Peugeot 206 CC 1.6 HDi

Ya conocíamos el atractivo 206 CC y también el motor 1.6 HDi que se incluyó en la versión “con techo" hace más de un año. Ahora, cabrio y mecánica se han unido y el resultado es, sencillamente, brillante.

Peugeot 206 CC 1.6 HDi
Peugeot 206 CC 1.6 HDi

Por mucho que ya conociéramos lo que hay bajó el capó de este 206 CC, no deja de asombrarnos su capacidad para mantener cruceros altos (¡muy altos!) y ofrecer, a la vez, un consumo contenido. El gasto medio es mayor que el de la versión con techo: 6,6 litros cada 100 kilómetros. No es una cifra muy alta, pero, cuando empecemos a pisar el acelerador más de la cuenta o a cambiar de ritmo, los números subirán sin reparos.A diferencia de otros cabrio, en los que tendremos que poner la capota si vamos a rodar deprisa, en el modelo que nos ocupa ni el aire, ni el ruido, resultan excesivamente molestos (siempre que subamos las ventanillas, con el fin de crear una “burbuja"). Eso sí, por encima de los 130 km/h, es recomendable detenerse y colocar el techo. Aunque nos ha gustado su comportamiento en las autopistas, lo que realmente pide este 206 son terrenos más complicados, en los que pongamos a prueba la rigidez de su bastidor. El resultado es bastante aceptable: aunque se aprecia cómo se retuerce el chasis cuando enlazamos las curvas, las suspensiones realizan un trabajo magnífico y se encargan de que la sensación de aplomo siempre esté presente. Basta con poner la capota para evitar los ligeros estremecimientos. El 206 CC se transforma, vuelve a afianzarse sobre el asfalto y emprende de nuevo la marcha, con más brío que antes. Ahora, con una impresión de estabilidad más alta, lo único que tenemos que hacer es ocuparnos de inscribir el coche en los giros con pulcritud -nada más fácil, gracias a una dirección precisa- y de gestionar el cambio. Aunque su tacto es algo tosco, no tendremos que recurrir a él con mucha frecuencia, ya que la zona buena del motor es amplia (se trata de un propulsor elástico): contaremos con la mitad del par máximo disponible a 1.500 rpm y aún tendremos una dosis considerable de fuerza (unos 18 mkg) más allá de las 3.500 vueltas. Esto nos permitirá sortear la mayoría de los trazados “ratoneros" alternando entre la tercera y la cuarta velocidad. Reservaremos quinta para las carreteras más amplias, donde más de una vez nos encontraremos buscando una sexta marcha. - Resulta fácil dejarse llevar por el buen comportamiento de este 206 CC y cometer algún exceso. En estos casos aparece el ESP, que forma parte del equipamiento de serie de esta versión. Su entrada en acción es muy discreta, ya que trata de inmiscuirse lo menos posible en nuestra conducción. En otras palabras: podremos permitirnos alguna licencia.
- Aunque pesa más que la versión con techo, sus cifras de frenada son mejores: el 206 CC se detiene en 70,9 metros desde 140 km/h, mientras que su “hermano" necesita 3 metros más. La vida del 206, ya todo un veterano en su segmento, se alargará un poco más; habrá que esperar hasta el Salón de Ginebra, en marzo, para conocer a su sustituto, aunque ya hemos visto sus primeros rasgos en el “concept-car" 20Cup, presentado en Frankfurt. Hasta entonces, la marca está jugando con nuevos acabados y toques rácing para un vehículo que arrastra un buen ejército de seguidores (más aún en el caso de los idolatrados Coupé-Cabrio). El 1.6 HDi no es una excepción y, al igual que ocurre con su “mellizo con techo", adopta muchos de los rasgos del GTI.Una tapa del depósito de inspiración “túning", llantas de 16 pulgadas, salida del escape ovalada y cromada, faros antiniebla incorporados, pomo de la palanca de cambio en aluminio… Su aspecto deportivo gana muchos enteros con estos detalles, que aportan un toque de exclusividad al conjunto. Así reconoceremos esta versión, que no está identificada en el exterior por ningún logotipo. Por lo demás, el habitáculo de este 206 CC apenas cambia respecto a los modelos de gasolina. Esto significa que conserva sus defectos (las plazas traseras son diminutas y el maletero pierde la mitad de su capacidad -390 litros en total- cuando el techo está oculto), pero también sus virtudes. Ente ellas se encuentran un puesto de conducción cómodo, unos asientos de corte deportivo que destacan por su sujeción y una instrumentación de fácil lectura. Y todo por 21.480 euros. ¿Alguien da más?Habrá quien piense que el precio de este 206 es algo elevado, pero hay que tener en cuenta varios factores. En primer lugar, estamos ante un descapotable muy versátil, que digiere sin empacho un uso diario. En segundo, su motor es uno de los que ofrecen un mejor rendimiento en su categoría: su margen de uso es muy amplio y sus prestaciones son más que suficientes. Es efectivo y su comportamiento enamora. Además, en su equipamiento no falta nada: airbags frontales y laterales, controles de tracción y estabilidad, climatizador, faros antiniebla, ordenador de viaje… Ya no parece tan caro, ¿verdad?

