Opel Astra Hatchback y Opel Astra Tourer comparten protagonismo con el Grandland como primeros representantes de la familia GSe, la denominación que identificará a los Opel electrificados más potentes, reinterpretando en clave S. XXI unas siglas históricas en la gama. En este caso GSe pasa a significar Grand Sport Electric y promete ser el principio de una historia apasionante.
En este caso, Astra y Granland tienen en la plataforma EMP2 de Stellantis el punto de partida de una personalización de fondo y forma que merece ser tratada de manera complementaria dadas las diferentes características tanto técnicas como de público objetivo entre un turismo y un SUV.
Así es el Opel Astra GSe
El Opel Astra GSe anuncia un precio de 40.900 euros: 1.500 euros más caro que el Astra GS PHEV a cambio de los cuales se obtendría mucho: un conjunto netamente superior, con 45 CV más de potencia máxima, amortiguación específica —con un equilibrio muy notable entre eficacia y comodidad—, una dirección recalibrada, asientos tipo Bacquet con certificación AGR y una estética claramente diferenciada, de gran personalidad aunque sin caer en lo exagerado.
Su identidad visual, más deportiva y contundente, pasa por los paragolpes específicos, la parrilla en tono negro, las llantas de 18” inspiradas en las del prototipo Manta GSe, y en los emblemas específicos. En el interior, la discreción es también la nota dominante, con el volante y los asientos deportivos con reposacabezas integrados como detalles principales. No aparecen emblemas, pespuntes o placas que señalan su condición de deportivo.

Su condición especial viene descrita con argumentos mecánicos. En este caso, el Opel Astra GSe da uno o varios pasos más que el Astra PHEV de 180, especialmente en lo que a desarrollo de su motor térmico tiene que ver y en la adaptación del chasis. Sí. Porque si el motor 1.6 Turbo del Astra PHEV se va hasta los 110 kW (150 CV), el del GSe se va hasta los 132 kW (180 CV) gracias a un profundo trabajo en gestión electrónica y sobrepresión del turbo, entre otros elementos. En este caso no hay modificación en el motor eléctrico, de 81 kW en ambos casos, ni en la batería, de 12,4 kWh de capacidad bruta y cargador embarcado de 3,7 kW (7,4 opcionalmente), pero sí en la potencia total anunciada (180 frente a 225 CV). Son los ingredientes de un automóvil que anuncia 64 km de autonomía eléctrica, una aceleración de 0 a 100 km/h de 7,5 segundos y una velocidad máxima de 235 km/h (135 en EV) usando el modo de conducción más favorable en cada caso.
Conducimos el Opel Astra GSe
Los datos oficiales no mienten. Esos 7,5 segundos sugieren que el Astra GSe es un coche dinámico, el equivalente en clave cero emisiones a los GTI, aunque su carácter es más calmado que los antiguos adrenaliticos OPC. Su masa no es baja, lo que se traduce en inercias superiores perceptibles especialmente en zonas de curvas y se siente más a gusto en vías despejadas. En cualquier caso, es algo más —mucho más— que un coche de viaje ya que ofrece contundencia en su respuesta al acelerador, aunque no exagerada, y un chasis que da grandes satisfacciones.
La suspensión tiene muelles más cortos, que rebajan la altura al suelo en 10 mm, y se complementa con amortiguadores de frecuencia selectiva de origen Koni que ofrecen un excelente equilibrio y retención de la carrocería sin llegar a resultar incómoda en ningún momento. Junto con una dirección de parámetros revisados (aunque en el modo Sport podría ser un tanto más firme) le convierte en uno de esos automóviles que te deja elegir cómo lo vayas a conducir, con una sensación de precisión y control en marcha es alta en todo momento, tanto en recta como en curvas.
Eso sí, en función del uso del pedal derecho y del grado de carga de batería con el que empecemos el desplazamiento podremos ir desde unos muy frugales 9,5 kWh y 3,9 l/100 km como fue nuestro primer recorrido en la toma de contacto, a superar los 7,5 l cuando nos tomamos alguna alegría en carreteras de montaña…o mucho más con el gas a fondo de manera constante.
Son argumentos compartidos entre Astra GSE y Astra Sports Tourer, una segunda carrocería que añade un plus de funcionalidad en forma de maletero, espacio para las piernas —cuenta con 10 cm más entre ejes— y una puesta a punto de la amortiguación ligeramente más flexible. ¿Su precio? Aún no está confirmado pero bien podría estar en el entorno de 1.000 euros de sobreprecio respecto de las versiones hatchback.