Corren tiempos de renovación para el segmento de los monovolúmenes compactos de siete plazas. Después de que el Citroën C4 Picasso y Grand Picasso recibieran sus respectivos retoques, y en plena renovación del Renault Scénic y Grand Scénic, Opel mueve ficha y renueva su gran baza, el Zafira, que pierde el apellido Tourer. Nuevo diseño, que hereda elementos del Opel Astra, suma más versatilidad interior, si cabe, y mejor equipamiento de seguridad y de conectividad.
Nueva imagen la que estrena esta tercera generación de este Opel Zafira del que hasta la fecha se han vendido 2,7 millones de unidades desde que se lanzara la primera en 1999. La de ahora es más deportiva y dinámica, como vemos en el frontal que dice adiós a las dos X de los anteriores grupos ópticos, y que da la bienvenida a nuevos faros que se fusionan con la parrilla del radiador con diversos elementos cromados, con nuevas luces diurnas en forma de doble ala, ya conocidas en otros modelos de la marca, como el Astra. De perfil, el nuevo Opel Zafira ofrece un aspecto más aerodinámico y su trasera, presidida por el gran y práctico portón, apenas sufre modificaciones estéticas.
Pero hablemos del interior, donde encontramos las novedades más significativas. Espacioso y más práctico que nunca, se convierte, más si cabe, en un auténtico salón rodante. Un ambiente interior más refinado con mejoras en la calidad percibida, con abundantes partes mullidas en puertas y salpicadero, con inserciones metálicas de cierto tamaño, en mate, si bien encontramos plásticos duros en el marco de la consola central, que es la que realmente recibe los cambios. Con una disposición más racional y ordenada, la consola del nuevo Opel Zafira reduce el número de botones y los agrupa por funciones. En la parte inferior, los controles de ayuda a la conducción (desconexión del control de estabilidad, de la ayuda a la aparcamiento, freno de mano electrónico…), en la intermedia el climatizador y en la más superior con una nueva pantalla táctil de 7 pulgadas presidiendo integrada ahora más abajo de la consola central. Accesibles en todo momento para el conductor, su nueva disposición mejora además la visibilidad, ya de por sí excelente gracias al enorme parabrisas panorámico.
La sensación de controlarlo todo desde el puesto de conducción es total. Amplio y luminoso, encontrar la postura es muy sencillo, sobre todo, si optamos por los asientos deportivos ergonómicos, como en la unidad probada. El espacio no es problema en el Opel Zafira, ni en la primera, ni en la segunda fila de asientos, la tercera algo más justa. Sin duda, una de las grandes bazas desde su nacimiento es el sistema de plegado y desplegado de asientos Flex7, tal y como nos cuenta Enrico de Lorenzi, director general de Opel España: el 96 por ciento de las ventas del Opel Zafira son siete plazas.
Al volante pocas son las diferencias del nuevo Opel Zafira respecto al anterior, tal vez porque los motores son, básicamente, los mismos. Tres opciones en gasolina, 1.4 turbo de 120 CV o 140 y un 1.6 turbo de 200 CV y tres en Diesel, un 1.6 CDTI de 120 o 136 CV y un 2.0 CDTI de 170 CV. También habrá versiones de gas licuado de petróleo (GLP) y gas natural comprimido (CNG). Probamos la versión diésel más potente, la de 170 CV, que ofrece buen confort de marcha, asociada al cambio manual de 6 velocidades, mostrando agilidad y confort a partes iguales. También probamos la versión de gasolina más potente que no se ofrecerá desde el inicio en España (los motores Diesel mandan en este segmento) y nos parece claramente más silenciosa.
Conectividad del Opel Zafira
Otra de las novedades del nuevo Opel Zafira viene de la mano de la conectividad. Dependiendo del dispositivo elegido, el sistema multimedia Opel IntelliLink es compatible con las tecnologías Apple CarPlay y Android Auto. Ofrece el servicio de asistencia Opel OnStar – de serie u opcional en función del acabado-.
El nuevo Opel Zafira llega en otoño, a finales de septiembre y se comercializará desde 22.300 euros.
También te puede interesar:
Grand C-Max frente a Opel Zafira Tourer
