El motor de 1,6 litros y 109 CV (112 en nuestro banco de pruebas) ofrece un mayor agrado de conducción a bajas revoluciones. La dirección, excesivamente asistida a baja velocidad y un cambio duro y de tacto desagradable son lo peor del modelo. El precio, unos 1.200 euros más bajos que el Polo, y la modularidad que ofrece el modelo de Citroën son otros de sus puntos a favor. La mayor cilindrada otorgan al modelo de Ford unas cifras de recuperación más notables que las del Polo y un funcionamiento más suave. Por lo demás, el empate es casi absoluto con el modelo de VW, ya que las cifras de habitabilidad, el acabado interior y la calidad de rodadura son parejas. A favor del Fiesta, también podemos señalar un maletero de mayor volumen y un precio más ajustado, algo que incrementa su atractivo.La habitabilidad es el punto débil más importante del modelo de Renault frente al Polo. La última hornada de modelos pequeños ha crecido, pero como el lavado de cara del Clio se produo hace más de un año, no se vio afectado. En equipamiento sobresale, ya que incorpora climatizador (también el Polo) y faros de xenón de serie. Las suspensiones del Clio también son de lo mejorcito de este coche, ya que conjugan con total diplomacia confort de marcha sin pérdida de dinamismo. De igual potencia que el protagonista de nuestra prueba, el 1.9 TDI ofrece una mejor respuesta a bajas vueltas y un consumo mucho más reducido. El sobreprecio que soporta, unos 1.530 euros (254.571 pesetas), condicionará a los posibles compradores. El motor de 1,6 litros y 109 CV (112 en nuestro banco de pruebas) ofrece un mayor agrado de conducción a bajas revoluciones. La dirección, excesivamente asistida a baja velocidad y un cambio duro y de tacto desagradable son lo peor del modelo. El precio, unos 1.200 euros más bajos que el Polo, y la modularidad que ofrece el modelo de Citroën son otros de sus puntos a favor. La mayor cilindrada otorgan al modelo de Ford unas cifras de recuperación más notables que las del Polo y un funcionamiento más suave. Por lo demás, el empate es casi absoluto con el modelo de VW, ya que las cifras de habitabilidad, el acabado interior y la calidad de rodadura son parejas. A favor del Fiesta, también podemos señalar un maletero de mayor volumen y un precio más ajustado, algo que incrementa su atractivo.La habitabilidad es el punto débil más importante del modelo de Renault frente al Polo. La última hornada de modelos pequeños ha crecido, pero como el lavado de cara del Clio se produo hace más de un año, no se vio afectado. En equipamiento sobresale, ya que incorpora climatizador (también el Polo) y faros de xenón de serie. Las suspensiones del Clio también son de lo mejorcito de este coche, ya que conjugan con total diplomacia confort de marcha sin pérdida de dinamismo. De igual potencia que el protagonista de nuestra prueba, el 1.9 TDI ofrece una mejor respuesta a bajas vueltas y un consumo mucho más reducido. El sobreprecio que soporta, unos 1.530 euros (254.571 pesetas), condicionará a los posibles compradores. El motor de 1,6 litros y 109 CV (112 en nuestro banco de pruebas) ofrece un mayor agrado de conducción a bajas revoluciones. La dirección, excesivamente asistida a baja velocidad y un cambio duro y de tacto desagradable son lo peor del modelo. El precio, unos 1.200 euros más bajos que el Polo, y la modularidad que ofrece el modelo de Citroën son otros de sus puntos a favor. La mayor cilindrada otorgan al modelo de Ford unas cifras de recuperación más notables que las del Polo y un funcionamiento más suave. Por lo demás, el empate es casi absoluto con el modelo de VW, ya que las cifras de habitabilidad, el acabado interior y la calidad de rodadura son parejas. A favor del Fiesta, también podemos señalar un maletero de mayor volumen y un precio más ajustado, algo que incrementa su atractivo.La habitabilidad es el punto débil más importante del modelo de Renault frente al Polo. La última hornada de modelos pequeños ha crecido, pero como el lavado de cara del Clio se produo hace más de un año, no se vio afectado. En equipamiento sobresale, ya que incorpora climatizador (también el Polo) y faros de xenón de serie. Las suspensiones del Clio también son de lo mejorcito de este coche, ya que conjugan con total diplomacia confort de marcha sin pérdida de dinamismo. De igual potencia que el protagonista de nuestra prueba, el 1.9 TDI ofrece una mejor respuesta a bajas vueltas y un consumo mucho más reducido. El sobreprecio que soporta, unos 1.530 euros (254.571 pesetas), condicionará a los posibles compradores. El motor de 1,6 litros y 109 CV (112 en nuestro banco de pruebas) ofrece un mayor agrado de conducción a bajas revoluciones. La dirección, excesivamente asistida a baja velocidad y un cambio duro y de tacto desagradable son lo peor del modelo. El precio, unos 1.200 euros más bajos que el Polo, y la modularidad que ofrece el modelo de Citroën son otros de sus puntos a favor. La mayor cilindrada otorgan al modelo de Ford unas cifras de recuperación más notables que las del Polo y un funcionamiento más suave. Por lo demás, el empate es casi absoluto con el modelo de VW, ya que las cifras de habitabilidad, el acabado interior y la calidad de rodadura son parejas. A favor del Fiesta, también podemos señalar un maletero de mayor volumen y un precio más ajustado, algo que incrementa su atractivo.La habitabilidad es el punto débil más importante del modelo de Renault frente al Polo. La última hornada de modelos pequeños ha crecido, pero como el lavado de cara del Clio se produo hace más de un año, no se vio afectado. En equipamiento sobresale, ya que incorpora climatizador (también el Polo) y faros de xenón de serie. Las suspensiones del Clio también son de lo mejorcito de este coche, ya que conjugan con total diplomacia confort de marcha sin pérdida de dinamismo. De igual potencia que el protagonista de nuestra prueba, el 1.9 TDI ofrece una mejor respuesta a bajas vueltas y un consumo mucho más reducido. El sobreprecio que soporta, unos 1.530 euros (254.571 pesetas), condicionará a los posibles compradores.