Si por emoción entiendes un coche dinámico, de esos que transmiten pasión hasta cuando están parados, el nuevo Toledo se aleja un mundo del eslogan "autoemoción" que tanto nos ha vendido Seat. Sin embargo, puede que ahora, tal y como están las cosas, lo que te emocione de verdad sea tener un coche barato de mantener y con un interior práctico. En ese caso, con el nuevo Toledo sí es posible que veas acertado el eslogan de la marca. Hay que adaptarse a la realidad, poner los pies sobre la tierra y ofrecer productos que la gente demande, y ahora lo que toca es el precio. El grupo Volkswagen, lejos de crear una tecnológica berlina equipada con cientos de gadgets que te rasquen la espalda o te peinen las cejas, han creado un coche práctico, de calidad, sin grandes lujos y con un gran espacio interior, al que han dado dos identidades, la española Seat Toledo y la checa Skoda Rapid; se podría decir que, salvando las enormes distancias, han buscado hacer una especie de Dacia Logan pero con la mentalidad alemana, su tecnología y sus exigencias de calidad.
Una de las mejores descripciones que se han dado sobre este coche se la escuché al gran Arturo de Andrés: "el nuevo Toledo es un maletero pegado a un coche" y, como ahora verás, no le falta razón. En esta cuarta generación el Toledo vuelve a sus orígenes estructurales que tantos triunfos de ventas trajeron a la casa española. Opta por carrocería berlina de cinco puertas, ya que en la segunda generación se perdió el portón trasero y en la tercera se recurrió a una "poco agraciada" carrocería "con chepa", que incluso nos intentaron vender con dos colores. Ahora la apariencia exterior es nada arriesgada, con cierto parecido a un Ibiza alargado, que bien podría haberse llamado Córdoba (personalmente habría usado el nombre de Toledo en lugar del Exeo pero, de momento, yo no fabrico coches). Sin embargo, el nuevo Toledo cuenta con más batalla y longitud que las tres generaciones anteriores, más incluso que las de un Skoda Octavia actual, por lo que puedo comprender -que no compartir- un poco más su denominación.
Es un "low cost", así lo entendemos y así me lo explicaron los responsables de la marca el día de su presentación. Sin embargo su nivel de calidad está por encima de lo esperado. Visualmente no es tan llamativo como un Chevrolet Cruze pero presenta unos materiales que, al menos en apariencia, dan más sensación de robustez, con los ajustes y tolerancias habituales del grupo VW. Puede que te pase como a mi, que al entrar incluso te sorprenda su buena terminación, debido a que entras con la mentalidad "low cost" y esperas algo peor. Nuestra unidad de pruebas, como ya es habitual en los coches destinados a la prensa, estaba equipada con el acabado Style, el tope de gama. En estas condiciones, con el interior de color beige y el salpicadero realizado en dos tonos, cuesta incluso creer que estemos montados en un "coche de crisis".
Su interior está configurado para cinco plazas, con asientos de diseño simple que buscan más el confort que la agradable sujeción lateral habitual de Seat. La postura idónea de conducción se encuentra pronto. El volante tiene buena ergonomía, aunque tiene los mandos de las luces y limpiaparabrisas demasiado cerca, hasta el punto que es habitual accionar el limpia cuando subes la mano desde el volumen de la radio o el climatizador. Guantera grande, muchos huecos y buen espacio general. Detrás hay mucho espacio para las piernas. También hay buena anchura, que se ha ganado a costa de reducir el grosor total de las puertas. Comparado con rivales como el Fiat Línea, el Chevrolet Cruze, el Ford Focus Sedán..., el Toledo aporta mejores cotas internas en todas las mediciones excepto una, la altura interior trasera, que iguala el dato con el Línea y queda unos 4 cm más baja que el resto; los problemas ahí sentado empezarán para el que mida más de 1,82 m, más o menos.
Resultan llamativos los casi 600 litros de maletero que hemos medido, y más si se tiene en cuenta que el coche viene con rueda de repuesto convencional, sus triángulos bien colocados, que hay un pequeño hueco bajo el piso donde podrás dejar algo más que los chalecos o la documentación y que, además, se puede quitar la bandeja superior para, ocasionalmente, poder cargar hasta el techo, o mejor dicho, hasta el cristal del portón. A esto se le suman formas sin recovecos y la posibilidad de abatir los asientos en modo 60:40, para albergar objetos de hasta 1,80 de largo, hasta el punto que parece hecho para transportar los muebles desmontados de un fabricante sueco; lo dicho, un maletero con coche.
Hasta que llegue el TDI de 90 CV, la variante Diesel disponible pasa por el conocido 1.6 TDI de 105 CV. Es un buen motor y en el Toledo encaja perfectamente. No hay mala aerodinámica, el peso es contenido y los desarrollos están muy bien puestos, por lo que se obtiene una excelente relación entre prestaciones y consumos. Así, en carretera, no es de extrañar ver medias que bajen de los 4 l/100 km, aun con el climatizador conectado y en el límite de la velocidad legal. Su comportamiento queda lejos del tacto dinámico de Seat y se acerca mucho más a lo que Skoda nos tiene acostumbrados, con un buen confort, seguridad y ausencia de complicaciones. Delante lleva la suspensión del Ibiza y detrás un eje torsional que trabaja mucho mejor de lo que esperas; olvídate de los que lo critican por no llevar el teórico mejor multibrazo, con este coche tus demandas serán otras, entre ellas la mayor capacidad de maletero que permite este tipo de suspensión. No es el más barato del mercado y los hay mejor equipados, pero este te ofrece una interesante promoción que incluye hasta un seguro de desempleo. Si no quieres complicaciones estéticas o económicas, acércate a verlo a un concesionario, que te sorprenderá.