En el GTS las suspensiones han sido rebajadas 20 mm y la amortiguación es mucho más dura. Esto no quiere decir que estemos ante un coche incómodo: el confort no se sacrifica en absoluto, mientras que tiene un comportamiento ejemplar en su paso por curva. Además, conocedores del extra de potencia que han añadido a este Vectra, los ingenieros de Opel también han hecho un refuerzo de sus elementos de seguridad activa. Este modelo incorpora discos ventilados tanto en las ruedas delanteras como en las traseras (de 302 y 292 mm respectivamente), mientras que la mayoría de sus rivales sólo los llevan en el eje delantero. Así, sus distancias de frenado son muy buenas (según nuestras mediciones, necesita 3,86 segundos y 76,3 metros para detenerse lanzado a 140 km/h) y, lo que no es menos importante, no pierde eficacia. También se incluye de serie ABS y controles de tracción y estabilidad (este último, aunque no es nada intrusivo, no se puede desconectar, un detalle que limita algo la posible conducción deportiva que pudiéramos dar al vehículo y que en el Mondeo sí han tenido en cuenta). Nada más sentarnos al volante (y tras hacer las regulaciones oportunas), ya podemos predecir que el GTS nos deparará sensaciones muy agradables con tan sólo mover la llave de contacto. El puesto de conducción está muy cuidado. Los asientos sujetan a la perfección el cuerpo (los delanteros son de corte deportivo y tienen 8 anclajes distintos que permiten diversos ajustes adelante y atrás, altura de asiento y de banqueta, respaldo reclinable y soporte lumbar); existe un gran reposapiés para descansar el pie izquierdo y sujetarnos bien en las curvas y el cambio de cuero resulta muy fácil de "encauzar" (igual que el volante, también deportivo y de tres radios). Sin embargo, el salpicadero no es tan espectacular como su exterior. Es bastante conservador -una palabra que aquí podíamos utilizar como sinónimo de un poco sobrio-. Además, los intermitentes (un mando paralelepípedo de grandes dimensiones) chocan tanto por su estética como por su uso: hay que prestar especial atención para desconectarlos, ya que lo más frecuente es cambiar de izquierda a derecha sin darnos cuenta. El truco, subir el mando con mucha suavidad o esperar unos segundos a que se desconecta solo; son de lo más sensible. Entre tanto lujo, también contrastan un poco los mandos utilizados para regular los asientos. Obviando estos pequeños detalles (a los que pronto se acostumbra uno), el coche resulta de lo más cómodo. La visibilidad es muy buena: los retrovisores se regulan a la perfección y la ventana trasera tiene unas dimensiones generosas. En el GTS las suspensiones han sido rebajadas 20 mm y la amortiguación es mucho más dura. Esto no quiere decir que estemos ante un coche incómodo: el confort no se sacrifica en absoluto, mientras que tiene un comportamiento ejemplar en su paso por curva. Además, conocedores del extra de potencia que han añadido a este Vectra, los ingenieros de Opel también han hecho un refuerzo de sus elementos de seguridad activa. Este modelo incorpora discos ventilados tanto en las ruedas delanteras como en las traseras (de 302 y 292 mm respectivamente), mientras que la mayoría de sus rivales sólo los llevan en el eje delantero. Así, sus distancias de frenado son muy buenas (según nuestras mediciones, necesita 3,86 segundos y 76,3 metros para detenerse lanzado a 140 km/h) y, lo que no es menos importante, no pierde eficacia. También se incluye de serie ABS y controles de tracción y estabilidad (este último, aunque no es nada intrusivo, no se puede desconectar, un detalle que limita algo la posible conducción deportiva que pudiéramos dar al vehículo y que en el Mondeo sí han tenido en cuenta). Nada más sentarnos al volante (y tras hacer las regulaciones oportunas), ya podemos predecir que el GTS nos deparará sensaciones muy agradables con tan sólo mover la llave de contacto. El puesto de conducción está muy cuidado. Los asientos sujetan a la perfección el cuerpo (los delanteros son de corte deportivo y tienen 8 anclajes distintos que permiten diversos ajustes adelante y atrás, altura de asiento y de banqueta, respaldo reclinable y soporte lumbar); existe un gran reposapiés para descansar el pie izquierdo y sujetarnos bien en las curvas y el cambio de cuero resulta muy fácil de "encauzar" (igual que el volante, también deportivo y de tres radios). Sin embargo, el salpicadero no es tan espectacular como su exterior. Es bastante conservador -una palabra que aquí podíamos utilizar como sinónimo de un poco sobrio-. Además, los intermitentes (un mando paralelepípedo de grandes dimensiones) chocan tanto por su estética como por su uso: hay que prestar especial atención para desconectarlos, ya que lo más frecuente es cambiar de izquierda a derecha sin darnos cuenta. El truco, subir el mando con mucha suavidad o esperar unos segundos a que se desconecta solo; son de lo más sensible. Entre tanto lujo, también contrastan un poco los mandos utilizados para regular los asientos. Obviando estos pequeños detalles (a los que pronto se acostumbra uno), el coche resulta de lo más cómodo. La visibilidad es muy buena: los retrovisores se regulan a la perfección y la ventana trasera tiene unas dimensiones generosas.
Opel Vectra GTS 3.2 V6 Active Select
"Es el Opel más veloz de todos los tiempos", al menos el que se haya fabricado de serie, y se nota: deja atrás hasta su propio nombre, ya que éste no es un Vectra cualquiera. El GTS tiene una imagen más radical -acorde con su clara aspiración deportiva-, pero también es una berlina muy lujosa, toda suavidad y confort para sus pasajeros.
