Prueba: Mazda 2 1.5 Skyactiv-G/90, pura seda

Mazda no atiende a tendencias ajenas, sólo a las suyas propias. Y el Mazda 2 no es más que una confirmación de haber seguido el mejor camino. Frente al baile de cilindros y turbos, Skyactiv hace valer su excelente eficiencia y altísimo rendimiento.

Raúl Roncero. Twitter: @Rron0_autopista Fotos: Ángel Yuste.

Prueba: Mazda 2 1.5 Skyactiv-G/90, pura seda
Prueba: Mazda 2 1.5 Skyactiv-G/90, pura seda

Empezó con la denominada estrategia del gramo y acabó con Skyactiv o, dicho de otro modo, aligeró sus coches hasta la médula y la eficiencia se convirtió en una obsesión, hasta llegar a donde hoy ha llegado con una gama en la que el Mazda 2 es otro fiel representante de esa filosofía. Pero también en otras vertientes parece querer seguir yendo la marca por libre, porque si antaño era de los modelos de menores dimensiones, ahora sus 4,06 metros de longitud son inusualmente "grandes".  Suma mejores calidades reales así como un equipamiento con gran dotación de elementos de seguridad para abrirse las puertas de par en par en una de las categorías de mayor demanda en nuestro mercado, y donde, con la excepción del coche urbano –ya no se plantea alternativa Diesel en las gamas–, más peso especifico tiene el motor de gasolina, justo donde más ruido puede hacer la casa japonesa.

Mazda 2Inyección directa, altísima compresión y "gran" cilindrada para tratarse de un propulsor de sólo 90 CV, el nivel intermedio de los tres que ofrece la gama en gasolina –por debajo, 75 CV; por arriba, 105– aunque es un motor que esconde mucho más potencial del que teóricamente le deja exhibir Mazda en su utilitario, donde los 130 CV anunciados por el MX5 se limitan electrónicamente según versión. Pero tenemos que hacer ya una primera parada para ponerte sobre aviso si es que no lo has visto ya: si echas un ojo a nuestras cifras del Centro Técnico, verás que el rendimiento real dista mucho de lo declarado. Nada menos que casi veinte caballos de regalo que explican el porqué no hay utilitario con motor de alrededor de 90 CV que aguante comparación directa, así que si todas las unidades llegan así al cliente final, poco sentido tiene la versión más potente de la gama. 

Rápido y ahorrador

Que sea de los más rápidos en aceleración tal vez tenga poco valor porque la rapidez real no se puede medir sólo por este ejercicio; pero que lo sea logrando cifras de consumos mejores que la inmensa mayoría de rivales creo que hablan por sí sólo de la eficiencia del modelo. Sólo Jazz y Yaris híbrido mejoran sus cifras entre los gasolina y con la excepción de un bastante más lento Clio 0.9 TCE/90, ningún otro baja de 6 litros en nuestros recorridos. Como atmosférico que es, tu implicación es directamente proporcional a la agilidad con la que pretendas ganar velocidad, donde los nuevos turbo imponen más por su lógica más contundente respuesta a medio régimen, algo que el 1.5 Skyactive-G supliría claramente con la reducción de una o dos marchas para ser igual de rápido de reflejos. Porque luego lanzado, sorprende como aguanta cruceros de carretera o autopista e incluso progresa moviendo un desarrollo de cambio no ya largo, sino descomunal incluso haciendo las cuentas a esas 5.000 rpm en las que el motor entrega su potencia y par máximo.

Mazda 2Tacto de cambio, pedales, dirección, mandos en general o calidades y acabados de interior. A diferencia de la generación anterior, máxima ligereza –también es indiscutible líder– no implica estar poco aislado del asfalto ni falta de refinamiento, aspecto donde esta generación de Mazda 2 no sólo demuestra haber mejorado en calidad aparente, sino real, la que traspasa aspecto y tacto de materiales. No será el modelo con el chasis más eficaz de la categoría –208, Fiesta o Polo, entre otros, me proporcionan mejores vibraciones– aunque tampoco es que el Mazda 2 invite a explorar unos límites que, de buscarlos, no hacen más que sacar a la luz un chasis noble y de reacciones bastante naturales, en las que la seguridad y facilidad de conducción parecen haber sido prioritarias en una puesta a punto final en la que predomina el confort. Y hablando de seguridad, Mazda también pretende y puede abrirse paso incorporando elementos todavía no muy habituales aún en la categoría, como el asistente de frenada en ciudad –entre 4 y 30 km/h– o el de cambio de carril, dispositivos que, junto a buen nivel de equipamiento, enriquecen pero también encarecen un producto que, aunque no destaque por lo que encierra –hablando en términos de habitabilidad y capacidad de carga–, sí lo hace por lo que esconde. Y es que, por fin el Mazda 2 ha encontrado su hueco en la nueva era Mazda. □

En pocas palabras

Aceleración. Más rápido que la inmensa mayoría de rivales, incluidos los de motor turbo. Claro que, el Skyactive-G juega con ventaja: ha dado 20 CV más de los prometidos.

Cambio. La palanca es una delicia por tacto, precisión y suavidad, pero ojo al embrague porque se puede fatigar con facilidad: mima las fases de arrancada, especialmente en cuesta.

Frenada. Algún metro por encima de la media, probablemente porque la rueda no es un prodigio de agarre. La frenada "de emergencia" no origina extraños de carrocería. 

Consumos. Brillante en ciudad –por cierto, el Stop&start es de los mejores de su clase– o fuera de ella. Salvo Jazz y Yaris híbridos, no hay otro utilitario de gasolina que gaste menos.

Adelantamiento. Excelente motor atmosférico ligado a muy largos desarrollos de cambio. Mantiene muy bien la velocidad, pero le cuesta ganarla en marchas largas: la solución, en la mano: utiliza el cambio.

Habitabilidad. Skyactiv es un desarrollo con 360 grados de amplitud en el que el peso es uno de los focos principales, y el reto se ha conseguido: es el más ligero de su clase. En espacio, bien por cota de piernas, insuficiente en anchura en las plazas traseras.

Sonoridad. No sientes las asperezas y falta de aislamiento de otros también ligeros Mazda. La climatización sí me ha parecido algo ruidosa.

Potencia y par. Mazda  lo emplea en diferentes niveles de potencia, y este de 90 CV parece saltarse todas las limitaciones electrónicas. Sus dos curvas piden a gritos que no superes las 5.000 rpm.  

Maletero. En la misma línea que la habitabilidad interior, la capacidad de carga no es su fuerte. El tirador para abrirlo me resulta algo incómodo.