Prueba: Citroën C4 Picasso e-HDI 115 CV, arte moderno

El C4 Picasso pintaba mucho dentro del segmento de los monovolúmenes y ahora con la nueva generación promete volver con su arte a las listas de ventas. Tras probarlo, no nos cabe ninguna duda.

Daniel Cuadrado. Twitter: @DanielCuadradoT

Prueba: Citroën C4 Picasso e-HDI 115 CV, arte moderno
Prueba: Citroën C4 Picasso e-HDI 115 CV, arte moderno

Tiene madera de líder, lo ha sido mucho tiempo y está claro que quiere volver a serlo. El nuevo Citroën C4 Picasso vuelve presumiendo de ser el primero en ofrecer la nueva plataforma EMP2, que ha de servir como base a infinidad de modelos en el Grupo PSA y que pronto se popularizará. De momento, aprueba con buena nota, aunque es posible que eso a ti te importe menos. Hace tiempo alguien me dijo "no me hables de cosas que no veo, aunque sean extraordinarias, y cuéntame si funcionan y si cumplen con lo prometido". Pues nada, allá vamos. No se qué opinarás tu, pero estéticamente a mi me parece que esta nueva generación del Picasso ha ganado mucho. No sólo es una cuestión de diseño, que también, sino de tamaño y proporciones. Es más corto, bajo y tiene más batalla, por lo que parece estar más proporcionado y, por tanto, resulta más agradable a la vista.

 

Lo curioso del caso es que en Citroën han logrado, a pesar de la nueva base y medidas, mantener las cotas interiores del anterior. Esto significa que, si ya conocías el coche, vas a encontrar prácticamente el mismo espacio que tenías, pero con mejor terminación general. En cambio, si eres nuevo, en el C4 Picasso encontrarás un monovolumen compacto con buena habitabilidad configurable, en la línea de lo que se oferta en el mercado; por dentro es el más ancho de entre sus rivales directos y ofrece similar espacio para las piernas que un Renault Scénic o un Zafira, aunque algo menos que un Ford C-Max, y aporta un gran maletero, de los más grandes del segmento. En resumen, un coche práctico.

 

En teoría, la habitabilidad debería ser el principal argumento de compra de un monovolumen, sin embargo hoy en día las marcas ofrecen infinidad de reclamos para atraerte a ver su coche en el concesionario. Una buena prueba de ello es esta unidad del Picasso, equipada con todo lo que tiene a su disposición, que es un salto tecnológico comparado con la anterior generación. Así, no es de extrañar que el precio sea de los que asustan; ¿28.050 euros un Picasso ya con descuentos incluidos? Pues sí, con el equipamiento máximo que lo acerca más al mundo premium. Pero no te asustes porque el Picasso sigue teniendo un buen precio, sobre todo si empiezas a restar extras.

 

Qué versión elegir

Con este mismo motor Diesel de 115 CV y cambio manual lo puedes encontrar des­de los 22.550 euros, si bien yo te recomien­do olvidarte del alto de gama Exclusive y cen­trarte en el Seduction, que por 23.700 euros añades el asiento del pasajero delantero ple­gable, para cargar objetos largos, los faros an­tiniebla, el climatizador bizona y el encendi­do automático de luces entre otros detalles; es la opción más lógica y, como mucho le sumas la rueda de repuesto de galleta (80€) y el re­comendable Pack City, que por 300 € te da el asistente de aparcamiento trasero y los retro­visores plegables eléctricamente.

 

El nuevo Picasso dispone de un montón de sistemas nuevos, como el asistente de cambio de carril -este ya lo tenían en Citroën pero ahora avisa dándote tironcitos en el cinturón de seguridad-, el aviso de frenada de emergencia, el sistema que apar­ca solo... una pantalla táctil tipo smartpho­ne con un funcionamiento menos preciso que lo acostumbrado en un teléfono pero con mu­cha mayor precisión que la que ofrece el Grupo Volkswagen. Eso sí, obliga a desviar demasia­do la vista de la conducción, ya que agrupa to­das las funciones multimedia, del climatizador, el teléfono o del propio coche. Como verás hay mucha tecnología ¡hasta cuenta con asientos delanteros con masaje!, aunque no te recomiendo invertir en ellos por ser demasiado "light". A toda esta batería de argumentos de compra -los de seguridad muy útiles- el nuevo C4 Picasso aña­de un interior con mejorada ergonomía. El vo­lante ahora es de una sola pieza, mucho más cómodo de usar y sencillo.

 

Los asientos son có­modos, aunque es cierto que ya lo eran antes. Detrás mantiene las tres plazas independientes, que se pueden reclinar, abatir o deslizar por separado. Gracias al parabrisas panorámico que trae de serie, sigue teniendo una luz interior increíble, que se puede complementar con el techo panorámico. Esta luminosidad contrasta con la mala visibilidad interior trasera; entre que la luna es más pequeña y que, o bien los reposacabezas, o bien los que vayan sentados detrás nos tapan, prácticamente se anula el espejo retrovisor interior. A cambio, tenemos un buen ángulo de visión delantero, buenos espejos exteriores y el aviso electrónico de ángulo muerto.

 

Comportamiento mejorado

Dinámicamente no era malo antes y a pesar de ello ahora ha mejorado. No es el mejor de la clase en este aspecto, el Ford C-Max ahí le gana la partida aunque también es menos confortable, pero ahora el C4 Picasso es más eficaz que antes. Ha cambiado un poco de confort en el bache corto por menos balanceo de la carrocería, con lo que se ha vuelto más preciso y agradable de conducir, que antes. Todos los miembros del Centro Técnico y el equipo de pruebas de AUTOPISTA que lo hemos conducido coincidimos en que es dinámicamente mejor coche. No es un cambio radical pero podemos decir aquello de "prueba superada". Afronta con mayor precisión la entrada en curva, y mantiene el característico reglaje de los coches de orientación familiar, con una zaga muy bien asentada que difícilmente saldrá a relucir. Todo esto se redondea con un ESP, de serie, con mejor calibración que antes.

 

Esta unidad venía equipada con el 1.6 HDI de 115 caballos. Ofrece un buen nivel prestacional sin que el consumo se dispare. De momento anda más y gasta menos que la anterior versión de 110 caballos. Se trata de un motor Diesel alimentado por raíl común, con culata de 8 válvulas y turbo de geometría variable con intercooler. Ofrece un buen rendimiento y eso que está ligeramente lastrado con unos desarrollos largos, aunque en el fondo los mueve bien; eso sí, en lugares como la madrileña M30 con velo­cidad limitada a 70 km/h tendrás que olvidar­te de la sexta y moverte en quinta velocidad.

 

También se ofrece este mismo motor 1.6 con 90 caballos, con el turbo de geometría fija y sin intercooler. Me parece mucho más interesante y recomendable el 115 caballos, sobre todo si vas a querer viajar con él en verano y cargado de equipaje. La diferencia de precio a igualdad de equipamiento es de 1.250 euros que considero compensa pagar porque el 115 caballos, ade­más de ofrecer mayor seguridad en carretera a la hora de adelantar o salir de un problema, con­sume ligeramente menos.