LO MEJOR
LO PEOR

•  Motor elástico
•  Comportamiento
•  Diseño

•  Plazas traseras muy pequeñas
•  Tacto del cambio
•  Montante parabrisas muy inclinado

Por mucho que ya conociéramos lo que hay bajó el capó de este 206 CC, no deja de asombrarnos su capacidad para mantener cruceros altos (¡muy altos!) y ofrecer, a la vez, un consumo contenido. El gasto medio es mayor que el de la versión con techo: 6,6 litros cada 100 kilómetros. No es una cifra muy alta, pero, cuando empecemos a pisar el acelerador más de la cuenta o a cambiar de ritmo, los números subirán sin reparos.A diferencia de otros cabrio, en los que tendremos que poner la capota si vamos a rodar deprisa, en el modelo que nos ocupa ni el aire, ni el ruido, resultan excesivamente molestos (siempre que subamos las ventanillas, con el fin de crear una “burbuja"). Eso sí, por encima de los 130 km/h, es recomendable detenerse y colocar el techo. Aunque nos ha gustado su comportamiento en las autopistas, lo que realmente pide este 206 son terrenos más complicados, en los que pongamos a prueba la rigidez de su bastidor. El resultado es bastante aceptable: aunque se aprecia cómo se retuerce el chasis cuando enlazamos las curvas, las suspensiones realizan un trabajo magnífico y se encargan de que la sensación de aplomo siempre esté presente. Basta con poner la capota para evitar los ligeros estremecimientos. El 206 CC se transforma, vuelve a afianzarse sobre el asfalto y emprende de nuevo la marcha, con más brío que antes. Ahora, con una impresión de estabilidad más alta, lo único que tenemos que hacer es ocuparnos de inscribir el coche en los giros con pulcritud -nada más fácil, gracias a una dirección precisa- y de gestionar el cambio. Aunque su tacto es algo tosco, no tendremos que recurrir a él con mucha frecuencia, ya que la zona buena del motor es amplia (se trata de un propulsor elástico): contaremos con la mitad del par máximo disponible a 1.500 rpm y aún tendremos una dosis considerable de fuerza (unos 18 mkg) más allá de las 3.500 vueltas. Esto nos permitirá sortear la mayoría de los trazados “ratoneros" alternando entre la tercera y la cuarta velocidad. Reservaremos quinta para las carreteras más amplias, donde más de una vez nos encontraremos buscando una sexta marcha. - Resulta fácil dejarse llevar por el buen comportamiento de este 206 CC y cometer algún exceso. En estos casos aparece el ESP, que forma parte del equipamiento de serie de esta versión. Su entrada en acción es muy discreta, ya que trata de inmiscuirse lo menos posible en nuestra conducción. En otras palabras: podremos permitirnos alguna licencia.
- Aunque pesa más que la versión con techo, sus cifras de frenada son mejores: el 206 CC se detiene en 70,9 metros desde 140 km/h, mientras que su “hermano" necesita 3 metros más. La vida del 206, ya todo un veterano en su segmento, se alargará un poco más; habrá que esperar hasta el Salón de Ginebra, en marzo, para conocer a su sustituto, aunque ya hemos visto sus primeros rasgos en el “concept-car" 20Cup, presentado en Frankfurt. Hasta entonces, la marca está jugando con nuevos acabados y toques rácing para un vehículo que arrastra un buen ejército de seguidores (más aún en el caso de los idolatrados Coupé-Cabrio). El 1.6 HDi no es una excepción y, al igual que ocurre con su “mellizo con techo", adopta muchos de los rasgos del GTI.Una tapa del depósito de inspiración “túning", llantas de 16 pulgadas, salida del escape ovalada y cromada, faros antiniebla incorporados, pomo de la palanca de cambio en aluminio… Su aspecto deportivo gana muchos enteros con estos detalles, que aportan un toque de exclusividad al conjunto. Así reconoceremos esta versión, que no está identificada en el exterior por ningún logotipo. Por lo demás, el habitáculo de este 206 CC apenas cambia respecto a los modelos de gasolina. Esto significa que conserva sus defectos (las plazas traseras son diminutas y el maletero pierde la mitad de su capacidad -390 litros en total- cuando el techo está oculto), pero también sus virtudes. Ente ellas se encuentran un puesto de conducción cómodo, unos asientos de corte deportivo que destacan por su sujeción y una instrumentación de fácil lectura. Y todo por 21.480 euros. ¿Alguien da más?Habrá quien piense que el precio de este 206 es algo elevado, pero hay que tener en cuenta varios factores. En primer lugar, estamos ante un descapotable muy versátil, que digiere sin empacho un uso diario. En segundo, su motor es uno de los que ofrecen un mejor rendimiento en su categoría: su margen de uso es muy amplio y sus prestaciones son más que suficientes. Es efectivo y su comportamiento enamora. Además, en su equipamiento no falta nada: airbags frontales y laterales, controles de tracción y estabilidad, climatizador, faros antiniebla, ordenador de viaje… Ya no parece tan caro, ¿verdad?
LO MEJOR
LO PEOR

•  Motor elástico
•  Comportamiento
•  Diseño

•  Plazas traseras muy pequeñas
•  Tacto del cambio
•  Montante parabrisas muy inclinado