Opel Insignia 2.0 CDTi contra VW Passat 2.0 TDI DSG

En sus siete años de vida el Insignia se ha actualizando hasta ser hoy un producto rotundo como nunca. Sigue la estela de un modernísimo Passat, con el que rivaliza por ser la berlina media más vendida en nuestro país.

Lorenzo Alcocer Fotos: Angel Yuste

Opel Insignia 2.0 CDTi contra VW Passat 2.0 TDI DSG
Opel Insignia 2.0 CDTi contra VW Passat 2.0 TDI DSG

Por norma general la vida media comercial de un vehículo se sitúa alrededor de siete años, pero lejos de sentirse el Opel Insignia un modelo viejo, a día de hoy muestra un excelente estado de forma. En concreto, esta nueva versión 2.0 CDTi de 170 CV transmite un refinamiento mecánico que desde siempre se le ha echado en falta al Insignia. En gran medida, esta mecánica puesta en escena para cumplir con la norma de emisiones de escape Euro VI, ha rejuvenecido un poco más a un modelo que en 2013 experimentó algo más que un restyling, al incorporar nuevos elementos de suspensión y un salpicadero que se despojaba de muchas teclas físicas, por una pantalla central táctil que asumía el control de la mayoría de los campos de la instrumentación. Su imponente estampa también se acicaló discretamente y a día de hoy, el Opel Insignia sigue proyectando una imagen tan actual como espectacular. Su diseño no solo aguanta muy bien el paso de los años; técnicamente sigue presentando un bajísimo coeficiente aerodinámico de 0,26. En cambio, su "couperizada" silueta ha condicionado siempre el acceso a la fila trasera y especialmente ha limitado mucho la cota de altura ahí detrás. Su elevado peso también es algo intrínseco del Insignia, aspecto hoy día fundamental en el desarrollo de los automóviles.

 

Comportamiento

En este sentido, el Passat de nuestros días ha utilizado por primera vez aluminio en ciertas partes de la estructura de la carrocería. Según nuestra mediciones, el Passat ha pesado 153 kilos menos que el Insignia y siendo siete centímetros más corto el Volkswagen, ofrece mucho mejores plazas traseras por espacio para las piernas y altura para la cabeza, y algo más de maletero. En cualquier caso, éstos son muy amplios en ambos, por encima de los 500 litros, si bien en esta versión del Insignia, su portón trasero es un plus de practicidad.

Insignia vs PassatEl peso también parece ser un aliado del Passat. La normalidad y sencillez que transmite rodando por cualquier carretera y ritmo, hacen del Volkswagen un coche enormemente agradable y eficaz. Aún siendo muy cómodo de suspensión, gestiona los pasos por curva con una sorprendente naturalidad en su guiado. Su tacto general, desde la dirección, el freno o la amortiguación, resulta muy afinado y equilibrado. Puedes disponer de amortiguación variable y adaptar el control de la carrocería a tus gustos o exigencias, pero en el Passat esta suspensión no viene a corregir un punto de partida que, repito, resulta muy equilibrado.

El Insignia pisa con el aplomo que se corresponde con su imagen. Lo sientes muy preciso y cómodo, diría que su punto de partida, algo más sólido, en nada tiene que envidiar al del Passat. Su teórica desventaja por lo que supone lidiar con un peso mucho más elevado, no parece que dinámicamente le afecte. Puedes sentir más inercias, pero no que estas alteren unas trayectorias que en general salen como las planteas. En curva soporta muchísimo apoyo, seguro que también por lo mucho que llegan a influir los enormes neumáticos opcionales que han popularizado los Insignia. También puede montar amortiguación variable y en su caso, el modo Sport sí puede aportar un plus de confianza rodando muy rápido entre curvas.

Era quizá la asignatura pendiente más evidente del gran Insignia y si desde su restyling en 2013 parece que sus motores se aislaron mejor, con este nuevo 2.0 CDTI resulta un modelo más refinado por la propia mecánica. En acústica y vibraciones este Insignia alcanza el nivel que su imagen y presentación interior se merecen. Pero además, también su agrado de conducción ha ganado muchísimo. Los desarrollos de cambio exageradamente largos por homologar bajos consumos han condicionado a la mayoría de los Insignia, lo que no pasa en esta versión. Con una sexta equivalente a la quinta de otras versiones CDTI, el nuevo motor ofrece mucho y buen empuje y cumple Euro VI recurriendo al aditivo Adblue. El repostaje de este aditivo coincide con los periodos de mantenimiento, pero Opel facilita esta operación dejando accesible la boca de llenado del depósito del aditivo junto a la del depósito de gasóleo. Le falta un cambio automático moderno para sumar un conjunto propulsor a la altura del 2.0 TDI 150 CV con cambio DSG que ofrece el Passat.

Insignia vs PassatEl automatismo del Passat compensa las menores prestaciones de su motor, aunque no será el cronómetro un problema de estos dos modelos. Más mérito tiene el Insignia, por cómo recupera en marchas largas gracias al buen ajuste de los desarrollos del cambio, como al impresionante par que genera su mecánica por debajo de 2.000 rpm. En carretera el poderoso Insignia consigue consumos ajustadísimos para el potencial de su motor y peso del conjunto y solo en ciudad se aleja de la eficiencia que mantiene el Passat en todas las condiciones.

Equipamiento

En el equipamiento es donde más se nota el salto generacional entre un modelo y otro. Al Insignia no le han faltado durante estos años actualizaciones en este sentido, incluso presenta un mando tipo touchpad que admite órdenes táctiles y gestuales para moverse por la pantalla central. Pero en otros campos, no llega al nivel de última generación que presenta el Passat: faros bixenón activos del Opel (opcionales en este Insignia), frente a los de ledes en el Passat. Advertencia acústica de perdida de carril en el Insignia, frente a la corrección automática de dirección en el Volkswagen. O aviso luminoso y acústico en situaciones previas a una colisión en el Insignia, frente a la frenada autónoma del sistema que puede montar el Passat.