No te parecerá un cambio generacional revolucionario, pero el título de Coche del Año en Europa 2016 induce a pensar que la prensa europea ha tenido que ver una gran revolución bajo la piel, más aún dado el nivel de candidatos. Efectivamente, mucho ha cambiado esta nueva generación ante la que visualmente te tienes que detener un instante para reconocerla como nueva, aún cuando no hay una estampación igual en su carrocería. Todo, absolutamente todo lo que hay bajo ella, también ha recibido el mismo tratamiento, así que desarrollaremos esta prueba analizando todos esos apartados en los que este nuevo Opel Astra ha ido evolucionando.
Opel Astra 1.6 CDTi: mucho, mucho más ligero
Fue un lastre en la generación saliente. Sus más de 1.500 kilos sobrepasaban de largo la media de la categoría y aunque no saturaban el buen comportamiento natural del Opel Astra de anterior generación —y sí aportaban una solidez y calidad de rodadura extraordinaria—, sí tenía claros efectos colaterales sobre los motores menos buenos de la gama. Más de 200 kilos —reales —se acaba de quitar de encima este Opel Astra—, optimizando no sólo eficiencia, sino también buena parte de esos factores vitales para quien prioriza economía de utilización. Para ser exactos, los 1.570 kilos en báscula de la anterior versión se han convertido en 1.369 kilos a través de, entre otros elementos, esta relación de mejoras: carrocería 77 kilos más ligera, chasis aligerado en otros 50 kilos y otros 20 kilos correspondientes al menor peso de electrónica, transmisiones o asientos. El resto, salen de detalles que, si son relevantes de cara al peso, tiene otros efectos menos positivos de cara a la utilización, como, por ejemplo la reducción de capacidad del depósito de combustible de 56 a 44 litros: gastando ahora menos, esta Astra tiene una autonomía claramente inferior, aunque tal vez sea el único aspecto en el que el Astra no haya mejorado.
Menos peso también implica, por ejemplo, poder utilizar discos de frenos más pequeños; así, el equipo montado en el eje posterior pasa de 292 a 264 mm, pese a lo cual, el nuevo Opel Astra no sólo frena claramente mejor, sino que pasa de esta en posición de cola en la categoría a estar entre los modelos destacados.
Este Astra es, también, más pequeño en todas sus dimensiones, salvo en distancia entre ejes —3 cm más; recorta en 5 cm la longitud y en otros 2 anchura y altura. Si bien, el Opel Astra no ha perdido espacio interior, sino todo lo contrario. Y es que, aparte de la mayor distancia entre ejes, los asientos de nueva factura, mucho más delgados, han permitido arañar centímetros vitales: sus 135 cm de anchura en las plazas posteriores o sus 78 cm de cota piernas son cifras mejores de las que ofrece la media. El gran damnificado, eso sí, ha sido el volumen de maletero, cuyos 320 litros reales —50 menos de los declarados— son inusualmente escasos en la categoría. Terminemos con otros aspectos en los que esta nueva generación también ha ido a mejor para entrar más en detalle en el análisis del producto. Por ejemplo, la aerodinámica se ha depurado y junto al efecto de la mayor ligereza, ahora puede mover una relación de cambios más corta y cerrada que dinamicen la respuesta del motor sin perjudicar el consumo de combustible. Por otro lado, ahora no todas las versiones llevan un eje trasero con timonería de Watt, sino sólo las versiones más potentes.
Opel Astra 1.6 CDTi/136, gran equilibrio
Era ya de por sí un gran motor, pero a este nuevo Opel Astra le permite destacar aún más. Empecemos por un repaso a los datos de esta versión de 136 CV que, desde el momento de echar andar, empieza a recortar un buen puñado de décimas en aceleración para, por ejemplo, cubrir el sprint a 100 km/h en un segundo menos de tiempo que antes.
Más relevante aún es la mejora en capacidad de recuperación, en la vida real, la medición que mejor refleja la rapidez de un coche; valga aquí como ejemplo los 3 segundos que rebaja el ejercicio de adelantamiento en una sexta marcha, ahora sí, plenamente utilizable en condiciones exigentes de utilización. Como te decía, tal vez una de las mayores ventajas que al anterior Astra le había aportado su peso se dejaba ver en calidad de rodadura o capacidad de filtrado y aislamiento. Ahora, este motor no se siente igual de bien "encapsulado" como antes, aunque sus valores de sonoridad y el nivel de vibraciones que transmite al interior siguen siendo, igualmente, bastante óptimos. Lo que no se ha diluido es el buen equilibrio que proporciona este motor entre entrega de potencia en una muy amplia banda de revoluciones y la contundencia con la que responde ante demanda de aceleración.
Como podrás también imaginar, la otra gran evolución se manifiesta sobre el asfalto, haciendo, eso sí, hincapié en el excelente nivel de comportamiento que ya ofrecía la generación saliente. Si, por la exigencia a la que sometas al chasis, no llegaras a sentirlo mucho más ligero, te aseguro que sí te parecerá mucho más fino, más elaborado, más confortable de amortiguación —Opel ya no ofrece la de tipo de pilotado— y mejor dirigido desde una dirección ahora eléctrica. La guinda a esta nueva generación es una extraordinaria calidad de acabado, así como un niveles de equipamiento "hi-tech" que colocan al Astra también muy arriba en su categoría
En pocas palabras:
Aceleración. Rápido Astra, ha sido uno de los apartados en los que ha mejorado enormemente, pero no el único. Lo sientes más consistente, más aún que el segundo que ha rebajado al su predecesor, parando el crono en 8,88 s. Los 400 y 1.000 m con salida parada los salda en 16,5 y 30,5 s
Cambio. Sigue teniendo largos recorridos, pero mueve ahora una relación interna más corta y cerrada que repercuten en la capacidad de empuje mecánico sin detrimento del consumo.
Frenada. Se ha permitido el lujo de montar discos más pequeños, pero sus distancias han mejorado enormemente, realizando repetitivas maniobras sin desfallecer lo más mínimo siempre en el entorno de los 72 metros desde 140 km/h.
Consumos. Aquí no hay coche malo en valor absoluto porque las diferencias se saldan con décimas. Hay que analizar, por tanto, relación prestación/eficiencia, donde este nuevo Astra sí destaca en la materia. Nuestro consumo en carretera ha sido de 4,5 l/100 km y de 5,7 en ciudad, con un gasto medio de 5,0 l/100 km.
Adelantamiento. Tres segundos son un mundo. Ese es el tiempo que ha rebajado esta nueva generación respecto a la anterior, aspecto donde, indudablemente, más ha tenido que ver la reducción de kilos experimentada. Sus tiempos desde 80 a 120 km/h en sus tres últimas marchas son ahora estos: 6,62, 8,0 y 10,1 segundos.
Habitabilidad. Ha pasado de ser un coche exageradamente pesado a estar en la media de una categoría que, tiempo atrás, ya había experimentado una importante cura de adelgazamiento.
Potencia y par. Motor en forma aunque sobre el banco de rodillos le falten dos caballos. Lo sentirás, también, más elástico y con mayor margen operativo de lo que pueda reflejar su curva de par.
Sonoridad. El anterior Astra era un coche muy bien resuelto y tal vez sea el aspecto donde menor mejora podrás sentir, aunque no por ello deje de destacar. 67, 68,4 y 72 es su nivel de decibelios en las plazas delanteras a 100, 120 y 140 km/h.
Maletero. Sólo 320 litros. Pequeño, no vale justificación por el hecho de llevar rueda de repuesto de emergencia. Su volumen real es, poco más o menos, el de un utilitario... Como el mismísimo Corsa.
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