El Corsa tiene como claro objetivo de venta el público joven y esta versión SRI colma las expectativas de cualquiera de los componentes de este segmento. No queremos entrar en generalizaciones, pero podemos afirmar que cumple perfectamente con las expectativas que puede tener cualquier veinteañero. Es bonito estéticamente, es un coche perfecto para desenvolverse por ciudad, permite realizar viajes largos con bastante comodidad y viene bien equipado. El hábitat natural de este Corsa son las ciudades. La jungla de asfalto es donde mejor se mueve gracias a su limitado tamaño, a una dirección asistida eléctrica muy agradable de utilizar y a un motor que consigue mover el vehículo muy bien en las relaciones de cambio más bajas. El tacto de los pedales y el uso del cambio es tan agradable que incluso cuando la manada sufre el cada vez más habitual apelotonamiento (también llamado atasco), es una delicia conducirlo. Se desliza entre los otros bichos con una soltura encomiable y gracias a su longitud puede permitirse aparcar en los lugares más intrincados. Pero el Corsa no es solamente un animal de ciudad, ya que cuando debe migrar hacia lugares más favorables se desenvuelve también con gran facilidad. No alcanza grandes velocidades, llega bien a cruceros entre 140 y 150 km/h, pero a partir de de ahí no da mucho más de sí, ya que le falta capacidad de aceleración. Tiene un propulsor de 90 CV (94 CV declarados en nuestro Centro Técnico) del que se podía esperar algo más. A la hora de los adelantamientos y en las recuperaciones, se ve lastrado por la baja cilindrada que lleva asociada, 1.389 cc, aunque no obtiene malas cifras. Lo que sí hace es viajar seguro, la estabilidad es una de las mejoras que tiene sobre sus antepasados y respecto a algunos de sus hermanos de gama. Se ha hecho un trabajo específico sobre las suspensiones y estas se han visto beneficiadas. Se han endurecido, no hasta los límites del GSI, pero sí hasta el punto de que no condicionan el confort de los ocupantes. A esto contribuye el ruido del motor, que no es excesivamente alto y además le confiere una fiereza que quizás no necesita, pero que sí agradece. La insonorización del habitáculo no se ha logrado sin embargo de forma plena, y en cruceros a partir de 120 km/h el ruido aerodinámico es perceptible.
En las zonas más viradas, muestra su mejor carácter. Agarra como si tuviera retenida a una presa y no se va demasiado, quizás tenga una tendencia subviradora, pero está muy contenida. A la fiesta se suman los asientos delanteros que sostienen muy bien los vaivenes de nuestro cuerpo.