De antemano, hay que señalar que creemos que el Note es uno de los mejores de la clase. Se ha construido sobre una versión alargada de la plataforma que Nissan y Renault utilizan para los Micra, Modus y Clio, lo que hace que llegue a los 4,08 metros de longitud. Así, además de cumplir con los requisitos ya citados, el Note tiene la envergadura de un coche compacto. Como también es algo más bajo que la mayoría de sus rivales, su comportamiento tiene que ser mejor. En la habitabilidad, esa plataforma de mayor tamaño también tiene que aportar cosas. No en vano la batalla, de 2,60 metros (como un monovolumen compacto), además de mejorar la estabilidad del coche, permite configurar un interior muy bien aprovechado.
Con todo, realizamos ahora la prueba del motor 1.5 dCi de 86 CV, una máquina de origen Renault que destaca por su voluntad, pero que está claramente enfocada a un uso urbano y muy reposado. (Si quieres, puedes recordar la prueba que hicimos del Note 1.6 16v, el hermano de gasolina. Con sus casi 90 CV reales, el pequeño 1.5 dCi es un propulsor limitado, pero capaz de mover alegremente al Note. Los 1.211 kilogramos que pesa el coche no son un lastre excesivo, con lo que se puede extraer un buen partido de la mecánica y siempre obtenemos una respuesta bastante satisfactoria.Atendiendo al gráfico que dibuja la curva de par del motor, no cabe duda de que es un turbodiésel puro: inmediata pegada apenas pasadas las 1.500 vueltas, elasticidad hasta las 3.000 y capacidad para mantener la entrega de fuerza hasta las 4.000, donde ya deja de empujar. Es decir, un motor con un rango de utilización amplio y unos buenos bajos, perfecto para moverse con agilidad en el complicado tráfico urbano y muy capaz de sostener cruceros vivos. A esto colabora también el cambio de cinco relaciones, que destaca por lo bien escalonado de sus machas, con unos desarrollos que tiran a cortos y aprovechan muy bien lo que tiene para entregar el motor.Así, conduciendo, nos encontramos con un propulsor que responde rápido al estímulo del acelerador y que, si cuidamos del cambio, resulta muy agradable de llevar, progresivo e incluso enérgico. Sólo el ruido, bastante molesto, desentona en el conjunto.
Pero, ojo, que nadie se piense que hablamos de un motor de carácter deportivo. Es voluntarioso y tiene fuerza, sí, pero con sus 90 CV no es para irse de carreras. Sus prestaciones son modestas (12,4 segundos en el 0-100 km/h), pero, a cambio, es muy frugal en el consumo (6,1 litros a los 100 km) y frena bastante bien. Recuperando vuelve a ser lento, pero en adelantamiento, trabajando bien con la caja de cambios, se defiende.
Como ya hemos visto antes, el Note disfruta de una plataforma muy interesante y, sobre todo, muy amplia para la categoría en que compite. Este chasis del Clio, el Modus y el Micra, ahora estirado hasta dar una batalla de 2,60 metros, permite configurar una superficie de rodadura cuyo tamaño augura un buen comportamiento dinámico.Y eso se nota rápidamente: a pesar de su altura, el Note pisa con mucho aplomo, trazando con bastante eficacia, a pesar de que hay cierta torpeza en el eje delantero, una acechante tendencia al subviraje que tiene que ver con el peso que soporta ese eje anterior.
De no ser por eso, el Note disfrutaría de un comportamiento de auténtico compacto. Y, a pesar de lo dicho, sorprende por lo bien que se apoya y lo estable que resulta en líneas generales. Hay que forzarlo para que aparezcan subvirajes fuertes y, de no ser así, es dócil y fácil de conducir.
Sorprende que, para lo alto que es, no se balancea en exceso. Lo hace, sí, pero con firmeza, dejando que sus amortiguadores trabajen rápidamente sobre la carrocería para sujetarla y recomponer la figura cuanto antes. Este buen trabajo redunda en mayor confianza al volante, con lo que se puede exprimir un poco más el dinamismo del Note.
La dirección, eléctrica, nos ha sorprendido por su buen tacto. Precisa y rápida, informa suficientemente de lo que hay en el suelo y nunca transmite malas impresiones. Los frenos, en cambio, no son de lo mejor que hay en el coche. Con tambores en el eje trasero, no brillan por su eficacia y han arrojado cifras de frenada un tanto pobres. De hecho, los 80 metros que hacen falta para detener el Note desde 140 km/h son muchos metros. El problema se solucionaría, probablemente, incluyendo discos en el eje trasero, pero en Nissan parecen haber pensado que el uso civilizado y reposado que van a recibir los Note no exige tanta fuerza de frenado. A cambio, el tacto del pedal es bastante bueno, firme y dosificable.
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