Prueba: Alfa Romeo 4C, pasión a la italiana

En el Alfa Romeo 4C la razón no existe, todo es pasión. El único que te lo va a aconsejar va a ser tu corazón. Hazle caso y tendrás entonces un coche inútil para la vida diaria... sin embargo llegará el domingo y estarás deseando subirte en él ¿porqué será?

Daniel Cuadrado. Twitter: @DanielCuadradoT Fotos: Achim Hartmann

Prueba: Alfa Romeo 4C, pasión a la italiana
Prueba: Alfa Romeo 4C, pasión a la italiana

No es muy habitual encontrar coches como el Alfa Romeo 4C, salta a la vista que es diferente. Tras esas estudiadas curvas, tras ese tamaño de mini superdeportivo y tras ese emblema de Alfa Romeo, encontramos uno de los modelos más excitantes del momento. No es sólo fachada ni se trata de un juguete, hay mucho más. Con él, el Grupo Fiat ha aprendido a realizar coches de fibra de carbono en altas series, cosa que otros fabricantes todavía ni se han planteado, con él se pretende relanzar Alfa Romeo en el mercado americano y, con él, renace el espíritu de una marca mítica que últimamente parecía haber perdido su rumbo inicial; en su gama sólo ofrecía un compacto como el Giulietta y un utilitario como el Mito, interesantes opciones pero nada que ver con modelos de antaño como el 8C, el Spyder, el 2000 GTV... El 4C es llamado a ser el punto de inflexión y tras él han deberían venir el 6C, el Spyder, la Giulia... en definitiva, la gama que se merece una marca que vende deportividad, pasión y tradición.

Alfa Romeo 4CRompo mi norma de no opinar sobre la estética para decirte que me ha parecido un coche precioso. Y debe serlo porque en la calle siempre hay un corro alrededor, los otros coches se ponen a tu velocidad para mirarlo o simplemente para escucharlo. Llama la atención como el más moderno de los Ferrari, así que si eres tímido y no te gusta que te miren, olvídate de él. Entrar es complicado por la altura, salir más, sobre todo cuanto más alto seas. Una vez dentro no es muy incómodo si lo miras con pasión; recuerda que no es un medio de transporte, es un Alfa. Los asientos son duros y agotan con los kilómetros, no es el coche ideal para viajar, pero sujetan bien el cuerpo; el del acompañante hasta carece de reglajes. La postura es con las piernas a menos de 45 grados, una delicia si, de nuevo, lo miras con pasión; es perfecta para el deportivo radical que es. Luego conduciendo verás que el pie izquierdo queda un poco girado a la derecha en el reposapiés, algo que sólo notarás con el paso de los kilómetros porque al principio, nada. Una vez dentro, todo es espartano. Encontramos mandos de Fiat convencionales, un volante achatado por debajo, un bonito display LCD sin agujas físicas, los mandos del DNA y la preciosa fibra de carbono del chasis rodeándote.

Te recomiendo para mejorar tu salud que sólo lo pongas en marcha con las ventanas bajadas. Apretar el botón de arranque en un garaje es una sensación similar a entrar en el cielo... o en Maranello un día de pruebas de sistemas de escape, y eso que lleva un cuatro cilindros. Esta unidad estaba equipada con el extra del escape "Racing", que mucho tiene que ver en tu entrada en el paraíso y que no deberías comprarlo sin él. Lo puedes pedir solo o, como en nuestro caso, como parte del Pack Racing, que incluye, además de mayor diámetro de llanta y detalles de acabado, un reglaje específico del chasis, que consta de una estabilizadora delantera de 21 mm de diámetro –de 19 la de serie– y otra trasera de 20 mm –de serie no lleva–, además de amortiguadores y muelles con calibración más rígida y un grado de caída negativa en el tren delantero en lugar de los -45' del de serie. No lo dudes, es un coche radical y se merece este pack al margen del uso que vayas a darle.

Para todos los gustos

Dispone de cuatro modos de conducción: All Weather, Natural, Dynamic y Race. Con el primero, las transiciones de cambio son más suaves y se reduce el par del motor. Aunque no llueva o haga mal tiempo te lo recomiendo en ciudad, puesto que te resultará más agradable. El modo Natural es el que establece por defecto, mientras que el Dynamic es el que más te va a gustar; cambia más rápido y el control de estabilidad interviene lo justo. Con el Race se quita el control de estabilidad, los cambios son rapidísimos y se desactiva el modo manual del cambio.

Es pequeño, rápido y ágil pero en ciudad entre que la visibilidad por el retrovisor central es casi nula y su escasa altura se vuelve torpe en el tráfico, para el que no ha nacido. De aparcar mejor no hablar, si lo haces en batería más te vale que haya distancia con el vehículo adyacente o no podrás salir de este coche de carreras, y en línea no querrás hacerlo para que no te lo estropeen los que usan el oído como sensor de parking. Carece de dirección asistida, tranquilo no es problema porque pesa poco. Una vez superada la ciudad todo se pone a tu favor. En autovías y autopistas te aburrirás con él, salvo que estés en Alemania, claro, y tendrás que sufrir el ruido que hay en el habitáculo.

Desafortunadamente el sonido de escape no llega al interior y sólo escuchas el feo claqueteo de la inyección directa y el estimulante resoplido del turbo, que al principio te encanta y a la media hora te satura; solución, baja las ventanas y disfruta de lo que sale por el doble escape. La dirección la sientes muy ligera y el coche va "buscando de morro" como un 911 GT3 o buen coche de carreras; esto se ha criticado mucho en la prensa en general pero a mi me encanta, puesto que es el resultado de una magnífica puesta a punto de bastidor que luego disfrutarás cuando la carretera o el circuito se retuerzan. No lo olvides, ni es un coche normal ni pretende serlo, y su futuro conductor debe saberlo.

Perfecto rodador

Corre como un demonio y tiene un bastidor que lo asimila a la perfección. Lleva un emulador de autoblocante a través de los frenos que te ayuda a traccionar de maravilla, pero nunca te va a dejar romper la adherencia trasera a base de gas como lo haría un autoblocante mecánico; olvídate de driftear, que eso es perder el tiempo, aunque ese autoblocante de verdad hubiese hecho de él un coche de carreras de verdad. Este efectivo sistema te hace pasar muy rápido por curva pero provoca un sobrecalentamiento en los frenos cuando ruedas muy rápido varias vueltas en circuito, algo que en carretera es difícil que te pase. Si has salido a divertirte en circuito o un tramo acabarás con las muñecas cansadas y el cuerpo agotado, pero estarás feliz por tener un coche así. Si lo quieres para pasear o presumir de coche te estarás equivocando y te cansarás de él. Este coche es para disfrutar del paseo rápido, de sus prestaciones y de su belleza. Tiene muchos inconvenientes para moverte con él, pero si los miras con pasión al final sólo verás ventajas y una de ellas está en su valor de recompra, ha nacido un clásico.

Decía Gordon Murray "No me multipliques la potencia, divídeme el peso" y esa es la base del 4C, la ligereza. Es un modelo que hay que entenderlo como lo que es, un coche muy especial. Tendría uno en mi garaje simplemente por su belleza, pero es que además me aporta diversión y me transmite sensaciones. Desengáñate porque no lo puedes usar todos los días, pero cuando lo cojas no querrás bajarte. Si quieres saber un poco más de él, aquí  te cuento algo más ¡GRACIAS ALFA!