Nissan Primera 2.2 DIC Acenta 4p

Ahora que Japón anda con la fiebre futbolera propia de un Mundial, pasa por nuestras manos uno de los últimos productos estrella que ha generado aquella industria automotriz, el Nissan Primera. Tras probarlo, se queda uno con la misma sensación que se llevó del campeonato la hinchada nipona: un trabajo magnífico al que sólo le falta el remate final. Una vez más, el balón se ha ido al larguero y, por milímetros, no ha sido un golazo. Veamos por qué.

Nissan Primera 2.2 DIC Acenta 4p
Nissan Primera 2.2 DIC Acenta 4p

Y hubiera sido todo un gol porque, desde luego, el Primera tiene mimbres de gran jugador. Disfruta de un bastidor envidiable para una berlina media, que le permite moverse con una soltura tremenda, lastrada, claro, por las dificultades de un motor que necesita de un trabajo continuo con el cambio.

La inevitable dialéctica entre confort y eficacia está resuelta con maestría. El coche se mueve por cualquier terreno con una agilidad impensada y en ningún momento se sacrifica la comodidad de los viajeros. La amortiguación filtra de maravilla y, en conjunto con la suspensión, sujeta perfectamente la gran carrocería del Primera, que no se balancea casi nunca. El paso por curva parece el de un tren, sin movimientos raros, con un apoyo plano encomiable, realmente aplomado y, a la vez, los pasajeros van siempre envueltos en confort.

Una dirección cómoda y muy precisa remata este buen trabajo del bastidor, que, además, se complementa con unos frenos de gran resistencia (pese a que el tacto del pedal es algo tosco en su primer tramo y exige acostumbrarse a él). Se echa de menos el control de estabilidad, que no se ofrece ni como opción. No es que haga mucha falta, porque el comportamiento del coche es terriblemente neutral y no asusta nunca, pero todos sus rivales lo llevan y es un buen argumento a la hora de comprar un coche. Nissan dice que este modelo lo tendrá en breve y, de hecho, acaba de presentarlo con el Primera de cinco puertas . Con todo, estamos ante una de las berlinas más eficaces a la hora de permitir rápidos pasos por curva sin que merme la comodidad a bordo. Ni siquiera la llanta de 17 pulgadas interfiere en el confort de los pasajeros. Quizá sólo el Mondeo supera al coche japonés en este apartado. En carreteras fáciles es donde el Primera presenta su mejor cara. Si el motor se acomoda a la zona de las 2.500-3.000 vueltas, se pueden mantener cruceros de más de 170 km/h sin apenas notarlo: el chasis es tan bueno que se conduce a cualquier velocidad con una facilidad pasmosa. Es en ese terreno también donde se aprovecha mejor la sexta velocidad y se puede ahorrar combustible a ritmo vivo. Pero, cuando se sale de estas carreteras y se afrontan las zonas de curvas y los repechos, el bastidor se desespera pidiendo un motor con más brío. Nunca el propulsor está por encima del chasis y siempre da la impresión de que podríamos ir a más velocidad sin apuros. Lástima lo exigente que se vuelve el 2.2 con el cambio, siempre pidiendo reducciones para mantener la cadencia de marcha. Seguro que con mejores desarrollos y un poco más de fuerza, este coche sería divertidísimo.

Haciendo balance, es fácil entender el porqué del símil futbolístico que abría esta prueba. Tenemos un coche bien hecho, con un nivel de calidad elevado y soluciones tecnológicas de vanguardia. Además, se monta sobre un bastidor casi deportivo por su exquisito comportamiento y, por precio, 24.320 euros la unidad de pruebas, se muestra muy bien colocado en el segmento. Desde luego, se dan las condiciones para que el disparo a gol de Nissan sea un éxito. Sin embargo, la poca talla del motor hace que el tiro se estrelle en el larguero. Esperemos que pronto corrijan la puntería y le den a este coche el carácter ganador que se le suponía.