema de control de presión de los neumáticos. Un avance que debería introducirse en todos los vehículos y que incluso nos avisa en caso de que la presión no sea la indicada para el ritmo de marcha adoptado, por ejemplo, si circulamos por autopista a mayor velocidad de la que las presiones permiten. Por último, y ya en el apartado de confort y comodidad, Renault elimina la tradicional llave, sustituyéndola por una tarjeta codificada. El acabado Privilège incluye la versión de esta tarjeta que Renault denomina de manos libres. Ésta, en cuanto nos acercamos al vehículo, desbloquea las puertas con sólo tocar el tirador. Para cerrar y bloquear el motor y conectar la alarma basta con cerrar las puertas y alejarnos del vehículo. Para arrancar el motor, eso sí, debemos introducir la tarjeta en su alojamiento y pulsar un botón situado en el salpicadero, junto al volante. Para estacionarlo, pulsamos el botón para detener el motor y sacamos la tarjeta con lo que el vehículo queda protegido electrónicamente. El sistema funciona perfectamente y resulta muy cómodo. Sin duda, creará escuela en su segmento, ya que el nuevo Laguna es el único que, de momento, lo ofrece. Un diez desde todos estos puntos de vista, destacando el gran esfuerzo realizado por la marca por la cantidad de nuevas tecnologías que embarca.